Si todo sigue su curso previsto empezaremos el lunes con la fase 2, que entre otras cosas terminará con las franjas horarias y se podrán abrir más negocios (entre ellos los que se encuentran en centros comerciales). Debemos repetir mucho que esto no se trata de una competición y que seguimos con la amenaza de la COVID-19. No podemos sentir que ya está todo hecho, porque en los hospitales sigue gente enferma, hay nuevos contagiados y la desescalada es un protocolo, no es mano de santo, por lo que cada persona tiene que ser más responsable que nunca para no propagar el virus y permitir así que podamos recuperar la vida que teníamos antes del confinamiento. Ahora debemos familiarizarnos con el uso de las mascarillas con el fin de protegernos y de proteger a los demás y de seguir cumpliendo con el distanciamiento social. Cuidado con algunas imágenes que salen en televisión en playas y en lugares donde se hace deporte porque no nos podemos relajar y jugárnosla. Confiemos en que no se producirán rebrotes, pero no demos cancha a que se puedan producir.
El Decreto de Estado de Alarma que aprobó el Congreso el pasado miércoles no durará un mes como pretendía inicialmente el Gobierno nacional, por lo que Pedro Sánchez se deberá someter al menos una vez más a la decisión de la cámara para ampliarlo más allá del 7 de junio. En la misma mañana del debate no estaban claros algunos votos, y esta incertidumbre entiendo que obligue tanto al PSOE como a Unidas Podemos a buscar acuerdos amplios con diferentes partidos. Es verdad que habrá quien piense que es un error vincular una medida enfocada a proteger la salud de la ciudadanía con el inicio de la mesa de negociación de Cataluña o con la derogación de la reforma laboral (que en este último caso originó no pocos comentarios), pero ante la irresponsabilidad del Partido Popular (instalándose con Vox en el ‘no’) y con la aritmética parlamentaria que hay no queda otro remedio.
Seguimos con un ambiente político crispado que veo difícil arreglar. Del ‘te vas a enterar’ que le espetó José Ignacio Echániz a Adriana Lastra a las protestas en las calles y a los alrededores de las viviendas de Ábalos y Pablo Iglesias e Irene Montero, la idea de un pacto nacional de reconstrucción social y económica cada vez más se ve difícil de conseguir. Ayuso sigue en sus trece y ahora ha denunciado ante el Supremo la permanencia de la Comunidad de Madrid en la fase 0. Lamentablemente estas cosas tienen más ruido que otras que deberían copar toda nuestra atención, como por ejemplo la decisión de ampliar las becas para permitir a muchas familias que sus hijas e hijos puedan continuar sus estudios. Por favor, calmemos el ambiente. Urge retomar el diálogo, discutir de propuestas variadas y aunar todos los esfuerzos en la recuperación económica y social de nuestro país. Quien no esté en esta onda se equivoca en su estrategia.
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