Un timelapse del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria revive las alteraciones que sufre el cauce del río a lo largo de un año, con una cámara de Poncebos
12 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cuatro o cinco fotografías diarias durante exactamente un año. Una cámara que apunta a un punto fijo para percibir la más mínima evolución, el cambio más ligero en el clima o en el cauce. El Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria ha elaborado un timelapse que resume con unas 2.000 fotografías, en un minuto y medio, qué ha pasado en el río Cares, a su paso por Poncebos, entre finales de 2015 y diciembre de 2016. El dispositivo, que forma parte de un ambicioso proyecto de investigación sobre acuíferos y cambio global en el entorno de Picos de Europa, financiado por la Fundación Biodiversidad, capta las crecidas durante la temporada de lluvias y el el deshielo, la sequía en verano, los recovecos que inunda el agua, la importancia de la vegetación en la vega. Incluso es posible distinguir vehículos y peatones cruzando un puente, al fondo de la escena.
Además de cámaras, el proyecto cuenta con otros dispositivos para medir los caudales y detectar sus cambios, para comprobar las zonas inundables y para analizar la calidad del agua y su temperatura. Pero, al margen, de su finalidad científica, también existe un uso más social y lúdico. El timelapse desnuda la belleza del Cares, confirma la fuerza y la importancia de su agua. Además, es útil para los usuarios del río, ya que se pueden ver en la página del instituto y comprobar el estado del río, incluso de la Meteorología antes de desplazarse a Cabrales.
La divulgación y el aprovechamiento público son también objetivos de esta investigación, por lo que materiales como el vídeo de un minuto y medio ayudan a dar a conocer los encantos del parque nacional de Picos de Europa. Los científicos involucrados en el proyecto señalan que es interesante da conocer el valor que ofrecen los ecosistemas acuáticos de montaña e, incluso, crear una red para coordinar iniciativas de seguimiento del cambio global en los parques de montaña.
A corto plazo, esas imágenes sirven para comprobar en apenas un minuto y medio los drásticos cambios que puede registrar a lo largo de un año un río situado en plena cordillera. Pero en periodos de tiempo más amplios ayudan a desentrañar los cambios producidos por el hombre en la climatología, en el paisaje, en los usos del suelo y en los cambios culturales y económicos que se suceden en estas zonas. Por el momento, llevan cinco años en marcha. Su intención es cumplir, por lo menos, una década.