Se siente «uno de los mejores» y luchará por demostrarlo en K2 o K4 en París 2024
14 oct 2021 . Actualizado a las 10:10 h.Cristian Isaac Toro Carballo (La Asunción, Venezuela, 1992) ya rema con decisión hacia París. Apeado del K4 que conquistó la plata en los Juegos Olímpicos de Tokio tras una baja médica por la ansiedad que le provocaron las «extrañas diferencias» entre las distintas combinaciones de palistas y que hicieron denunciar a su club, el Fluvial de Lugo, un posible boicot en las pruebas selectivas, cree que la selección de piragüismo fue la más dañada. De vuelta al trabajo tras su boda con Susana Salmerón, el campeón en Río se siente respaldado por sus resultados y cree que Craviotto, Germade, Arévalo y Walz comparten con él y Garrote una «espinita» por perder el oro ante Alemania.
-¿Cómo le ha sentado el matrimonio?
-Es un momento importantísimo y muy bonito. Pude hacerlo en Galicia, con toda mi familia y los amigos. Fue pequeña, pero estoy muy contento y feliz.
-Venía de unos meses muy complicados en lo deportivo. ¿Necesitaba mucho un día así?
-Sí, porque ha sido un año que podría haber sido mucho mejor, en el que tenía depositadas grandes ilusiones y todo se truncó con los problemas que hubo en la confección del barco para el K4 500 de los Juegos. Al final quien lo pagó fue España porque no pudimos ganar el oro, que era el objetivo. Esperemos que en este ciclo se haga mejor el trabajo.
-¿Qué pasó en ese selectivo?
-En 2020 íbamos a ir los cuatro más rápidos, pero cambiaron los criterios. Probaron distintas combinaciones del K4, pero las diferencias de tiempos fueron extrañas e hicieron pensar al entrenador que no se ajustaban a la realidad. Por eso lo paró. Tengo mi opinión, pero me la guardo porque implica a compañeros.
-¿Le dolió?
-Ha sido muy difícil porque di el nivel que se requería en las pruebas de clasificación y al final el problema fue extradeportivo. Como es algo que yo no puedo controlar, tampoco me doy mala vida, porque yo hice mi trabajo y cumplí en todo lo que me pidieron. Éramos seis seleccionados y yo fui el tercero por tiempos. A Tokio fueron el quinto y el sexto. Son cosas extradeportivas, decisiones de la federación que no se entienden. Yo estoy a gusto con el trabajo que hice.
-¿Cree que se ha reivindicado en el Mundial de Copenhague?
-Sí, aparte de reivindicar mi figura, en el Campeonato de Europa también quedamos cuartos y estuvimos a la misma distancia de Alemania que el otro K4 en los Juegos Olímpicos. Al final, más que reivindicarme, me da un poco de tristeza porque lo podríamos haber hecho mejor en los Juegos si hubiésemos trabajado como un equipo.
-¿Se ve en París 2024?
-Sí. Yo creo que tengo el nivel y la distancia me viene bien. Entiendo que la federación va a trabajar para que en París estén los mejores barcos y yo me siento y me veo dentro de los mejores.
-¿En qué barco tratará de llegar?
-Voy a preparar tanto el K2 como el K4.
-¿Tiene preferencias respecto a sus posibles compañeros de embarcación?
-Hay mucha gente preparando esos barcos y entiendo que va a haber cambios durante todo el ciclo. Yo solo espero estar con los mejores para afrontar esos Juegos Olímpicos e intentar ganarlos.
-¿Ha pasado página tras el lío del selectivo?
-Me limito a controlar lo que está en mi mano. Fue triste porque al final lo pagó el equipo. Perjudicó al seleccionador, la relación entre los deportistas se vio afectada en algunos casos, el barco no trabajó bien y no sé cómo llegó la gente de forma a los Juegos. No pudimos ganar y creo que eso nos dolió a los que estábamos en casa y a los que fueron a Tokio.
-¿Cómo es su relación ahora con los que fueron a los Juegos?
-Es buena. Entiendo que a veces las cosas no son como deberían, pero forma parte del deporte. Por una lesión, una decisión o mil cosas puedes quedar apartado. Seguro que ellos también tienen la espinita de no haber ganado el oro. Ojalá que pronto estemos peleando juntos por ello.
-En el deporte de élite no son demasiado habituales parones como el suyo en el 2019. ¿Cree que le ha perjudicado?
-Si no hubiese parado seguro que habría estado en Tokio. Todo viene derivado de mi decisión de estar con mi familia, pero me hubiera arrepentido más de no ver crecer a mi hijo que de no tener una medalla más en casa. Yo pongo a mi familia por delante de los éxitos deportivos, y además ya soy campeón olímpico.
-Pero quizá no todo el mundo entiende esa decisión.
-Es lícito que haya gente que ponga por delante su éxito personal del tiempo con la familia, no quiero decir que lo mío sea lo bueno y lo de los demás malo. Cada uno es diferente.
«Echo en falta un poco más de cariño de Viveiro»
Cristian Toro se reivindica entre los mejores pese a su ausencia en los Juegos. El ciclón forjado en la ría de Viveiro está convencido de que le quedan muchas victorias que celebrar.
-Incluso tras ser oro olímpico, le costaba encontrar patrocinios. ¿Ahora se siente bien arropado?
-Estoy muy bien apoyado por mis patrocinadores y toda la gente que está conmigo. Soy muy joven y son conscientes de que me quedan muchas cosas por ganar. La mayoría se fijan en los Juegos, pero yo he ganado todos los selectivos y todas las pruebas del Campeonato de España en las que participé este año, en el Europeo estuve tan cerca de Alemania como el barco de los Juegos... Si te paras a ver los resultados, probablemente sea uno de los piragüistas más en forma. Estoy motivadísimo. Quiero demostrar a la gente que solo ve los Juegos que soy de los mejores.
-¿Puede alcanzar el nivel de cuando ganó el oro olímpico?
-Mentalmente soy mucho más fuerte, mucho más maduro y tengo el apoyo de mi familia. Esa parte está mejor cubierta. Físicamente a Río llegué muy bien y seguro que a París también lo haré.
-¿Con los años teme perder la explosividad que siempre le ha caracterizado?
-A París llegaré con 32 años, todavía es una edad en la que sigues en plenitud si trabajas bien. De explosividad voy bien servido, pero se van a remar 500 metros, así que también necesitaré fondo. Estoy seguro de que llegaré en las mejores condiciones.
-Pensaba opositar tras Tokio. ¿Ese plan se aplaza?
-No. Estoy opositando para Policía Nacional, y con la mente también puesta en París, por supuesto. Queda muy poquito.
-Reside desde hace tiempo en Madrid. ¿Viene mucho a Viveiro?
-Allí está buena parte de mi familia, mi abuela, mis tíos en Lugo, amigos... Es mi paraíso. Además, mi chica también vivió allí muchos años y nos gusta ir cada vez que podemos.
-¿Se siente valorado en su tierra?
-No mucho, la verdad. No quiero entrar en política, pero no hubo ningún homenaje y además un grupo político planteó poner mi nombre a la calle donde está el club en el que empecé y el gobierno votó en contra. No es fácil ser profeta en tu tierra, pero echo en falta un poco más de cariño de Viveiro. Allí fueron mis inicios y llegué a lo más alto del deporte. Nunca reniego de ello, para mí es un orgullo y sí que me gustaría tener un poco más por parte de ellos. Ojalá en el futuro.