«Los edificios estaban pulverizados y todo olía a cadáver»: el relato de los guías caninos que viajaron a Turquía
ASTURIAS
«Los perros se portaron de manera increíble», señala Elena Marcos, jefa de la Unidad Canina de Rescate de Asturias, sobre los dos pastores belgas Mini y Chuli que buscaron a personas vivas entre los escombros
13 feb 2023 . Actualizado a las 18:37 h.«Los edificios de pisos estaban pulverizados. Eran un montón de escombros. Todo era un montón de escombros. Caminabas por encima de ellos». Es el relato de Elena Marcos, jefa de la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias, que regresaba este domingo de la Adiyaman, ciudad devastada por los terremotos de hace una semana y en la que estuvo durante tres días colaborando en las labores de rescate con otro guía canino, Miguel de Prado, a cargo ambos de los dos pastores belgas Chuli, de 7 años, y Mini, de 4.
Los cuatro trabajaron sobre los escombros en una de las zonas más afectadas de la localidad turca. «Allí salía muy poca gente viva, era imposible que quedase nadie. Caminabas, como quien dice, sobre cadáveres,», relató en el programa Siempre al día de TPA, explicando que aunque no llegó a ver más que las bolsas en las que se portaban a los muertos rescatados de los escombros, «todo olía a cadáver y, aunque hacía mucho frío, la presencia estaba en el olor».
Los asturianos participaron en una segunda expedición de equipos españoles al sureste del país, donde junto a Siria ya se cuentan más de 33.000 muertos, una cifra que seguirá aumentando puesto que se calculan al menos 150.000 cadáveres atrapados en los escombros de los edificios. Tras llegar a la zona en un avión militar con otros equipos desde Estambul, Marcos explicó que empezaron a trabajar. Ella nunca había participado en las labores de rescate tras un terremoto y reconoce que le impactó: «Tenía otra idea y este fue un terremoto que hizo mucho daño, además de que las edificaciones eran de muy mala calidad. El trabajo fue un no parar, escombro tras escombro. Habían evacuado a todo el mundo y estaban en la calle, en corrillos, con hogueras, colchones… En cada escombro habría 300 personas. Parecía una guerra más que un terremoto».
Los dos perros Mini y Chuli también le sorprendieron. «Hasta que no te enfrentas a algo así por mucho que hayas entrenando no sabes cómo van a responder y se portaron de manera increíble. Con tenacidad, trabajaban entre excavadoras, ». Marcos también explicó que los perros buscan a personas vivas pero mostraban interés cuando aparecían cadáveres. De su paso por Turquía también se lleva el recuerdo del pueblo turco, infinitamente agradecido con la labor de los equipos de otros países. «La acogida fue increíble. Todo el mundo en la calle te daba la gracias, acariciaba a los perros… Algunos te llevaban a sus edificios para ver si podías ayudar a encontrar a algún familiar, les explicabas que los perros no señalizan si no hay vida y se ponían a llorar, dándote las gracias», relató, confesándose desubicada a su vuelta a Asturias tras haber sido testigo de tamaña tragedia humanitaria.