No sé cuántas veces escribiré que es tiempo de consensos, de unidad de acción y de arrimar el hombro. De verdad que lo pienso, aunque reconozco que es complicado llevarlo a cabo porque el ambiente político sigue muy crispado y con el paso de las semanas y la paulatina vuelta a lo cotidianidad parece que dejaremos atrás las buenas intenciones. Mal que me pese hay que ser realistas. Hay que ver lo que hay y poner los pies en el suelo para adaptarse y amoldarse a la situación, nos guste más o menos.
Ayer el vicepresidente de Derechos Sociales y el diputado Iván Espinosa de los Monteros protagonizaron el momento más tenso en la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social tras la COVID-19 creada en el Congreso de los Diputados. En los cortes que se pusieron en televisión y por redes sociales se escucha al final del todo a Pablo Iglesias diciéndole al dirigente de Vox «cierre la puerta al salir, señoría». Y sí, me parece acertado, la verdad. Sí, hay que ser así de rotundo. Quienes no quieren participar ni arrimar el hombro que no entorpezcan. Nadie les priva de que puedan decir lo que piensen (por mucho que denuncien la falta de libertad en España tocando el claxon con sus coches de alta gama), pero llega todo a un punto en el que si no se quiere aportar hay que saber apartarse. Lo triste para mí no es ver a Vox en estas actitudes, que puedo entenderlas viendo su historial, pero me sobrecoge que el PP no esté ni mucho menos en el camino de la responsabilidad que exige el momento. Con gente como Cayetana Álvarez de Toledo no se llega a ningún sitio. La nueva polémica que ha querido la derecha explotar tiene en su origen en el Ministerio del Interior (tanto por las destituciones como por las dimisiones en el seno de la Guardia Civil), cuando creo que ha quedado meridianamente explicado todo (parece que ellos sí pueden elegir al personal de confianza que quieran y los demás no).
Ayer tuvimos la mala noticia de los cierres de Nissan y de Alcoa (y a ver en qué queda la situación en Arcelor). Ante el drama de miles de trabajadores (que no han tenido la culpa con la situación), ¿qué respuesta debe haber? Pues saber que las instituciones públicas están de su lado, desde el ayuntamiento más pequeño hasta el mastodonte burocrático de la UE. Lo determinante para esa situación es que todos colaboremos, y no con lindas palabras, sino con hechos palpables. Conllevará a renuncias para todos, pero sin la aportación de partidos políticos, sindicatos, empresarios y organizaciones de todo tipo no llegaremos a nada. Debemos evitar a toda costa escenas como la de ayer en el Congreso crean mucho ruido, aunque espero que termine por dar sus frutos. Donde no sé en qué momento se empezarán a tomar decisiones es en el Ayuntamiento de Oviedo/Uviéu, porque para sonrojo de toda la corporación el pleno de dentro de una semana estará vacío de contenido (el bipartito no lleva ninguna propuesta y las de la oposición han sido todas rechazadas en las comisiones celebradas esta semana). Vuelvo a apelar al acuerdo, a la responsabilidad que tenemos los dirigentes políticos en solucionar los problemas de la gente, y si hay personas que no quieren participar que no lo hagan, pero que no molesten… y que cierren la puerta al salir.
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