Tardó solo media hora en grabarla y batió todo tipo de récords. Es «All I Want For Christmas Is You» y la escucharás sin parar este mes
07 dic 2023 . Actualizado a las 13:53 h.Ella no lo tenía nada claro. Él, sí. Ella era Mariah Carey, una de las cantantes más populares del pop americano de los noventa. Él, Tommy Mottola, su mánager y entonces también su marido. Entre la intuición de uno y la resolución de otra, orquestaron uno de los mayores éxitos de la historia del pop en un campo en el que parecía que estaba todo inventado y resultaba improbable dar un pelotazo de esas características. Ya le había cantado Elvis Presley a la Navidad. También Frank Sinatra y The Beatles. Incluso Phil Spector editó su celebérrimo disco navideño, y por ahí andaba el Last Christmas de Wham! como pieza perfecta con envoltorio pop. Nada de esto alcanzó el nivel de lo que logró Mariah Carey cuando en 1994 se metió en el estudio, le hizo caso a su esposo y, en apenas media hora, salió de allí con All I Want For Christmas Is You.
Difícilmente se puede encontrar en la historia del pop 30 minutos mejor invertidos en pos del éxito. Porque esa canción derivó en un suceso que lo desbordó todo. El año pasado se publicaba que el tema ya había generado 60 millones de dólares directos en derechos para la artista. En el año 2019 se coló en el Guinness World Records que en su edición 2020 incluyó a Mariah Carey por tres motivos. Uno, ser la canción de vacaciones más alta en la lista Hot 100 de Estados Unidos. Dos, convertirse en la canción más transmitida en Spotify en 24 horas. Y tres, permanecer la mayor cantidad de semanas en la lista de los 10 mejores singles del Reino Unido para una canción de Navidad. En el año 2022 volvía a ser noticia al ser el tema más escuchado en un día en Spotify, llegando a 21,2 millones de veces en solo 24 horas.
SÍMBOLO DE LA NAVIDAD
All I Want For Christmas Is You es todo un símbolo omnipresente de la Navidad en los países anglosajones y, por extensión, en prácticamente todo el planeta. Desde luego, el temor que tenía la intérprete a no estar a la altura era infundado. Cuando se atrevió le dijeron que la cantase como si fuera un clásico. Que lo era, aunque nadie lo sabía entonces. Contiene esa mezcla de melancolía y alegría típica de la Navidad. Empieza tímida. Se abre poco a poco. Y, de pronto, estalla con una felicidad absolutamente contagiosa.
La canción tiene reminiscencias de Phil Spector, recuerda en sus armonías vocales a los Beach Boys y presenta un acabado tan perfecto como el de los mejores temas de Abba. Dispone de pianos eufóricos, cascabeles sonrientes y una batería trotona que no se hunde en ningún momento. Todo para que Mariah Carey luzca su vozarrón diciendo que no, que no quiere regalos ni árboles de Navidad, que lo único que desea es tener a su amado a su lado.
El chispazo con el público resultó instantáneo. Se editó y se convirtió en un éxito gigantesco. El videoclip de la cantante en la nieve puso la guinda. Y la sucesión de filmes que la incluyeron, como Love Actually (2003), multiplicaron su efecto. Todo hasta el lugar preeminente que ocupa hoy como banda sonora de esta época que nos toca vivir un año más con Mariah.