La demanda de pruebas para descartar los positivos por coronavirus amenaza con sobresaturar los servicios sanitarios
04 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El invierno pasado, entre las muchas desdichas de la pandemia, fue un descubrimiento feliz los pocos casos de resfriados y enfermedades catarrales que se dieron por la extensión del uso de la mascarilla o la distancia social. Pero en el inicio de este 2022 el catarro ha vuelto, se identifican más casos al menos y es así en parte porque, gracias a las vacunas, buena parte de los cuadros de covid-19 son más leves, pueden llegar a confundirse y en los días de fin de año ha habido una avalancha de demanda de pruebas, PCR o antígenos, para tratar de descartar ser positivo.
Y eso es puede llegar también a ser un problema por la sobresaturación de los servicios de Atención Primaria. El presidente de la Sociedad de Medicina de Familia, el asturiano Salvador Tranche, destacó que «creo que el año pasado, muchos pacientes con cuadros catarrales no los consultaron y ahora se está consultando casi todo así que hay una sobrecarga brutal», con un impacto importante en la saturación de servicios, también en el cargo económico, pero quizá algo mucho más grave: la influencia que todo ello tiene en que no lleguen a diagnosticarse a tiempo enfermedades muy graves.
«El año pasado por culpa del covid dejamos de diagnosticar en Atención Primaria el 50% de enfermedades crónicas, nos retrasamos en diagnósticos entre un 30% y un 40% de problemas oncológicos y eso cambia el pronostico de una manera brutal», indicó Tranche quien añadió que «ya hay una tasa de mortalidad que no es aplicable al covid sino a la falta de atención a esa patologías por el covid».
Tranche insistió en que «está habiendo muchísimas consultas de cuadros muy leves y eso consume mucho tiempo, se genera mucha carga burocrática y estamos dejando de ver muchas cosas» y llamó atención sobre el hecho de que el pasado día 30 en Asturias los médicos tuvieron una media de 70 pacientes por profesional. «Tenemos que empezar a gestionarlo como gestionábamos la gripe antes», dijo.
La sombra de la gripe
Pero ¿y qué pasa con la gripe? Todavía es pronto para decirlo, normalmente en Asturias el pico de contagios se alcanzaba a finales de enero, pero además los profesionales navegan en parte a ciegas porque el redoblamiento de esfuerzos contra la pandemia en los dos últimos años dejó desmantelado, en toda España, el sistema de vigilancia. En el Principado eran alrededor de 40 médicos en distintos puntos de la región que cuando se encontraban un caso iban dando cuenta de lo que se topaban para que se pudiera conocer el tipo de germen que circulaba. El año antes de la pandemia murieron por gripe 45 personas en Asturias.
«Con el coronavirus hay que tenerle miedo a situaciones en las que haya factores de riesgo; el más importante la edad, que no estés vacunado y que tengas dolencias como ser enfermo crónico o asmático, que seas obeso, junto a tratamientos que afecten a la inmunidad, que tengas un cáncer o que estés embarazada. Y ese mismo perfil vale tanto para el coronavirus como para la gripe», dijo Tranche.
La coinfección de la flurona
Se han identificado ya los primeros casos de una doble infección, de gripe y covid, a la que se ha denominado flurona. Pero se trata de un fenómeno muy inusual y, a juicio de Tranche, es muy improbable que vaya a darse un problema generalizado entre la población. «No va a ser frecuente ni mucho menos, habrá un tipo u otro, yo creo que los virus compiten por el huésped, puede haber problemas en gente muy inmunodeprimida con un sistema muy deficiente porque siguen un tratamiento muy supresor, pero creo que será muy infrecuente».
Casos de flurona se han detectado de forma ocasional en Cataluña y Galicia, dentro de España, aunque uno reciente en Israel ha acaparado titulares. Se trata de una mujer embarazada estaba infectada a la vez con el virus del covid y el de la gripe. La paciente no había sido vacunada contra ninguno de ellos. Y, a pesar de todo, sus síntomas eran leves, según informaban desde el Hospital de Beilinson, en el que estaba ingresada. De hecho, fue dada de alta el 30 de diciembre y su bebé tampoco presenta problemas.
Tranche insistió en que los virus compiten por el huésped y, de momento, va ganando el covid, aunque los cuadros empiezan a ser cada vez más leves y similares a los catarros.