Las fuerzas de izquierda reclaman a Barbón una fiscalidad progresiva y Podemos fija aumentar impuestos propios
12 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Con la llegada del otoño comenzarán los primeros contactos para negociar un acuerdo que permita salir adelante el presupuesto asturiano del año próximo. El precedente inmediato, las cuentas vigentes, salieron adelante en una situación excepcional, con el respaldo de una amplísima mayoría transversal en la Junta General (de la que sólo se apartaron PP y Vox) todo en un contexto inédito de una pandemia global. Pero el próximo proyecto tendrá mucho más complicado atar un consenso tan elevado: las cuentas de la reconstrucción, en un momento en el que se espera la llegada de fondos europeos pero también en el que los trabajos de reconstrucción económica exigirán un despliegue gigantesco de recursos dividen al espectro parlamentario en un dilema clásico entre conservadores y progresistas, ¿qué papel deben jugar los impuestos?
En el planteamiento inicial de prioridades y líneas rojas marcadas por los grupos de la oposición de cara al nuevo curso en el parlamento asturiano, y a consultas de La Voz de Asturias, los partidos del espectro conservador, desde PP, a Vox, pasando por Ciudadanos y Foro remarcaron su propósito común de que se lleve a cabo una reforma de rebajas fiscales para que, a su juicio, Asturias pueda competir con otros territorios. En este punto la Comunidad de Madrid se ha establecido como paladín, para unos, de la relajación impositiva mientras que para otros (que destacan además que la ciudad puede permitirse unas iniciativas por ser capital del Estado a las que no puede aspirar ningún otro territorio), no se trata más de una competencia desleal para convertirse un pequeño paraíso fiscal autonómico que atraiga a grandes patrimonios.
Con 20 diputados, al presidente Adrián Barbón le bastaría cerrar un acuerdo a la izquierda para sacar adelante los nuevos presupuestos sumando los dos escaños de Izquierda Unida y los cuatro de Podemos Asturies. La mayoría absoluta en la Junta General está en 23 votos.
Así, y respecto a las propuestas fiscales para el próximo ejercicio, la portavoz de IU, Ángela Vallina señala que su formación aspira a «una fiscalidad que sea suficiente para dar respuesta a las necesidades tanto de atención a la ciudadanía, con unos servicios sociales y públicos de calidad, así como para poder poner en marcha líneas orientadas la reactivación económica» y recuerda que «no es ninguna novedad este planteamiento por parte de IU, como tampoco lo es que entendamos que es imprescindible una fiscalidad progresiva en la que pague más quien más tiene».
Vallina remarcó además que «creemos también que es tiempo de hablar de la fiscalidad de Asturias, pero también de abrir el melón de la fiscalidad en todo el Estado: igual que pedimos una armonización en Europa, entendemos que es necesario que haya una armonización en España».
En términos similares, el secretario general de Podemos Asturies, Daniel Ripa recalca que para los morados «es necesario llevar a cabo una reforma fiscal progresiva para que las grandes fortunas incrementen su contribución tributaria». Y le puso números, para el diputado una reforma fiscal plausible debería incluir «entre otros, un incremento de los tipos impositivos del tramo autonómico del IRPF a las rentas más altas y una modificación del impuesto sobre patrimonio mediante un aumento de las tarifas y una reducción del mínimo exento de 700.000 euros a 500.000 euros, pues tal y como recientemente ha publicado la Agencia Tributaria cada vez son más los asturianos ricos que superan el millón de euros y su patrimonio declarado en 2019 (último años para el que hay datos disponibles) casi ha alcanzado los 9.000 millones de euros, la mayor cifra desde que se restituyó este impuesto en 2011».
En un momento en el que el debate sobre los tributos propios de las autonomías acaparó titulares la semana pasada, Ripa apuntó que Asturias debería introducir otros nuevos como «el impuesto a las viviendas vacías, para penalizar las acciones especulativas de la banca y los grandes tenedores y contribuir así a dar solución a un problema capital en Asturies. También hay que avanzar en materia de fiscalidad ambiental mediante la introducción, entre otros, de un tributo sobre emisiones contaminantes a la atmósfera que serviría para conseguir una mejor calidad del aire, incentivar mejoras tecnológicas en la industria y minimizar el gasto extra sanitario que de estas emisiones se deriva. Por último, consideramos urgente declarar a Asturies como territorio libre de paraísos fiscales y para ello la Administración autonómica debe, a través de la contratación pública, incorporar en sus pliegos una cláusula específica para evitar la contratación de empresas que tributan o utilizan paraísos fiscales».