Un padre agrede al entrenador de su hijo por cambiarlo

La Voz VIGO / LA VOZ

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El preparador asegura que tras doce años entrenando le ha tocado vivir «la cara fea del fútbol»

11 oct 2016 . Actualizado a las 07:48 h.

Un puñetazo y amenazas de muerte. Ese fue el precio que pagó el técnico del conjunto de Primera Autonómica Juvenil del Gondomar Fútbol Base, Emilio José Rodríguez Campo, Romario, por realizar un cambio poco después de que se sobrepasara la media hora de partido en el duelo del sábado frente al Sporting Guardés. El padre del futbolista al que envió al banquillo fue el autor de una agresión que ya está denunciada.

El preparador asegura que tras doce años entrenando le ha tocado vivir «la cara fea del fútbol» y que este hecho le hace replantearse su futuro. «La decisión está en el aire. No sé qué hacer. Para algunos soy el culpable por haberlo hecho público», lamenta. Y añade: «Si hay gente dentro del propio mundo del fútbol que no nos respalda, ya no tenemos nada más que hacer que recoger nuestras cosas y dejar de intentarlo».

Sin embargo, el apoyo de su entorno y de la directiva del club le da fuerzas para tratar de pasar página. Aunque no acaba de creerse lo sucedido. «Había vivido alguna agresión a algún árbitro. No somos santos y en el banquillo todos nos transformamos y tenemos nuestros impulsos, alguna discusión con el de al lado o alguna tangana. Pero hasta ahí. No concibo una situación en la que un padre viene y te golpea», señala.

Rodríguez Campo acudió al centro médico donde quedó constancia de las lesiones, no sin antes, en el propio campo, llamar a la policía para que identificara al autor, que también agredió al presidente al intentar mediar. «Este padre ya había dado muestras de ser una persona conflictiva. Desde el club se había decidido darle otra oportunidad esta temporada para que no fuera su hijo el que sin tener culpa de nada pagara los platos rotos», revela. El comportamiento fuera de lugar de esta persona era ya habitual, pero nunca había pasado de los gritos a las manos.

Por quien más siente el técnico lo sucedido es precisamente por el futbolista. «El chaval era un ejemplo a seguir en el vestuario, nunca dio un solo problema y ahora es el mayor damnificado. No lo tiene que estar pasando bien». Pero espera que tanto para él como para todo el club, esto sirva de aprendizaje. «Cuando se encaran con el contrario les castigo mucho. A veces no entienden que les saque si tienen una tarjeta que no deberían haber tenido. Espero que ahora lo comprendan mejor».