Armón se adelanta en la puja por Barreras con la oferta mejor valorada
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El comité de empresa apoya la propuesta de Gondán, que incorpora a toda a la plantilla
14 ene 2022 . Actualizado a las 12:42 h.Hijos de J. Barreras agota sus días. El que fue el mayor astillero privado de España entrará en liquidación tan pronto como la jueza titular del Mercantil 3 de Vigo admita la solicitud de concurso que ayer presentó la compañía, todavía en manos de The Ritz Carlton Yacht Collection (a través del fondo de inversión estadounidense Oaktree), para extinguir la sociedad, fundada en 1892. El emblemático constructor naval, que comenzó construyendo pesqueros de madera a pie de la ría de Vigo, y se hizo grande abarcando todos los segmentos y los más punteros, desaparecerá a punto de cumplir 130 años, los dos últimos de forma agónica.
La buena noticia es que aunque Barreras deje de existir, no será una extinción traumática, sino que en las instalaciones ahora vacías de actividad se volverán a construir barcos. Ese es el plan que ayer llegó a la jueza, según confirmó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), y que consta de dos fases: la primera es la venta de la unidad productiva, es decir, las instalaciones y equipamiento necesario para la construcción nava; a la que seguirá el concurso de liquidación de deuda, pasivo, riesgos y contingencias que pesan sobre el astillero, por una suma que supera los 150 millones de euros.
La primera fase ya está en marcha, y el motivo de que se resuelva antes de la entrada en concurso es mantener la concesión portuaria y la lámina de agua como parte de la unidad productiva y a salvo de la liquidación. Tres son las ofertas vinculantes presentadas a la jueza, a quien corresponde la decisión de adjudicar el astillero a quien considere el mejor postor. Kroll, la consultora contratada por Oaktree para gestionar la liquidación de Barreras ha establecido un orden de preferencia, en ningún caso vinculante, que sitúa al astillero asturiano Armón como primera opción.
El grupo naval que preside Laudelino Alperi presentó la oferta económica más elevada, 8 millones de euros. Su plan industrial es también el más potente, e inyectaría actividad en Barreras en el plazo de 6 meses. Su compromiso con la actual plantilla se limita a recontratar a un máximo de 20 trabajadores, de los 120 que hay en nómina.
Esto explica que Astilleros Gondán, la segunda oferta mejor valorada por Kroll sea la que defiende el comité de empresa, ya que prevé la recontratación de la totalidad de la plantilla, excepto dos altos cargos contratados recientemente por The Ritz Carlton Yacht Collection. Este esfuerzo en la parte social ha obligado a Gondán a rebajar su oferta económica por Barreras, que comenzó en ocho millones de euros, y finalmente se ha quedado en dos. Garantiza la adjudicación a Barreras de la construcción de cuatro buques de apoyo a plataformas de eólica off-shore para Østensjø.
La jueza decidirá
En tercera posición se sitúa la propuesta que ha presentado el grupo Marina Meridional, propiedad del empresario José Alberto Barreras (adquirió Vulcano en el 2020), y que Kroll considera la más débil, desde el punto de vista industrial, ya que presenta como posible carga de trabajo cartas de intenciones de navieras para adjudicar pedidos, pero ningún contrato firmado. Ofrece 2 millones de euros, además de la posibilidad de asumir hasta 4 millones de euros de deudas de proveedores de Barreras; y recontrataría a toda la plantilla pero con diferentes condiciones, negociadas en un nuevo convenio.
«Las tres ofertas vinculantes, que se han presentado ahora junto a la solicitud de concurso para que, previo informe de la administración concursal, el juzgado decida cuál es el mejor de los postores y le adjudique la unidad productiva, lo que razonablemente debería suceder en las próximas semanas», informó ayer Barreras en un comunicado.
«Con la presentación del concurso y la aprobación y ejecución del denominado prepack concursal, la compañía espera que se pueda llevar a cabo un relanzamiento del negocio del astillero y la expansión de su actividad de construcción, lo cual beneficiará igualmente a la industria auxiliar gallega dependiente», añadió el astillero.
De Pemex a The Ritz Carlton, de fracaso en fracaso
La crisis del tax lease, en el año 2011, marcó el principio del fin de Barreras. El astillero vigués entró en concurso de acreedores, y tras superarlo tuvo que aferrarse con uñas y dientes a los floteles de Pemex para salir adelante. Lo que en principio iba a ser la adjudicación de un doble pedido, acabó convirtiéndose en una compra parcial del astillero, con la entrada de la petrolera mexicana en el accionariado y la toma de control del 51 % de Barreras por 5,1 millones de euros.
Con el empresario y accionista José García Costas al frente, Barreras se disponía a navegar hacia un nuevo y prometedor horizonte repleto de promesas de contrataciones. Hasta 14 buques, 6 de ellos floteles, llegó a comprometer Pemex en Barreras y otros astilleros gallegos, dentro del plan de renovación de la flota de la petrolera mexicana, que acabó haciendo aguas, y con buena parte de aquellos directivos que escenificaron sus grandes promesas en Vigo juzgados por corrupción. Con Pemex todavía en el accionariado, aunque con su participación a la venta, el astillero vigués comenzó a lanzar ofertas de construcción de buques a todo lo que se movía en el mercado. Y en la red cayó The Ritz Carlton Yacht Collection, la nueva división naviera creada por el gigante estadounidense de los hoteles para abrirse camino en el segmento de los cruceros de lujo.
En el 2017, Barreras se adjudicó el primer crucero, el Evrima, por 240 millones de euros, un coste muy inferior al presupuestado por sus principales rivales europeos (todos superaban los 300 millones de euros). En el año 2019, los americanos firmaron la construcción del segundo crucero en Barreras, pero para entonces el Evrima ya arrastraba un desfase presupuestario que con el paso del tiempo ha ido a más, hasta situar el coste del buque, todavía sin terminar, en 400 millones. En el 2020 Barreras entró en preconcurso, y Ritz Carlton Yacht Collection optó por comprar el astillero (las acciones de Pemex, García Costas y Albacora) con el único objetivo de acabar su crucero. Pero acabó llevándoselo a Astander, dejando a Barreras en bancarrota, sin carga de trabajo y en liquidación.
Una historia de 130 años llenos de dificultades en los que nunca dejó de hacer barcos
Hijos de J. Barreras es un astillero con mucha historia detrás, testigo de crisis, reconversiones y conflictos laborales que forjaron un sindicalismo con sello propio; pero también una marca de calidad, capaz de construir todo tipo de buques para países de me dio mundo. Su ADN está marcado por momentos de dificultad, como el que acabó con la intervención de la empresa por parte del Instituto Nacional de Industria, que decidió su absorción a finales de 1976.
Casi 20 años después, fue privatizado y adquirido a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) el 9 de junio del año 1998, aunque su adjudicación por el Consejo de Ministros fue ya a finales del año 1997. Como singularidad, se convirtió en una de las primeras compañías públicas que liquidó el Estado en su largo proceso de privatizaciones y, desde luego, el primer astillero.
En sus 130 años de actividad, Barreras ha atravesado momentos difíciles, pero nunca dejó de hacer barcos. Desde 1892 hasta el 2019, ha botado o proyectado y licitado una media de 15 buques por año. En total, más de 2.000 barcos.
Empezó a construir buques de acero en 1932. Por primera vez en España. No es este su único hito. Ya en 1909 construyó el mayor barco de vapor de España (con máquina de 90 caballos) dedicado a la captura de la sardina. Su nombre era Campaláns, y fue desguazado en 1999.
En 1970 Barreras se convirtió en el primer astillero español que construyó plataformas petrolíferas, una proeza que a punto estuvo de llevarlo a la quiebra. En el 2001 entregó a Trasmediterránea el emblemático Sorolla, el mayor ferri para vehículos y pasajeros construido hasta entonces en España con una eslora de 172 metros .
En el 2008, el astillero vigués cerraba pedidos con fecha de entrega en el 2013 para compañías españolas (llegó a firmar cuatro ferris de una tacada para Armas) y para navieras extranjeras, siendo pionero en la construcción de buques de apoyo a plataformas petrolíferas.
Antes de la crisis del tax lease, y de la entrada en concurso de acreedores, su cartera de pedidos llegó a alcanzar un valor de 1.350 millones de euros. Fueron años dorados, en los que en las instalaciones de Barreras llegaban a trabajar más de 4.000 empleados de la industria auxiliar naval, y que desde entonces ya no han vuelto a repetirse.