No nos maten. Estas personas no están pidiendo una vivienda digna, ni que les suban las pensiones, tampoco un parque con columpios en el barrio, ni son funcionarios reclamando los moscosos, ni médicos exigiendo que contraten a más médicos. Esta pancarta lo dice todo sobre lo que puede esperar un ser humano por el hecho de nacer en Venezuela. No es un comedor social, ni una beca, ni un bonobús. Es que no los maten. La pancarta está mostrada en el exilio, en Buenos Aires. En Caracas, con esta pancarta te pueden matar. El exilio. Tres millones de almas. El exilio, espejo de toda dictadura: no hay que mirar adentro para contemplar hasta dónde puede llegar un iluminado. No nos maten. La cantidad de muertos que, de seguir aferrándose al poder que ya no tiene, pueden caer sobre la no-conciencia de Maduro.
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