Resuelto el misterio del códice desaparecido y las monjas mudadas a Cangas del Narcea

S. CORRAL / D. G. REDACCION

COMARCAS

XAIME RAMALLAL

Retiran la denuncia por la supuesta desaparición en el monasterio de Viveiro

19 sep 2018 . Actualizado a las 19:21 h.

El prior de Careruela, en Burgos, como mandatario de la Orden de los Predicadores, retiró el pasado día 5 de este mes la denuncia que había sido presentada en la Comisaría de Policía de Viveiro por la supuesta desaparición de dos «códices» en el convento de Valdeflores. Tal vez recuerden el caso.

Resulta que los códices del siglo XIV no eran tales, sino que se trataba de dos cantorales del XVIII que se habían retirado del armario de la biblioteca conventual para entregárselos a la priora de Valdeflores con el encargo de limpiarlos y guardarlos en un lugar más seco y ventilado, dado su mal estado de conservación por entonces. Fue cuando se extraviaron.

La denuncia fuera presentada en mayo último por la entonces superiora, antes de abandonar las hermanas el convento (ahora están en un monasterio de la misma orden en Cangas del Narcea).

 Supervisión

El prior de Careruela, mandatario de la Orden de Predicadores, retiró la denuncia en Viveiro una vez que constató el buen estado del patrimonio del convento de Valdeflores. Tras una supervisión, no notó que faltase nada en el interior. Todo está en buen estado.

La supervisión tuvo lugar los días 4 y 5 de este mismo mes, cuando el prior de Careruela se trasladó a Viveiro para realizar una inspección en el viejo monasterio de Valdeflores.

Eses días, 4 y 5 de este mes, coincidiendo con la presencia del mandatario de la Orden de los Predicadores en Viveiro, se procedió a realizar una inspección y una limpieza a fondo -con ayuda de personal- en el viejo monasterio de Valdeflores, que lleva más de tres meses sin ser habitado.

En el interior se mantiene todo el patrimonio, tampoco faltan bienes de ningún tipo ni dinero, tal como se pudo comprobar durante el registro. Esto prueba que los cantorales se extraviaron durante el cambio de lugar para su limpieza. Por lo demás todo está en buen estado de conservación en las dependencias conventuales.

Quizá durante alguna tormenta se bajaron los interruptores del suministro eléctrico y diverso género que estaba en refrigeración se estropeó y todo hubo de ser deshechado y se precisó de una limpieza a fondo.

Constancia en Roma

Terminadas esas faenas el viejo convento, que luce a la entrada de Viveiro, quedó en buen estado, y se dio constancia de ello a las autoridades eclesiásticas en Roma, a expensas de lo que decidan ahora sobre el convento los máximos mandatarios. La intención es mantenerlo y además habitado.