Lamento muchísimo que, una vez más, el feminismo tenga que sufrir las agresiones y descalificaciones de tantas personas intolerantes que mediante insultos quieren menospreciar sus reivindicaciones. Si ya hace un año se puso en el punto de mira al 8M responsabilizándole poco menos del origen de la pandemia en España, ahora estos ataques vuelven para intentar evitar que alcen la voz ante sus justas peticiones. Bajo mi punto de vista, y entendiendo que desde la perspectiva jurídica cualquier colectivo tiene derecho a manifestarse, creo que lo más inteligente que se puede hacer es no dar alas a esa derecha reaccionaria que no defiende la igualdad entre mujeres y hombres. Yo no acudiré este año ni a concentraciones ni a manifestaciones ni a actos presenciales, porque creo que el mejor ejemplo que se puede dar al conjunto de la población es que la prioridad es luchar contra la pandemia y que por responsabilidad las multitudinarias protestas se trasladan al mundo virtual. Es verdad que hemos visto otras concentraciones y manifestaciones de todo tipo (algunas tan comentadas como las celebradas por el encarcelamiento de Pablo Hasél con finales vergonzosos y lamentables por los disturbios, saqueos y destrozos de personas que para nada representan ni defienden la libertad de expresión) pero no se trata de hacer lo que hacen los demás, sino de ser ejemplo, y el momento excepcional que vivimos obliga a ser cauto. El movimiento feminista, a mi juicio, es pacífico, responsable, justo y necesario, y por tanto yo no les pediré que no alcen la voz, pero sí que sea por medios telemáticos. Que nadie dude que cuando hayamos derrotado a la COVID-19 se volverán a llenar las calles y yo mismo, desde mi humilde participación, estaré presente en todos los sitios que me sea posible.
Me parece correcto que se haya desterrado el «salvemos la Semana Santa», porque las consecuencias de la tercera ola por «salvar la Navidad» no fueron las correctas y ante la llegada de la cuarta hay que prevenir. Creo que el mejor ejemplo que se puede dar ahora es que toca cuidarnos y por eso debemos mantener los cierres perimetrales para controlar la transmisión. Cuando sea posible saldremos, viajaremos y disfrutaremos del turismo, consumiremos a mansalva en los comercios y en los bares, nos alojaremos en los hoteles y volveremos a reactivar la economía en función de nuestras posibilidades. Y sí, no todo tiene que tener una índole consumista, y por eso volveremos a retomar nuestra vida social, nuestros encuentros con nuestros familiares y amigos, pero ahora mismo el mejor ejemplo de cara a los demás es moverse lo estrictamente necesario.
Quienes no han dado ejemplo para nada, si es que alguna vez lo hicieron, son los miembros de la Casa Real. Las Infantas Elena y Cristina se vacunaron aprovechando la visita que realizaron a su padre a Emiratos Árabes. Ni mucho menos Juan Carlos I es un ejemplo a seguir, y lo triste es que me da que todavía no conocemos ni la mitad de la fortuna que tendrá realmente escondida a los ojos de Hacienda. Parece mentira que sea desde dentro de la propia Familia Real los que estén dando los pasos más importantes al desgaste de la monarquía, porque también sabemos otros casos nada ejemplares, como los usos de tarjetas black por parte de sus nietos Victoria Federica y Felipe Juan Froilán, cuyas vidas desconozco cómo serán pero por algunas imágenes no poco ostentosas, como verlos en fotos con coches de alta gama, dan la impresión de que no comparten los problemas en los que vive la juventud española.
No tiene un pase que quienes no se sienten republicanos no exijan al Jefe del Estado una transparencia impecable argumentando que salvo él, su mujer y sus dos hijas, los demás no son familia directa, y por tanto son temas privados ajenos a Zarzuela. Pues no, no vale que para unas cosas formen parte de la institución, como pueda ser que dispongan de una seguridad que pagamos todos los contribuyentes, y para otras no, porque son actividades y acciones fuera de lo oficial. O una cosa o la otra, porque si se trata de proteger la institución porque así lo recoge la Constitución, lo primero que deberían hacer es dar ejemplo a sus propios partidarios.
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