Los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers juegan en Miami en la madrugada del domingo al lunes por el título de la NFL
02 feb 2020 . Actualizado a las 11:02 h.Los entrenadores de los equipos que jugarán por ser el mejor conjunto de fútbol americano del planeta guardan historias que bien valen una Super Bowl. Podrá comprobarse desde las 00.30 horas del lunes. Lo retransmite Movistar + (#Vamos)
ANDY REID ENTRENADOR DE LOS CHIEFS
El football le debe una Super Bowl al Arsenio Iglesias de la NFL
Andrew Walter Reid (Los Angeles, 1958) es, probablemente, uno de los entrenadores más respetados de la NFL. Y no tiene ni una Super Bowl. Para muchos, Miami podría saldar esta deuda histórica con un hombre que ha sabido interpretar el football a lo largo de un cuarto de siglo, que fue la piedra clave de los Eagles de Philadelphia, a los que llevó a seis títulos de la División Este, cinco finales de la NFC y una Super Bowl (perdieron contra los New England Patriots) en sus catorce años en ese banquillo. Con los Chiefs ya sumado tres títulos de división, pero la gran final de la NFL se le resiste.
Muchos le critican que se haya quedado a un paso de la gloria en tantas ocasiones (los futboleros del balón esférico se acordarán en estos momentos de Héctor Cúper; en el banquillo, solo seis entrenadores en la historia han ganado más partidos que él... pero entre los seis han ganado 29 títulos) pero todos aprecian su resiliencia. Y es que Andy Reid ha sabido sobreponerse no solo a las lesiones e indisciplinas de sus jugadores más importantes, sino que incluso tuvo que superar en el año 2012 el fallecimiento su primogénito Garrett víctima de una sobredosis de heroína a un mes de comenzar la temporada.
Los equipos de Reid son fiables, no cabe la menor duda. En veinte años los ha situado entre los diez mejores ofensivos en doce ocasiones y entre los diez mejores defensivos en once. Y es maestro de entrenadores. Diez de sus asistentes acabaron siendo entrenadores principales en la NFL y dos de ellos hasta ganaron la Super Bowl (John Harbaugh y Doug Pederson). De nuevo, los futboleros del balón esférico, podrían recordar a Arsenio Iglesias en este punto.
El reto al que se enfrenta es mayúsculo. Los Chiefs apenas tienen una Super Bowl, aunque gozan del 100% de efectividad, ya que solo disputaron la de 1970.
Hay quien sostiene que en el salón de la fama ya hay un espacio reservado para Andy Reid, pero que debe entrar acompañado de la Super Bowl. Mientras, él se lo toma con filosofía: «No podría estar decepcionado. Creo otros tendrían más razones para estarlo». Palabras que suscribiría el propio Arsenio. Qué duda cabe.
Kyle Shanahan ENTRENADOR DE LOS 49ERS
El técnico que perdió los papeles busca su primer título nacional
Ser hijo de un mito de los banquillos no es fácil en Estados Unidos. Kyle Michael Shanahan (Minneapolis, 1979) sabe que las dos Super Bowls consecutivas que ganó su padre Mike (1998 y 1999) con los Denver Broncos pesan mucho. Pero lo primero que debe hacer es no perder los papeles. Literalmente.
Porque ya le sucedió en la final de la NFL del 2017. Kyle era el entrenador ofensivo de los Atlanta Falcons, que se enfrentaban a los todopoderosos los New England Patriots de Tom Brady. El caos surgió tras su conferencia de prensa previa al gran partido: había perdido su mochila, en la que guardaba toda la estrategia ofensiva para la final y 30.000 euros en entradas. Tras una melodramática y eterna búsqueda, apareció. Un reportero del San Francisco Examiner se la había llevado sin querer.
No ganó para sustos Shanahan hijo en aquella Super Bowl, aunque para ser honestos, aquello no fue culpa suya. Es más, la primera parte demostró que ofensivamente los Falcons estaban muy trabajados (28-3 al final del tercer cuarto). Lo que sucedió después fue insólito. La mayor remontada de la historia de la Super Bowl y la primera prórroga disputada en una final de la NFL. En la muerte súbita, ganaron los Patriots. «Recuerdo cada jugada», se lamentó para la eternidad Kyle Shanahan.
El entrenador de los 49ers es, eminentemente, un preparador ofensivo. Dan fe de ello también en Tampa Bay, Houston, Washington y Cleveland. En su momento, batió el récord de precocidad en un banquillo de la NFL, con solo 28 años (su padre ya era entrenador principal con 35).
A pesar de ello, nunca tuvo problema en plantar cara a la propiedad de la franquicia si pensaba que eso era lo mejor para el equipo. De hecho, el propio dueño de los San Francisco 49ers, Jed York, dijo hace apenas unos días: «Ya me lo habían advertido. Choca con frecuencia. Piensa que lo sabe todo. Pero es honesto y directo. Y eso, en mi posición, es difícil de saber respecto al prójimo porque todo el mundo me hace la pelota».
Quizás, a partir de esta madrugada, a quien haya que hacer la pelota es a Kyle Shanahan.