Emily Mortimer: «Vivimos una época en la que todo el mundo está seguro de tener la razón»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Javier Lizón

La actriz forma parte del elenco de «The Party», de Sally Potter, una comedia negra que llega este viernes a los cines

16 feb 2018 . Actualizado a las 07:32 h.

Cuatro mujeres y tres hombres se reúnen en la celebración de la designación de una de ellas como alto cargo del partido político en la oposición británica. Esta premisa, de escenario casi teatral, brinda a Sally Potter la oportunidad de construir en The Party una comedia negra con vocación de sátira, reforzada por el expresivo uso del blanco y negro y un elenco de capacidad probada: Kristin Scott Thomas, Cillian Murphy, Patricia Clarkson, Timothy Spall, Cherry Jones y Bruno Ganz, además de Emily Mortimer (Londres, 1971), que interpreta a una cocinera casada con una profesora universitaria.

-En estos tiempos de 3D y efectos digitales, el blanco y negro es toda una declaración...

-Sí, estoy acuerdo. Para mí la película tiene una cualidad radical. Sally la filmó en solo doce días, en un solo escenario, fue realmente rápido. Estéticamente parecía como si regresases a una historia de Virginia Woolf, dramática e intensa. Sally cree que el blanco y negro es la forma más colorista de ver una cara. Puedes ver los tonos y las luces y las sombras y me gusta cómo en algún momento de la película alguien puede parecer muy glamuroso pero luego cambia la luz y es todo lo contrario, puedes ver cada arruga en los rostros. Es cinematográfico y real a la vez.

-A Sally Potter no le gusta que etiqueten sus películas como feministas, pero en «The Party» son cuatro mujeres las que lideran el reparto y se habla de muchas cuestiones que les conciernen.

-Creo que es una gran sátira política, en su sentido más amplio. Me parece que era algo necesario ahora mismo. Vivimos un momento en el que parece que todo el mundo está muy seguro de tener la razón sobre todo. Todo el mundo tiene esa convicción sobre sus ideas y creen que tienen la razón. Y a mí, esa clase de certeza me produce bastante miedo. Si los ves tan seguros de tener la razón es que suele haber algún error [ríe]. Creo que lo que Sally hace es satirizar a estas personas tan seguras de sí mismas y, aunque ella es liberal, lesbiana y feminista, creo que de alguna forma nos dice en la película que la política es algo completamente subjetivo. Por tanto, no hay una única forma de responder sobre algo, hay un montón de personas con opiniones subjetivas. Y creo que hay algo refrescante sobre esta película ahora mismo, vivimos en una época en la que todo el mundo cree tener la razón.

-Hay una escena crucial en la que Martha, su pareja en el filme, le dice: «No todos los hombres son violadores». Una apelación al matiz frente a la generalización, tan en boga ahora...

-Exactamente. Sí, ahora vivimos un momento en el que si dices sobre algo «no sé» se te considera débil y que cometes un error. Pero de hecho creo que «no sé» es en realidad una respuesta muy inteligente [ríe]. Se nos están haciendo muchas preguntas y al menos necesito algo de tiempo para poder responderlas, no puedo responderla en una sola cita breve. No puedo hacerlo. De todas formas, es un momento muy interesante y emocionante a muchos niveles. Es maravilloso lo que está ocurriendo y hay que estar agradecidos.

-Usted trabajó con Woody Allen en «Match Point». Iba a preguntarle qué opina de la polémica que se ha revivido en las últimas semanas, pero quizá ya me ha respondido antes, o al menos en parte.

-Bueno, creo que la respuesta es que sí, sería una conversación demasiado larga para la que ahora mismo no tengo tiempo y no podría responder con una única declaración. Y creo que es muy difícil hablar de ello en pequeñas citas, es muy complicado. No es complicado decir que el mundo está cambiando y a mejor. Hubo un tiempo en que este tipo de acoso a mujeres jóvenes era algo que estaba normalizado y aceptado y es increíble que hayamos llegado a un punto en que ya no lo sea, y una locura que nos haya llevado tanto tiempo llegar hasta aquí. Por una parte, es genial y emocionante que eso esté ocurriendo, y para que eso ocurra tiene que haber gente que esté viviendo momentos incómodos y conversaciones incómodas. Estoy manteniendo conversaciones con mis hijos, mi marido y mis amigos varones sobre estas cuestiones que nunca antes habíamos mantenido. Pero los hombres finalmente son parte de la conversación y están teniendo que hablar sobre ello y verse comprometidos en ello. En cuanto a lo concreto, a lo que ocurrió o dejó de ocurrir, creo que no estoy en una situación para comentar.

«Tenemos que tener más confianza en nosotras mismas»

En The Party Mortimer vuelve a trabajar con Patricia Clarkson, con quien había rodado antes La librería. El éxito del filme de Isabel Coixet satisface a la actriz de una forma muy especial.

-Luché mucho con Isabel para conseguir que se hiciese esa película, así que es una de las cosas de las que me siento más orgullosa. Trabajar con Isabel ha sido una de las grandes experiencias de mi carrera. Creo que hizo esa película con gran sensibilidad y humor, y eso que es una historia triste. Es una película muy, muy radical, pero también con una forma muy tranquila. Intentar hacer algo, paso a paso, con el coraje que requiere, creo que es una historia que no ha sido lo suficientemente contada, sobre todo cuando acaba en fracaso, que es la mayoría de las veces. Y Patty es una de las grandes actrices de nuestro tiempo.

-Son la prueba que refuta el prejuicio de que una película dirigida por una mujer y con un peso actoral femenino no interesa...

-Sí, estoy de acuerdo, y creo que es increíble que pese al hecho de que el público que va al cine sea más femenino que masculino no se lo tome en serio. Fue una lucha conseguir que se hiciese La librería. No sé si habría sido lo mismo de tratarse de un director y un protagonista masculinos, sinceramente no lo sé. Pero creo que parte del problema es que tenemos que tener más confianza en nosotras mismas, que las historias que contamos son relevantes y viables comercialmente. Tenemos esa sensación de tener que disculparnos constantemente, de que de alguna forma el fracaso o que no se consigan las cosas es algo más natural que la sensación de haberlo conseguido. Además, son historias para todos, no solo para mujeres, sino para hombres y mujeres. Las mujeres son muy importantes para el aspecto comercial de una película, son ellas las que compran la mayoría de las entradas, así que hay que dejar de disculparse por ello.