Irene Paredes, una capitana con mando en plaza

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La central y Alexia Putellas fueron elegidas por el vestuario como líderes

23 sep 2023 . Actualizado a las 10:10 h.

Con carácter conciliador, es una de las caras visibles de la lucha de la selección española por el cambio. Irene Paredes (Legazpi, 1991) es toda una leyenda del fútbol español. Líder dentro y fuera del campo, perdió el brazalete de capitana en el Mundial después de mostrar su apoyo a las 15 que decidieron dejar de ser convocables. La guipuzcoana no firmó aquella carta porque consideraba que ya se había posicionado, pero debido a su liderazgo sobre el grupo quedó como una de las cabecillas del movimiento y Jorge Vilda la sumó a la lista de represaliadas.

Semanas después de proclamarse campeonas del mundo, y después de unos días de poco descanso y muchas reuniones, se sentó junto a Alexia Putellas en sala de prensa. Ambas visiblemente cansadas, mantuvieron su papel de líderes. Aunque todavía les queda mucho por conseguir. «La luz al final del túnel todavía no se ve, esto es muy largo», reconocía.

Ayer, Irene volvió a portar el brazalete de capitana. En una votación de las 23 convocadas, la zaguera del Barcelona fue elegida por detrás Alexia Putellas, pero la dos veces Balón de Oro le pidió que lo llevara ella. Es la primera capitana del cambio. Junto a ellas, dos también fueron nombradas Mariona Caldentey y Aitana Bonmatí.

Durante el Mundial ejercieron Ivana Andrés, Esther González e Irene Guerrero. Y cuando alguna de ellas no estaba en el campo esa responsabilidad recayó también en Alba Redondo, Olga Carmona y Misa Rodríguez.

Durante la rebelión, Irene Paredes dejó de vestir la camiseta de la selección durante ocho meses como forma de reivindicar una lucha que todavía está en proceso. Volvió el pasado mes de abril, ante Noruega, siendo titular indiscutible.

Su veteranía y su carácter la llevaron a ejercer de dueña de una zaga que llevó a España a tejer su primera estrella en la camiseta. Y no fue nada fácil para ella. Justo antes de la concentración de preparación para el Mundial, su padre se murió de forma repentina. Se recompuso y se llevó a su talismán, su hijo Mateo, al Mundial. Fue una de las cosas que consiguieron con sus reivindicaciones: un plan de conciliación familiar que le permitió que el acompañase a la concentración.

A sus 32 años, lleva quince años en la élite del fútbol. Las ha pasado de todos los colores, por eso sabe bien de lo que habla cuando reclama cambios. La central es la única que disputó las últimas tres Eurocopas (2013, 2017, 2022) y dos Mundiales (2015, 2019). Ahora su gran deseo es disputar unos Juegos Olímpicos, un billete que concede la Liga de Naciones.

Irene Paredes mantiene el firme propósito de pensar solo en jugar al fútbol y, sobre todo, en el futuro de las que vendrán. «Saltar al terreno de juego nos libera y es lo que nos gusta hacer», afirmó tras la victoria ante Suecia.

Finalista del Balón de Oro en el 2021 y nombrada mejor defensa de Europa en varias ocasiones, ahora regresa a España para la disputa del segundo partido de la fase de grupos ante Suiza (martes, 21.00 horas, La 1).

Sin pelos en la lengua y sin miedo a las preguntas, ha dado la cara en todos los momentos complicados en todo este proceso. Pese a lo complicado de la situación, la selección se conjuró sobre el terreno de juego para centrarse exclusivamente en el juego. Irene Paredes lideró el corrillo español previo al inicio y el mejor equipo del planeta recuperó sus sensaciones nada más pisar el verde del Gamla Ullevi de Gotemburgo.

España llegó a deslumbrar por momentos, y la justicia poética hizo que las futbolistas volvieran a sonreír. El fútbol les hizo recordar que hace poco más de un mes fueron campeonas del mundo. Algo que algunos se encargaron de hacer olvidar.