La periodista posa junto a su empleado en una revista del corazón, al que dice que considera como a un hijo
23 oct 2021 . Actualizado a las 10:23 h.Esta semana ha saltado a la portada de una revista el chófer de María Teresa Campos, Gustavo, de su relación con Bigote Arrocet, para contar su verdad sobre su ruptura con Edmundo. «Teresa Campos no puede quedar como una mentirosa», asegura el trabajador que lleva treinta años siendo un apoyo incondicional para la periodista. «Cuando le acompañaba para comprar algo o a comer en un restaurante e iba a pagar, le rechazaban todas las tarjetas», añade en declaraciones a la revista Semana. Pues eso, dice la matriarca de las Campos que quiere a Gustavo como el hijo que nunca tuvo. Qué quieren que les diga, más allá de lo que Gustavo pueda decir, lo que me sorprende es la deriva en la que ha terminado María Teresa, protagonizando con su chófer portadas de revistas. Y me apena un poco, ciertamente. Pero bueno, la vida que es así, y mientras sus hijas y su nieta sigan como colaboradoras de televisión, pues habrá que seguir retroalimentando los programas con sus propias historias.
Declaración de amor
De Íñigo Onieva a Tamara Falcó. Tras meses como colaboradora y tertuliana, Tamara Falcó volvió a ocupar el pasado jueves la silla de invitada para presentar en «su programa», que diría Belén Esteban, su nuevo libro de recetas. Pero no lo hacía sola porque entre bambalinas la acompañaba su novio, Íñigo Onieva. Eso no es nuevo, pero lo que nunca había ocurrido es el momento que protagonizaron cuando una de las hormigas le preguntó a la marquesa a qué renunciaría dándole a elegir entre su novio y el móvil. Tras pensárselo durante un breve período de tiempo, ella eligió a su chico. «Me quedo con él», aseguró. Desde la grada, cuando lo enfocaban las cámaras, el dibujó un corazón con sus manos.
La hija de José Bono
Habla claro sobre su adopción. «Desde el día que llego a Barajas, llego a una familia que es la mía, no tengo otra. De no tener familia, de no tener a nadie, a tenerlo todo: el calor de un hogar, el cariño…», explica Sofía Bono, la hija adoptada del expresidente del Congreso de los Diputados. «Tengo a mis padres que me adoran, son mis padres y solo tengo unos. Los padres son los que te crían, los que te quieren. Les adoro, me han cuidado y me cuidan, me han querido y me quieren, con más intensidad de la que soy capaz de expresar», añade en las redes sociales donde pretende dar visibilidad a las adopciones, alejada completamente del dramatismo.
«Que mi madre biológica me dejara en aquella casa de acogida suena fuerte, pero con 21 años que tengo ahora, ni la juzgo ni la califico. No los quiero encontrar ni me ha llamado la atención saber por qué me dejaron. Me han hecho un favor», dice de manera muy tajante. Además asegura que sus padres se encargaron de que estuviese unida a su raíces chilenas a través de la cultura.