Punto final al siglo XX

OPINIÓN

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace una semana nos despertábamos en España con la muerte de Fidel Castro. Esta vez no le había matado Twitter, sino los 90 años que tenía a sus espaldas. Tras derribar a Batista en 1959, hizo de su enfrentamiento con EEUU la gran razón de ser de la Revolución. 47 años ni más ni menos. Como leí en uno de los titulares de la prensa española, su fallecimiento pone fin a toda una era, a todo el legado que todavía permanecía vivo del siglo pasado.

Me hubiera gustado conocer la Cuba de Fidel y haberla podido comparar con el momento histórico que se abrirá ahora en el país caribeño. No tuve el placer de viajar todavía a la isla y ese deseo que tenía no lo podré cumplir. No obstante, lo importante no soy yo, sino el pueblo cubano. Atrás quedó la etapa en la que muchos intelectuales de izquierdas del mundo ponían sus esperanzas en el huracán revolucionario de Fidel Castro y Che Guevara. «Hasta aquí he llegado», decía José Saramago en 2003 cuando fueron ejecutados tres hombres que secuestraron una lancha en la Bahía de la Habana para llegar hasta Florida. Fue un personaje tan controvertido que hasta Manuel Fraga hablaba bien de él, y eso no sé si era una buena señal o no.

América Latina es un lugar de contrastes. Una vez leí que la frontera más desigual del mundo está entre España y Marruecos, pero no se queda muy atrás la que separa México de EEUU. Precisamente el dominio y la colonización del país más fuerte del continente americano sobre los demás fue algo que Cuba no deseó atravesar. Educación y sanidad universal son cuestiones impensables en el mundo neoliberal, donde solamente quien tiene recursos económicos puede acceder a ambos privilegios. Cuba, pese al embargo férreo norteamericano, ha aguantado y ha podido dar ambos servicios a toda su población.

Raúl Castro, junto al monumento de José Martí, dijo que nada va a cambiar. El tiempo dirá si estaba en lo cierto y situará a Fidel Castro en el lugar que se merece dentro de la historia