Riesgo de «colapso» en la construcción: los empresarios asturianos alertan de una «tormenta perfecta»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Un trabajador de la construcción, en foto de archivo
Un trabajador de la construcción, en foto de archivo JOSE PARDO

CAC- Asprocon reconoce que ya se están generando retrasos de varias semanas en las obras

07 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector de la construcción regional no se escapa a la crisis en la cadena de suministros que se está viviendo a nivel global, consecuencia de la pandemia del covid-19 y de las paralizaciones de empresas y fábricas que conllevó la crisis sanitaria durante el pasado año 2020. Así, aunque actualmente se está en un periodo de relanzamiento de la actividad y de recuperación económica a escala mundial, los efectos secundarios del terremoto que fue el coronavirus se siguen notando de forma considerable. Y es que si Asia fue el epicentro de la pandemia, el continente también es el centro de producción mundial, de donde salen una buena parte de los productos que demanda occidente, entre ellos, materiales para la construcción de edificios o infraestructuras.

Joel García, presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción CAC-Asprocon, explica que por el momento el sector en Asturias no está desabastecido, pero reconoce que las empresas están tardando varias semanas en recibir los materiales que necesitan para sus proyectos y que eso conlleva «problemas de ejecución» o «plazos de ejecución de las obras más largos». «No se consiguen los materiales con la misma facilidad que antes y salen más caros, pero desabastecimiento no hay», asegura García, que sí muestra su preocupación por que la situación pueda prolongarse en el tiempo y pueda provocar el colapso del sector.

En su opinión, lo que está sucediendo es «la tormenta perfecta», alimentada por el encarecimiento de los materiales, la falta de stock por el tiempo que las fábricas estuvieron cerradas y los problemas de logística y transporte, que generan el retraso en el abastecimiento, a lo que suma la falta de licitación pública. «Esto puede llevar al colapso del sector», advierte el presidente de la CAC-Asprocon, y señala que aquellas empresas que no puedan resistir, acabarán por paralizar las obras. Ante esto, el mismo demanda «que la administración actúe, al igual que lo hace con otros sectores», actualizando la ley de contratos y la revisión de precios.

Joel García asegura que el sector de la construcción «no preveía nada de esto» y, por tanto, el stock de material que podían tener las empresas de construcción era «un stock razonable, pero no para aguantar meses de subidas o de escasez de productos», y más cuando «en principio no se esperaban retrasos». Así, lo que lamenta el representante de la patronal de la construcción asturiana es «que después de un año en ralentí, ahora no puedas construir por la falta de materiales y por la falta de personal», y es que otro de los hándicaps que, dice, están teniendo es la falta de mano de obra. Ante tal cantidad de contratiempos, el presidente de la CAC califica la situación de «surrealista, y más cuando hay cuatro millones de parados en España y ves que no hay mano de obra».

No obstante, una de las conclusiones que saca de la actual circunstancia es que «es evidente que no es bueno que se fabrique todo en China», pero para que se fabriquen materiales en España o en Europa, aboga por «medidas fiscales atractivas y condiciones que fortalezcan que el empresariado produzca aquí».

La rentabilidad de las empresas, afectada por la crisis

Desde la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) hacen referencia también a que el parón industrial sufrido en China «ha tenido un efecto dominó en el resto del mundo» y, por supuesto «también en España y en Asturias». El análisis que hacen desde este organismo coincide con el realizado por el presidente de la CAC, y es que tras la pandemia, «la reactivación económica ha pillado a las empresas con unos bajos stocks y la subida de la demanda no ha podido ser asumida por los fabricantes ni por el transporte de contenedores, que, además de los retrasos, ha experimentado un importante aumento de costes, que se une a la escalada de los precios de le energía».

En concreto, desde FADE citan como sectores particularmente afectados los sectores de la construcción y el metal, aunque reconocen que «prácticamente todos (los sectores), en mayor o menor medida, sufren retrasos e incremento de precios». La consecuencia de esta situación, según trasladan desde la Federación de Empresarios es que «está impidiendo que la rentabilidad de las empresas vaya pareja a la reactivación de la economía».