El día que Mary Quant se confesó: «Perdí el interés por la minifalda cuando vi que había sido adoptada por completo e integrada en el sistema»

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Historia y revolución de la moda a partes iguales, la diseñadora fallecida este jueves a los 93 años, le contaba a La Voz de Galicia en 1971 cómo surgió su idea de acortar las faldas hasta convertirlas en un símbolo: «Me levanté diciéndome que ya era una persona mayor y me daba una pena horrible pensar que ya no podría volver a ponerme esos trajes cortos de niña»

15 abr 2023 . Actualizado a las 13:50 h.

El mundo de la moda y la cultura decían este jueves adiós a Mary Quant (Londres, 11 de febrero de 1930). Inventora de la minifalda en los sesenta moría en su casa de Surrey a los 93 años

Quant fue una revolucionaria de la moda. Una de las diseñadoras «más internacionalmente reconocidas del siglo XX» en el llamado «Swinging London», y una figura «innovadora de los alegres años sesenta». Así rezaba el comunicado de su familia para reconocer la historia de una mujer que comenzó su carrera a mediados de los 50 abriendo una tienda en la céntrica King's Road de la capital británica. Y es que Quant es la minifalda, pero también muchas otras cosas. Ella fue además la pionera de las medias de colores, del estilo Chelsea, del corte bob (iniciado por su gran amigo Vidal Sassoon) o la responsable de la reinvención de la boutiques.

En aquellos 60, junto a los Beatles, Mary Quant fue lo más. Una fama por la que no tuvo que esperar décadas, sino que ya era algo que evidente en aquel momento. Toda ella llamaba la atención y todo lo suyo era noticia. 

La Voz de Galicia entrevistó a la inventora de la minifalda el 18 de julio de 1971. El titular incluía su gran «confesión»: «Perdí el interés por la minifalda cuando vi que había sido adoptada por completo e integrada por el sistema». 

Entrevista a Mary Quant en La Voz del 18 del julio de 1971
Entrevista a Mary Quant en La Voz del 18 del julio de 1971

La entrevista, firmada por Pilar Cernuda, empezaba con toda la fuerza:

«Le llaman 'La segunda Reina de Inglaterra'. Está medio dormida en una silla de un hotel de lujo, vestida de color naranja, con mi traje corto, muy corto, un minitraje. Es la inventora de la minifalda. Es Mary Quant, la mujer que hace siete años revolucionó al mundo entero cuando, con unas tijeras en la mano, se dedicó a cortar todo lo que tenía delante, empezando por las faldas.

-¿Qué por qué lo hice? Porque un día me levanté diciéndome que ya era una persona mayor y me daba una pena horrible pensar que ya no podría volver a ponerme esos trajes cortos de niña [...]. Me rebelé contra eso, no quería seguir creciendo y decidí hacer la revolución por mi cuenta. Era tan fácil... con unas tijeras solucioné mi problema y me sentí liberada, contenta de mí misma, feliz».

Mary Quant aseguraba en aquella entrevista que la minifalda era ya en aquel momento «un anticiparse a la emancipación de la mujer». Esta británica decía a sus 41 años que se había rebelado contra una comunidad con «ideas muy concretas».

«Eso es lo que yo no he podido soportar nunca. Por eso, estaba en contra de un grupo, que era Chelsea, totalmente clasista, y pensé que lo que yo quería era desarrollar mi propia personalidad, mis ideas. Lo que ya fue una sorpresa fue el éxito que alcancé con la minifalda. Había conseguido que todas las mujeres se pusiesen de acuerdo para vestir como yo quería, como ellas querían, como a mí me gustaba».

Según su criterio, su gran creación liberó a las mujeres «que siempre iban a donde les ordenaban». Del mismo modo, llegó a renegar de aquella falda mucho más corta de lo que se estilaba en el momento. «Yo perdí todo el interés por la minifalda cuando vi que ya estaba adoptada por completo, integrada en un sistema. Pero sigo creyendo en ella. Ahora, lo que yo destruí fue que todo el mundo llevara pantalones, o todo el mundo llevara maxifalda o todo el mundo llevara la ropa corta. Yo no me estanqué, he ido creando siempre algo nuevo y los resultados están ahí a la vista. La mujer ya se pone lo que quiere, se ha llegado a una libertad total en el vestir y ya no es obligatorio seguir 'la moda' sino que cada una lleva lo que le apetece. Creo que este ha sido mi triunfo», explicaba.

Lee la entrevista completa publicada en La Voz de Galicia del 18 de julio de 1971.

Mary Quant, con su hijo Orlando en su casa de Londres
Mary Quant, con su hijo Orlando en su casa de Londres

«Preocupación londinense por las piernas femeninas»

Cuatro años antes, Mary Quant ya estaba en las páginas de La Voz. Fue el 13 de agosto de 1967, en un artículo que contaba cómo en Londres «las minis», las minifaldas, estaban alcanzando «un nivel que se aproxima a la demencia». Una crónica enmarcada en una sección habitual de la época llamada «Página de la mujer». «Hasta las señoras que alardean de una mentalidad medieval exhiben sus rodillas por esas calles de Dios con la más despreocupada de las alegrías», decía el periodista.

Página publicada en La Voz el 13 de agosto de 1967
Página publicada en La Voz el 13 de agosto de 1967

Todo esto para contar que si la moda obligaba a llevar mini, las mujeres debían dedicar un buen tiempo a cuidar de sus piernas. «El moreno en las piernas influye favorablemente en la belleza (...) Mary Quant tiene ¿cómo no? sus productos relacionados con las piernas. No en vano, ha sido ella la lanzadora de la minifalda. Entre los citados productos, un maquillaje y una crema de brillo que concede a la piel un precioso color oro mate. Además de producir una impresión de delgadez», relata la pieza. Y es que sí, Quant llegó a tener su propia línea de cosméticos. 

Lee la página completa publicada en La Voz el 13 de agosto de 1967.

Página publicada en La Voz el 11 de junio de 1967
Página publicada en La Voz el 11 de junio de 1967

La minifalda, cuestión de política

El 8 de junio de 1967, la minifalda adquiría estatus de ideología: «¿Es de derechas o de izquierdas?». Ese era el planteamiento de «La página de la mujer». -Lee aquí la publicación completa- «En muchas partes del mundo, los partidos de derecha la están viendo como un símbolo de los de izquierda. Estos, a su vez, consideran la minifalda, como una señal de decadencia de los partidos de la derecha». Este era uno de los temas del día junto a que la «mini» parecía empezar a perder terreno: «A pesar de los pesares de muchas jovencitas, ahora conviene cubrirse con pantalones de flamenco y capas jerezanas». La llamada «estampa andaluza» era tendencia aquella temporada. ¿Gracias a quién? Pues también a Mary Quant. «Es una extravagante sobria. No muestra a la mujer exactamente como es. Tiende a disfrazarla, a someterla a la insinuación de otra cosa por extraña que sea. Mary Quant es una pseudoromántica que no admite lo tierno (...) El mundo la imita y por eso en Nueva York sopla un aire de cortijo que desentona bastante con la frialdad funcional de los tremendos rascacielos».

Página publicada en La Voz de Galicia el 1 de diciembre de 1966
Página publicada en La Voz de Galicia el 1 de diciembre de 1966

La Orden del Imperio Británico para la creadora de la minifalda

El 1 de septiembre de 1966, la «archifamosa» Mary Quant recibía de manos de la reina Isabel II la Orden del Imperio Británico. «Empezó diseñando en 1959 prendas extravagantes y ahora impone la moda a la juventud de casi todos los países». Mary Quant aparece en la foto que ilustra la noticia vestida con su gran creación. «Lo que prueba que la creadora de la minifalda también puede prestar grandes servicios al país disminuyendo unos centímetros de tela a las faldas de las mujeres». Un relato que hace una retrospectiva sobre muchos de los pasos que la histórica modista dio en su vida. «La mitad de la población adolescente del hemisferio occidental admira a Mary Quant, tanto como a 'los dos Beatles'. Porque fue ella quien diseñó las gorras que llevan John Lennon y el abrigo de piel que George Harrison lució en su boda». También, cómo fue su llegada a las tiendas. «Cuando Mary y un amigo decidieron abrir una boutique, Mary era la encargada de seleccionar los pedidos. El problema que se les presentó fue el siguiente: los clientes querían comprar las prendas que ella misma llevaba. Mary no las había comprado en ningún establecimiento sino que las había confeccionado ella misma». Esa ropa empezó a coserse en un salón particular. Las prendas eran caras, «pero se las quitaban de las manos». Pasados los años, ella misma decía al recibir la Orden del Imperio Británico: «Me gusta seguir siempre la marcha de los gustos y las tendencias. Creo que esto es lo que nos diferencia de las modistas de París. Excepto en unas cuantas casas de modas, la costura francesa está muerta», sentenciaba.

Lee aquí la página completa publicada en La Voz el 1 de diciembre de 1966.