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Ding y Nepomniachtchi se enfrentan este domingo en la décima partida en Astaná en uno de los duelos más igualados de la historia, que domina el ruso por 5-4
23 abr 2023 . Actualizado a las 11:02 h.El duelo por la corona del ajedrez vuelve este domingo, con la décima partida del Mundial. Frente a frente, el ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren. Pasados nueve capítulos, lidera el ruso. Una lucha disputada, con momentos de buen ajedrez, y también de errores inconcebibles, que demuestran que hay vida más allá del vigente campeón, el noruego Magnus Carlsen.
El Mundial comenzó en tablas. Nepo puso la primera victoria en la segunda partida moviendo negras. Ding estabilizó el duelo con otro empate. El chino remontó en la cuarta, ante un ruso visiblemente nervioso. Situación que revirtió en la quinta, volviendo a ponerse por delante. Ding devolvió la igualada en la sexta. Un extraordinario esfuerzo defensivo salvó de milagro a Nepo en la séptima, con 37 movimientos. Las tablas llegaron en la octava y en la novena. Un 5-4 para el ruso antes de la décima, de un máximo de 14, que disputarán hoy.
Las tablas de la novena se fraguaron en casi seis horas de duración, la más larga de las disputadas hasta el momento. El Gran Maestro ruso se acercó un poco más al título, y ahora está a dos puntos y medio de convertirse en el nuevo campeón del mundo. Mientras, el chino Ding Liren se defendió con tenacidad, y hoy buscará su oportunidad en el décimo envite.
Caprichos
Dylan y un cambio de hotel. Tras una dura batalla en la octava ronda, ambos jugadores parecieron bajar la intensidad en la novena, pese a estar casi seis horas delante del tablero. Nepomniachtchi, que jugó con blancas, atacó en el flanco de rey y sacrificó un peón en su iniciativa ofensiva. Hoy, las blancas serán para Ding. El Gran Maestro chino nunca ha jugado por un título tan relevante y, a pesar de su experiencia, la presión de los ojos de todo un país puestos sobre él, podrían jugarle una mala pasada. A ello se une la ruptura con su pareja, lo que le provocó una gran inestabilidad emocional, como él mismo reconoció. Después de la quinta partida, y aprovechando el día de descanso, decidió cambiarse de hotel, al mismo donde se juega el Mundial, porque lo consideraba «demasiado lujoso», y le incomodaba tanta presencia rusa y las clásicas sospechas de espionaje. Además, pidió a sus padres que viajaran desde China para acompañarle. La quinta derrota le hizo mella, pero los cambios, y escuchar Blowing in the Wind, de Bob Dylan, le ayudaron a levantar el ánimo. Tanto fue así, que logró la victoria en la sexta.
En contra de la invasión
«Detenga la guerra». Nepo lleva ventaja, pero tendrá que pelear mucho para lograr los 2,5 puntos que le hacen falta para ser campeón, aunque coraje no parece faltarle. El Jedi, como así le apodan sus seguidores, encabeza el documento firmado que los principales maestros rusos enviaron al presidente Vladimir Putin, donde le pedían directamente: «Detenga la guerra». Varios de los firmantes prefirieron abandonar el país antes de recibir represalias, mientras que Nepo decidió quedarse y, gracias a personas de las altas esferas de la sociedad rusa, lo hace sin represalias a pesar de su negativa al conflicto. Ser famoso le protege, y volver a convertirse en campeón del mundo lo haría todavía más.
La gestión del tiempo
El punto débil de Ding. En la séptima partida, Ding llevaba el mando. La tenía controlada hasta que la mala gestión del reloj le dejó sin la victoria. El Mundial dispone de más tiempo que otros torneos de élite. En la Copa del Mundo, los jugadores tienen 90 minutos para los primeros 40 movimientos y 30 para el resto. En el ajedrez clásico es frecuente que los primeros movimientos se realicen de memoria. Algo en lo que Ding está completamente en contra, convencido de que su comprensión del juego es mucho más profunda que la de su rival, más destacado por grandes ataques, y con menos dotes en otros movimientos. Por este motivo, el chino busca que su rival tenga que pensar rápido, evitando que juegue de memoria.
El problema de este sistema es que esto también le obliga a él a pensar más deprisa. Eso le ocurrió en la séptima partida. Ding entró en pánico cuando tenía el juego controlado, y la sola idea de perder por tiempo le bloqueó. Perdió el control de sí mismo. Ding es capaz de desplegar una defensa francesa y, a la vez, no coronar una partida fallando con el descabello.
Salas de descanso
Un escenario vacío. La concentración es la base de la partida. Sin embargo, en este Mundial llama la atención la cantidad de tiempo que el escenario de la partida está vacío. Ambos jugadores apenas pasan tiempo en la sala de juego, ya que, tanto Ding como Nepo se refugian en sus salas privadas, esperando a que su rival haga su movimiento. Allí pueden comer, beber y alejarse de la presión de los escaques, pero el espectáculo queda deslucido para los espectadores. Está prohibido que Nepo y Ding hablen con nadie durante la partida. Además, gritar está muy mal visto, incluso en sus camerinos, donde hay instaladas cámaras de control remoto.
Exigencias
El cocinero de Nepo. Tras perder en el Mundial de Dubái contra Magnus Carlsen, Nepo no quiere que nada le distraiga, cambie sus rutinas o afecte a su modo de juego. Esto le ha llevado a no perder descuido en Astaná, elevando sus exigencias a límites insospechados. Por ello, se ha llevado su propio cocinero. Nadie conoce mejor sus gustos.