La pista australiana sigue siendo gafe para el tenista español, que perdió frente a Tsitsipas en los cuartos de final después de ir ganando por dos sets a cero
18 feb 2021 . Actualizado a las 09:38 h.Está claro que la Rod Laver de Melbourne no es la pista preferida por Rafa Nadal. En ella ha jugado buenos partidos, ha vencido en una final a Federer, pero por contrapartida, es en donde más contratiempos en forma de lesiones y retiradas ha tenido. Sin duda, estas circunstancias influyen para su confianza.
Ayer, en cuartos de final, disputó los dos primeros sets a un gran nivel. El griego, que no había jugado en la ronda anterior por la retirada de Berrettini, no lograba contrarrestar el dominio del español. Rafa se imponía en los intercambios, castigando la derecha de Tsitsipas que no estaba cómodo. La iniciativa y el peso del partido corrían a cargo del mallorquín, que aprovechó las tres bolas de break de que dispuso para ganar con autoridad los 2 primeros parciales y dar la sensación de que no se le podía escapar el pase a las semifinales.
Sin embargo, el griego, que tiene unas extraordinarias condiciones, comenzó a jugar mejor. A la regularidad de su excelente saque y a su espectacular revés a una mano, Stefanos recuperó su derecha y a Rafa le costó cada vez más dominar los peloteos. Se llegó al tie-break en el tercer set, en el que la victoria del heleno cambió el signo anímico del partido.
Tsitsipas incrementó su ritmo de juego, tanto en la potencia de sus golpes, como en la anticipación de sus movimientos, y a Rafa se le notó un bajón sobre la soltura de los primeros sets. Si a ello unimos la eficacia del griego sacando, que no le dio ocasión a Nadal de tener ninguna bola de break ni en el tercer ni en el cuarto parciales, es razonable que a pesar de su fortaleza mental, el balear comenzase a tener dudas de cómo sacar el partido adelante.
Confianza del griego
La sensación en la pista era de que Tsitsipas creía posible ganar el partido y, en cambio, Rafa no veía la forma de superar el gran juego desplegado por su adversario. El partido llegó igualado al quinto set. Curiosamente, en el juego que el griego sirvió para ganar el partido fue la única bola que tuvo Rafa para romperle el servicio en los 3 últimos sets, pero Stefanos la salvó y con un gran revés paralelo se hizo con la victoria tras algo más de 4 horas de excelente tenis.
Otra vez se marcha Rafa de Melbourne sin conseguir el título. Ayer jugó muy bien en los dos primeros sets, y quizás le faltó el mantener el ritmo cuando el mejor juego de su rival lo requería.
Tsitsipas, por su parte, demostró que es uno de los más firmes candidatos a relevar a Rafa y Novak a partir de ahora. El griego lo tiene todo: excelente saque, un gran físico, extraordinarios golpes de fondo, carácter de ganador... La volea y cómo se maneje con su entorno son las únicas dudas en un aspirante con condiciones suficientes para ser un futuro número 1. La semifinal con Medvedev (mañana, 9.30 horas), que ayer derrotó con comodidad a Rubliov por 5-7, 3-6 y 2-6, y el enfrentamiento del vencedor de este partido con, presumiblemente Novak Djokovic en la final, darán pistas sobre esta atípica temporada que acaba de iniciarse, y en la que hay más interrogantes que nunca. ¿Podrá volver Federer a ganar Wimbledon? ¿Rafa sumará otro Roland Garros? ¿Mantendrá Djokovic el número 1?. ¿Serán capaces los jóvenes aspirantes a desbancar a los de arriba? Y, en caso afirmativo, ¿cual de ellos será: Tsitsipas, Medvedev, Thiem, Zverev,…?
En definitiva, Rafa se marcha decepcionado por no poder cerrar un partido que tenía muy bien encaminado, y mostrando un nivel de tenis excelente para su corta preparación, pero hay que rendirse al juego excepcional que desplegó su rival y a que a pesar de ello ha estado muy cerca de la victoria.
También hay que destacar la buena actuación de Garbiñe Muguruza en la prueba femenina, lo que hace concebir esperanzas de que esta temporada sea la de su vuelta a la élite del tenis femenino.