Disney se atreve con la segunda parte de la película que arrasó en el 2013 y que verá la luz el próximo 22 de noviembre después de cuatro años de trabajo
02 oct 2019 . Actualizado a las 19:09 h.Marcó un antes y un después. Pocos esperaban que aquellas dos hermanas que habitaban un reino helado calentaran tanto la taquilla y el negocio de los dibujos animados. Hace seis años Frozen: el reino de hielo hacía click en la cabeza de millones de espectadores de todo el mundo. Ni siquiera Disney, responsable de algunos de los mayores éxitos de animación de Hollywood, pudo prever que este musical animado, que cuenta las andanzas de una princesa y su hermana, cuyos destinos se separan de pequeñas, iba a recaudar su presupuesto, alrededor de 150 millones de dólares, multiplicado por ocho. «Jamás pudimos imaginar el eco que tendría entre el público de todas las edades», reconoce el productor de la cinta, Peter del Vecho. La clave no estaba tanto en una calidad visual exquisita -la cinta, de carácter algo más infantil, no llega al nivel de otras obras coetáneas como Toy Story 3 (Pixar, 2010) o ¡Rompe Ralph! (Disney, 2012)- sino en un guion valiente y empoderado que coloca a Elsa y a Anna como dueñas de su propio destino y en unas piezas musicales, con Let It Go a la cabeza (Óscar a la mejor canción original), que ya forman parte del imaginario colectivo, virtudes éstas que la hicieron merecedora del Óscar a la mejor película animada.
Ahora Disney se atreve con una segunda parte en la que el estudio lleva ya trabajando cuatro años y que verá la luz el próximo 22 de noviembre. «Nunca hacemos secuelas, a no ser que tengamos una buena idea y el deseo de contarla», adelanta Del Vecho, que el pasado 16 de septiembre mostraba en la Academia de Cine de Madrid algunas de las secuencias que formarán parte de la segunda entrega. Los datos le dan la razón: Frozen 2 es la 58.ª película de animación del estudio y será la cuarta secuela de Disney, «la primera de un musical animado», apostilla el productor.
Tras lo acontecido en Frozen: el reino de hielo, todo parece estar en calma. Los poderes de Elsa, que ha comenzado su reinado en Arendelle, siguen aumentando, mientras su hermana Anna vive un apasionado romance con Kristoff. Olaf, el muñeco de nieve, ya no debe preocuparse del sol, gracias a la capa de permafrost con la que Elsa le ha obsequiado, y Sven, el reno, disfruta de la compañía de sus cuatro amigos. Sin embargo, una extraña voz, que solo percibe Elsa, la llama recurrentemente desde lo más profundo del bosque. La amenaza que se cierne sobre el reino obligará a los cinco a internarse en este mágico lugar. «Siempre tuvimos claro que uno de los aspectos sobre los que se podía ahondar es de dónde nacen los poderes de Elsa. Su viaje, no es un viaje romántico o amoroso, sino buscar su lugar en el mundo», desarrolla Del Vecho, que entiende los bosques encantados como «espacios de transformación, en los que las relaciones se ponen a prueba y en los que los poderes a veces son insuficientes y solo te tienes a ti mismo».
Poco más se puede desvelar de una película que vuelve a contar en la dirección con Chris Buck y Jennifer Lee, también guionista junto a Allison Schroeder. Y es que, según detalla Del Vecho, esa fue una de las condiciones a la hora de hacer la cinta. «Decidimos que solo la haríamos si todos los que habían trabajado en la primera podían formar parte del equipo. Todos dijeron que sí», dice con cierto orgullo. Así ocurre también en el apartado musical, donde serán de nuevo Kristen Anderson-Lopez y su esposo Robert Lopez quienes lleven la batuta. «Han compuesto siete canciones nuevas y maravillosas», subraya. Su papel, como siempre, va más allá del elemento decorativo y tienen una función: «Hacer que los personajes y la historia avancen». De momento, Disney ya ha deslizado unos pocos segundos de Into The Unknown, la canción llamada a seguir el éxito de Let It Go. Pocas dudas hay de que lo conseguirá.
Escenarios
Dice Del Vecho que parte de la inspiración ha llegado de mano de la mitología nórdica y escandinava. El equipo se desplazó a Noruega, Finlandia e Islandia de cara a preparar los escenarios en los que se desarrolla la película. «Diría que Anna, feliz y optimista, se sentiría como en casa en Noruega, mientras que Elsa, más introvertida y mística, estaría más contenta en la desnudez de Islandia», señala divertido. Visualmente la película supone un salto hacia delante -hay una secuencia nocturna, con un mar revuelto y violento, sencillamente espectacular-, con una iluminación mucho más rica, llena de matices, sombras y luces, como corresponde a un relato épico de fantasía. «Siempre intentamos utilizar la luz y el color para resaltar la emoción de una escena o para atraer la mirada del espectador allí donde queremos que se pose», sostiene el productor.
Conscientes del carácter empoderado de las protagonistas, Del Vecho apunta, sin embargo, que no se acercan a la película desde ese punto de vista. «Otra cosa es que el viaje de los personajes resulte cercano a los tiempos actuales y a la vez atemporal.». En su opinión, lo más complicado del proyecto ha sido crear «una historia convincente» que amplíe el universo de la franquicia pero al mismo tiempo «encaje como una historia completa, como una película única».
Cabe preguntarle si Disney está preparada para las colas que el estreno de la película va a formar no solo en los miles de cines en los que desembarcará, sino también en las jugueterías repletas de merchandising. «Como realizadores somos muy conscientes del fenómeno. Queremos hacer una película que no solo satisfaga nuestros deseos sino también los de los espectadores. Queremos que los fans se la lleven y que continúen su historia en sus propias casas», concluye.