La historia de superación de una asturiana con artritis reumatoide: «Aprendes a disfrutar de lo que de verdad importa»
ASTURIAS
La vida de Alba García, atleta profesional con una exitosa trayectoria, cambió en tan solo unos meses cuando en 2015 le diagnosticaron esta dolencia que le impide competir
17 nov 2021 . Actualizado a las 12:14 h.Alba García tenía una carrera exitosa como corredora profesional. Con 31 años, había dedicado su vida al atletismo y su palmarés era sumamente extenso, consiguiendo títulos como el Campeonato de España de 10 kilómetros en ruta (2013), ser medallista con la selección nacional en el Campeonato de Europa de campo a través en 2013 y en la Copa de Europa de 10.000 en 2014. Participó en 16 ocasiones representando a la selección española en diversas competiciones, tanto en pista como en campo a través y, en 2015, cuando estaba a punto de embarcarse en un nuevo reto en su trayectoria deportiva, le diagnosticaron artritis reumatoide.
De aquella, su máxima meta era debutar en maratón y conseguir estar en los Juegos Olímpicos de Río de 2016. «Me veía con la capacidad de hacerlo», afirma Alba, que desde muy joven comenzó en este deporte, hasta que los dolores le impidieron continuar compitiendo. Asegura que tener una enfermedad siempre es duro, «te dediques a lo que te dediques, pero si sumamos que tienes que dejar tu profesión, más todavía».
La artritis reumatoide es un trastorno crónico que provoca inflamación y dolor en las articulaciones. Es más frecuente en las mujeres y suele aparecer en personas mayores, aunque puede desarrollarse en cualquier etapa. Con un buen tratamiento no impide la práctica de deporte de bajo impacto, pero el nivel profesional supone para cualquier deportista un desgaste en las articulaciones incompatible con la artritis reumatoide.
«Llegué al mundo del atletismo gracias a mi padre que, por aquel entonces, era corredor popular», cuenta Alba en su página web donde comparte su historia de superación. Antes había practicado otros deportes, pero este le venía de familia. «Con 15 años quedé campeona de España por primera vez y me enamoré de este deporte para siempre». Fue campeona nacional en todas las categorías e internacional en varias ocasiones. La enfermedad, para una chica joven, sana y deportista, fue todo un shock.
«Esto es algo que te toca y que no te mereces pero quién se lo merece»
Todo lo contrario a desanimarse y bajar los brazos, en un principio Alba restó importancia, autoconvenciéndose de que podría seguir compitiendo. «Con el tiempo me di cuenta de que era imposible. Si que es verdad que quería volver a correr pero, después de dos años sin hacer nada, no puedes volver a correr como profesional y según vas cumpliendo años tampoco tenía sentido intentarlo con los tratamientos».
«Esto es algo que te toca y que no te mereces pero, quién se lo merece», reflexiona sobre la enfermedad. El positivismo ha sido su pilar para afrontar el proceso. «Soy una persona que se adapta bien, asumo rápido lo que me está pasando». La artritis cambió su vida y, en tan solo unos meses, pasó de competir profesionalmente a necesitar ayuda para cosas rutinarias.
A pesar de todo, la experiencia adquirida durante sus años de competición le ha servido para combatir la enfermedad. El esfuerzo y constancia en las pistas le ayudaron en la mayor de sus carreras. «El deporte me ayudó toda la vida. Cuando entrenas tienes sueños y objetivos, a veces se cumplen y a veces no. Si los cumples, lo celebras; cuando no, toca asumir y seguir trabajando por cumplir los siguientes. Con la enfermedad es lo mismo», relata Alba, cuya larga trayectoria le avala como toda una luchadora.
Definir prioridades
Durante sus peores días, Alba no se podía valer por sí misma. Necesitó ayuda para comer, para vestirse. Gracias al tratamiento idóneo y a una actitud positiva, pudo salir hacia delante y volver a hacer lo que más le gusta, el deporte. Pero pasar por el proceso también le hizo cambiar la forma de afrontar los problemas y de definir sus prioridades: «Estas cosas te ayudan a tener otra perspectiva diferente, a poner el foco en las cosas importantes. Si hay algo positivo de estas cosas es que aprendes a disfrutar de lo que de verdad importa».
Después de un tiempo fuera de los entrenamientos, pudo volver a entrenar, a las pistas y hacer cross, aunque siempre a un nivel de menor impacto para las articulaciones. Pasaron meses hasta que encontraron el tratamiento adecuado para ella. «Después entré en remisión completa y lo intentamos quitar, pero al mes y medio me empezó a doler alguna articulación». La artritis reumatoide actúa diferente en cada persona y, según explica Alba, puede depender incluso de la época estacional, por eso ahora está centrada «en el ahora y seguir».
Tras años lidiando con una artritis reumatoide que le obligó a dejar de disfrutar de su afición, Alba saca en claro que para superar cualquier enfermedad es primordial «dejarse por un buen profesional y cumplir a rajatabla todo lo que mandan. Medicación, alimentación, deporte, lo que sea».
Entrenadora de atletismo
Alba es de las que miran el vaso medio lleno. «Hay que pensar que siempre puedes estar peor. Yo antes me preocupaba por conseguir un puesto en un maratón y unos días después me preocupaba por estar de pie una media hora. Pensar eso te hace vivir el momento y cuando vives el momento disfrutar más de las cosas», destaca.
En la actualidad, Alba sigue vinculada al deporte, su pasión. Es entrenadora nacional de atletismo y entrena en la Asociación Atlética Avilesina. «Me gustaría correr un maratón, es una espinita que tengo clavada», confiesa. Comparte su historia para que las personas que atraviesan una situación similar a la suya, una enfermedad que les impide hacer lo que más le gusta e incluso trabajar, sepan que siempre hay esperanza de que todo va a mejor. Ella ha sabido adaptarse a su nueva vida. «Sé que hay cosas que no puedo hacer, otras que sí», dice, explicando que, cuando no tiene brotes, puede soportar los dolores.
Poco tiempo después de descubrir la enfermedad que sufría, Alba conoció a la asociación «Kurere, palabras que curan». Kurere es un espacio virtual gratuito donde las personas enfermas, cuidadoras o el entorno cercano del paciente comparten sus testimonios esperanzadores. Alba contó su historia en la plataforma, donde asegura que aunque no podemos escoger lo que nos sucede, sí la forma de afrontarlo y que con «paciencia, positividad y mucha confianza en que todo, tarde o temprano, va a ir a mejor».
Kurere es una asociación, «un lugar donde ayudar y buscar ayuda», donde personas con enfermedades o cercanos comparten fuerza y esperanza a otras personas que atraviesan duros momentos en una situación similar, ya que no todas las personas lo sufren de la misma manera. «Es muy fácil decir a alguien que sea positivo cuando le acaban de diagnosticar una enfermedad así, pero es cuestión de tiempo y que las personas se adapten a la vida», dice, como mensaje esperanzador, Alba García.