Fallece Hugh Thomas, hispanista por vocación y europeísta convencido

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

BENITO ORDÓÑEZ

El historiador británico escribió una biografía del industrial gallego Eduardo Barreiros

09 may 2017 . Actualizado a las 08:05 h.

Por su formación académica había estudiado la historia de España del siglo XVI y había leído alguna novela de Galdós y el clásico Spanish Labyrinth, de Gerald Brennan. Pero no fue hasta su primer viaje en 1955 que Hugh Thomas descubrió de verdad su vocación como hispanista: «Me impresionó mucho la gente, el paisaje», recordaba décadas después. Es decir, fue el rostro humano del país y no la frialdad de las fechas o la épica de las batallas, lo que propició su dedicación a la historia española. La guerra Civil y el imperio fueron los dos principales focos sobre los que se aplicó en su carrera.

Nacido en Windsor en 1931, se formó primero en Cambridge y después en La Sorbona, antes de trabajar para el Foreign Office durante los años de sus primeros contactos con España. Con treinta años publicó en Ruedo Ibérico la primera versión de su historia de la Guerra Civil, que matizaría y ampliaría posteriormente, especialmente en el 2001 y antes, en 1976. Ese año explicaba en La Voz que las novedades se centraban en el análisis de la ayuda internacional a ambos bandos, así como un cambio de enfoque: «Del presente libro se desprende que constituyó una tragedia tremenda mientras que, en efecto, en el de 1961 yo había vertido una impresión sobre la contienda algo más romántica». Aquella revisión llegaba justo un año después de la muerte de Franco y Thomas asumía una nueva faceta de su trabajo, el de interpretar para los británicos la Transición. Descartaba que el proceso desembocase en una nueva contienda y veía en la integración europea el camino para el futuro del país.

De hecho, Thomas era un europeísta convencido, que en su vida política trató de incorporar la pasión por el proyecto de la Unión, pero chocó con un euroescepticismo que no le hizo renunciar a sus ideas, pero sí a la política de partidos. En este sentido, el resultado del referendo británico fue un duro golpe, según relató ayer su hija Bella, que le dejó «profundamente deprimido». Para entonces Thomas ya atravesaba un delicado estado de salud. A pesar de ello, y de la apoplejía que sufrió el pasado 27 de abril, no dejó de escribir hasta la víspera de su muerte, el pasado sábado a causa de una neumonía.

En esa hispanofilia de Thomas Galicia también tuvo un lugar, a través de la biografía que el historiador dedicó a la figura de Eduardo Barreiros. Publicada bajo el título de Barreiros, el motor de España, la obra relataba su tránsito de gerente de un pequeño taller con diez personas a dirigir una fábrica en Villaverde, Madrid, donde trabajaban 10.000 empleados. La biografía contextualizaba sus enfrentamientos con el régimen franquista, que se reservaba la facultad estatal de fabricación de automóviles, su aversión a la política y la entrega total a su proyecto. Y a Galicia acudió el 13 de junio del 2002 a pronunciar una conferencia sobre el esclavismo invitado por La Voz.

Se publicó por primera vez en 1961, convirtiéndose en la primera obra que analizaba desde la objetividad y el rigor del historiador la contienda española. Se amplió y matizó en sucesivas reediciones. 

Thomas dedicó varios libros al Imperio español. Este volumen se centra en los primeros años de la conquista de América, los que median entre 1492 y 1522. 

La biografía abarca la construcción de su industria, su absorción por Chrysler y su salida de España para establecerse en Cuba en los años ochenta.