El pívot todavía puede reconquistar la ACB antes de encarar su gran desafío internacional en los juegos olímpicos de Tokio
31 may 2021 . Actualizado a las 09:12 h.Pau Gasol regresó al Barça para escribir el epílogo de su brillante carrera en el mismo lugar en el que la inició. No podía encontrar mejor destino para buscar su mejor forma posible después de dos años alejado de las canchas, con el punto de mira puesto en los juegos olímpicos de Tokio. Entró en la mejor plantilla azulgrana de este siglo y se vio ante una posibilidad única de engrosar un palmarés increíble con el único gran título por equipos que le falta: la Euroliga. Le faltó muy poco para conseguirlo, y quizás haya sido la primera y única oportunidad de lograrlo.
Con cuarenta años es inevitable perder facultades físicas. Pero conserva intactas las dos mejores cualidades que jalonan su trayectoria: es un tipo listo y un competidor insaciable.
A la vista de su caudalosa cosecha de conquistas, el encaje en una plantilla que estaba haciendo un gran baloncesto y en la que todas las piezas parecían estar en su sitio podía presentar algún riesgo. Pau Gasol se ocupó de que no fuese así, con prudencia. Tardó en debutar, empezó ganándose sus minutos en la Liga Endesa y se hizo un hueco en las rotaciones sin hacer ruido, sobre todo a la hora de dar descanso a Brandon Davies.
Ya no es el eje sobre el que pivota el juego del equipo. En ataque, hay pocos balones para él y que pasen por él. Pero trabaja para el grupo, se multiplica en los bloqueos, sube y baja como siempre lo ha hecho, como si fuese un alero y no un pívot. Atrás se le notan más las costuras, si bien es capaz de firmar acciones como el tapón que parecía volver a meter al Barça en el partido.
También fuera de la pista
En todo caso y con todos los galones que luce, también es un jugador que aporta cuando no está sobre la pista. Fue el primero en amortiguar la efusividad de Jasikevicius cuando se jugaba la segunda técnica y, por consiguiente, la expulsión, todavía en el primer cuarto. Animó como si se estuviese jugando su primer título. Y se quedó muy cerca de la meta.
La competición no para. El Barça regresa este lunes y el martes por la noche ya tiene el primer envite de los play off de la ACB, ante el Joventut. Está por ver cómo le afecta al equipo la decepción europea, porque este curso las eliminatorias son al mejor de tres partidos y los eventuales tropiezos tienen menos margen de corrección.
Gasol se fue a la NBA hace veinte años, después de ganar la liga con el Barcelona. Y está ante una gran ocasión de reconquistar el título.
Sea como fuere, a la conclusión de la Liga Endesa le tocará descansar y centrarse en la búsqueda de la otro gran cima que se le resiste, el oro olímpico.
Y, pase lo que pase en Tokio, habrá que ver si opta por la retirada o se ve con ganas de seguir al menos una campaña más en la brecha.
Un punto y tres rebotes
En la final de la Euroliga firmó un expediente que recoge trece minutos sobre la cancha, en los que anotó un tiro libre, capturó tres rebotes y puso un tapón.
Higgins, Brandon Davies y Kuric fueron los que más tiraron del carro en la anotación. El que quizás salga peor parado de la cita de Colonia sea Nikola Mirotic, que no terminó de encontrar su golpe de pedal. El ala pívot hispano-montenegrino no se escondió, pero tampoco consiguió reivindicarse y acabó firmando una actuación discreta.