Pau Gasol se retira del baloncesto, el adiós de un extraterrestre sobre el parqué
DEPORTES
«Estoy aquí para comunicaros que me voy a retirar», anuncia el catalán, que deja las canchas convertido en el mejor jugador español de siempre
06 oct 2021 . Actualizado a las 15:39 h.Pau Gasol es ya exjugador del baloncesto. Una frase que se mueve entre la ovación y el terror. El mejor jugador español de la historia del baloncesto —sin ningún tipo de duda— pone fin a una andadura gloriosa de más de dos décadas sobre los parqués de medio mundo. De la humilde madera de la LEB y la EBA a los materiales más nobles del globo, los que entablan pistas como el Staples Center de Los Ángeles o el Madison Square Garden de Nueva York.
Pau Gasol anunció su despedida del baloncesto en un acto solemne en el Liceo de Barcelona. Con 41 años y tras una última temporada en activo tras dos años de lesión. Un curso agridulce con salario de jornalero en el Barça que se saldó con una Liga más para las vitrinas culés, pero sin poder alzar la Euroliga que le faltaba al pívot en su larga lista de trofeos levantados. El verano no fue mejor, eliminado en unos Juegos Olímpicos antes de tiempo en el que el único registro que batió fue el de presencias en una cita olímpica. Cinco, casi nada.
Gloria tras gloria
Pueden contarse sus medallas con la selección (once en total entre mundiales, Europeos y Juegos Olímpicos, además de otras cuatro en categorías inferiores), pueden contarse sus trofeos levantados y sus títulos individuales, pero la importancia de la lista de éxitos en la carrera de Pau Gasol es imposible de cuantificar. Es lo que ha ganado, pero también es lo que ha supuesto para el baloncesto en España y para los que han llegado detrás de él. Los oros brillan tanto que, a veces, impiden ver el bosque.
Tras liderar a los júniors de oro en el Mundial de Lisboa de 1999 —venciendo a Estados Unidos en la final y finiquitando una frustración histórica del baloncesto español— y brillar de una manera fuera de lo común en sus primeras temporadas en el Palau —su actuación en la Copa del Rey de Málaga en el año 2001 es un recuerdo indeleble para la historia de la competición— se marchó a la NBA. Era el segundo español en hacerlo tras Fernando Martín, cuyas expectativas quedaron enterradas en Portland sin ningún tipo de brillo sobre la pista.
Entró pisando fuerte como número 3 del draft, la elección más alta de un jugador no formado en Estados Unidos hasta entonces. Acabó en Memphis de rebote, una franquicia sin tradición donde podría haberse frustrado, pero él supo aprovechar la ocasión de ser protagonista en un equipo del vagón de cola. Su primera temporada en aquel equipo, junto a jugadores como Jason Williams o Sean Battier, le llevó a ganar el premio al mejor novato del año. El primer jugador no americano de la historia en conseguirlo. No tardó en granjearse el apodo de E.T. Sus largos brazos y su talento de otro planeta no eran para menos.
Seis temporadas y media se tiró Gasol en Tennessee antes de que le llegase su oportunidad en los Lakers. En medio curso junto a Kobe Bryant llevó al equipo a las finales por el anillo ante Boston. A las órdenes de Phill Jackson, convirtió a un equipo a la deriva desde el divorcio entre Bryant y O'Neal en el 2004 en una máquina de ganar partidos. Los Lakers perdieron aquella final ante Boston, pero ganaron los dos siguientes anillos.
Chicago, San Antonio y Milwaukee, plazas históricas, antes de que una lesión en el pie le impidiese debutar con Portland Trail Blazers. En total, 18 cursos en la mejor Liga del mundo donde ha dejado huella. Sin chauvinismos. Seis veces All-Star, cuatro veces seleccionado en el mejor equipo de la Liga, el número 39 del ránking histórico de puntos, el 28.º en la lista de reboteadores y el 21.º en la de taponadores. Ya con las botas colgadas, podrá seguir haciendo historia. Es más que probable su presencia futura en el Salón de la fama americano y que la camiseta con su nombre acabe ondeando en lo alto del Staples.