Los idiomas a lo largo del tiempo van cambiando en función de las necesidades que tengan sus hablantes. El refranero castellano es muy sabio y un ejemplo de ello es 'hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'. Quien sabrá si el dicho cambiará lo de cuarenta por cuarentena. Nos esperan meses duros y fríos, muy fríos tanto en el clima como en las posibilidades de recuperar nuestra vida anterior. Ayer en el Congreso se dio luz verde a la prórroga del Estado de Alarma, que tendrá una duración hasta el 9 de mayo (Día de Europa) con posibilidad de revisión en marzo (aunque quien sabe si se extenderá más allá de seis meses). Pedro Sánchez, a modo informativo (sin más votaciones) deberá rendir cuentas de la situación en la que nos encontramos cada dos meses. Así que, resumiendo, dependiendo de los datos epidemiológicos cualquier restricción a aplicar puede ser posible, incluyendo la de volver a estar confinados en casa.
Esta segunda ola en el seno de la UE está dando fuerte y a obligado a todos los mandatarios a decretar medidas cada vez más parecidas a las del principio de la pandemia. Nos guste o no los siguientes festivos como el lunes que viene(2 de noviembre) no los podremos disfrutar en otro lugar distinto al que vivimos y la vuelta a casa de quienes están fuera se complica incluso para Navidad. Veremos cómo se responde en la perspectiva comercial pero en el aspecto de juntarse en familia a cenar en Nochebuena y en Nochevieja va a estar muy complicado. Lamentablemente no vivimos como antes de decretarse el primer Estado de Alarma pero tampoco estamos en una situación parecida a esa Nueva Normalidad con la que nos la veíamos muy felices tras la finalización de la desescalada. Los casos de contagios suben, la presión sobre los hospitales aumenta y la presencia del virus en residencias de mayores vuelve a ser un motivo de preocupación. ¿Se están tomando las medidas adecuadas? Hablamos de un virus respiratorio, del que no somos inmunes y por el que a través de la movilidad se pasa de unos a otros aunque extrememos al máximo nuestra higiene y usemos en todo momento la mascarilla. Sé de las dificultades para tantos sectores, como pueda ser el hostelero, y sé del hartazgo ciudadano con algo que nos agota, pero pienso que ninguna de las decisiones que se toman buscan perjudicar a nadie.
Yo lo tengo claro en el dilema entre si pesa más la salud o la economía. Me decanto por el primero por muy drástico y horrible que sea perjudicar al segundo. La duda está en si las medidas que se van tomando son efectivas o no. Lo desconocido que es este virus, y la incógnita de cuándo habrá vacunas efectivas, nos sitúa a seguir viviendo así hasta al menos el verano de 2021. Nos movemos en un escenario propio de una guerra y hay que ser consciente de que en la responsabilidad individual está gran parte de la victoria al enemigo, que no es otro que este virus respiratorio. La imagen de la gala de premios del diario que dirige Pedro Jota Ramírez, que si bien es cierto estaba autorizado y por lo que se sabe se cumplían todos los protocolos exigidos, contrasta con la petición de las autoridades de pedir a la población que reduzcan sus contactos, que no estén en lugares cerrados si no es imprescindible y que eviten las fiestas hasta nuevo aviso.
Me parece acertada la delimitación de Oviedo/Uviéu y de Gijón/Xixón a todo el concejo, puesto que hay casos, como hemos visto, en los que medir hasta donde llega un núcleo urbano no es sencillo. Veo más lógico actuar sobre los límites que las personas mejor conocen para que no den lugar a malentendidos. También creo que es una medida necesaria el cierre de las fronteras de Asturias/Asturies. Lo que me sigue pareciendo estrambótico es la actitud de la señora Ayuso, que incluso en un encuentro con dos presidentes autonómicos solamente a ella se le ocurre romper un acuerdo en la rueda de prensa. Su última ocurrencia es sacarse de la manga que tras este fin de semana largo por el festivo de Todos los Santos se estudie por días el cierre de la Comunidad de Madrid. Sigue en su particular mundo en una clara deslealtad no ya con el Gobierno nacional, sino con el Estado en su conjunto. Nada hace presagiar que en estos próximos seis meses (hasta la cuarentena de mayo) no continúe en su particular visión de la realidad.
Comentarios