Veganos y vegetarianos salen en defensa del ministro de Consumo, al que le han llovido las críticas
16 jul 2021 . Actualizado a las 08:44 h.El ministro de Consumo Alberto Garzón se ha convertido en uno de los protagonistas de la última semana tras compartir un vídeo en sus redes sociales en el que insta a la ciudadanía a reducir el consumo de carne, puesto que «perjudica a nuestra salud individual y también a nuestro planeta». Unas declaraciones que han hecho que al diputado le lluevan las críticas, sobre todo por parte del sector ganadero quienes consideran esta petición como un ataque. No obstante, ante esta guerra suscitada, el parlamentario no está solo e incluso en Asturias cuenta con gente que respalda su petición.
Aida Lídice Lueje, vegana desde hace 11 años
«O cambiamos la forma de comer y producir alimentos, o no podremos frenar la emergencia climática»
Aida Lídice Lueje, autora del blog Begin Vegan Begun, resalta que «esto no es algo que se haya inventado el ministro Garzón, sino que es algo que llevan años diciendo organismos internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Organización Mundial de la Salud) y multitud de estudios científicos. También la estrategia alimentaria europea ‘De la granja a la mesa’ reconoce la necesidad de adoptar dietas más basadas en plantas. Incluso la Agenda 2050 del Gobierno, presentada en mayo de este año, afirma que ’la población española tendrá que reducir su ingesta de alimentos de origen animal’».
Por tanto, esta asturiana quien hace ya casi 11 años que ha dejado de consumir productos de origen animal defiende que «concienciar sobre la necesidad de transformar nuestro sistema alimentario -priorizando la proteína de origen vegetal sobre la animal- para frenar la emergencia climática y de que se actúe en consecuencia por parte de las instituciones» es crucial por varias razones. Por un lado, debido a la salud, puesto que «consumimos según datos de la FAO cerca de 100 kg de carne al año y las recomendaciones de la AESAN son 17 kg al año por persona. Además, la carne roja está considerada por la OMS como posible carcinógeno y la procesada como carcinógeno».
También por el medioambiente ya que «la ganadería es una de las principales culpables de la emergencia climática actual. No solo porque es la responsable del 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero sino porque también es una gran despilfarradora de recursos naturales y causante de la deforestación. De hecho, el 80% del terreno cultivado se utiliza para producir productos animales, que solo representan el 18% de las calorías que ingerimos a nivel mundial», señala. De la misma manera, justifica que hay reducir el consumo de carne por los animales. «En España se sacrifican al año cerca de 900 millones de animales terrestres. A nivel mundial, 75 mil millones. Lo que viene siendo 10 veces la población mundial», lamenta.
Todo ello hace que Aida Lídice Lueje aboga por que se lleve a cabo un consumo responsable. «Un plato de dieta planetaria consistiría en aproximadamente la mitad de un plato de verduras y frutas; la otra mitad consiste principalmente en cereales integrales, fuentes de proteínas vegetales, aceites vegetales insaturados y (opcionalmente) cantidades modestas de fuentes animales de proteínas», resalta antes de indicar que tanto el sector ganadero como el agrícola deben transformarse. «Con esta medida no se trata de destruir ningún sector, se trata de que evolucionen y se adapten a las necesidades de nuestras circunstancias actuales que se resumen en garantizar nuestra supervivencia como especie porque o cambiamos la forma de comer y producir alimentos, o no podremos frenar la emergencia climática», sentencia.
Alberto Cora Alcaraz, vegano desde hace un año y medio
«Las palabras de Alberto Garzón se malinterpretaron, se trata de no comer carne en exceso»
De la misma manera, Alberto Cora Alcaraz, propietario de Thundergreen-Bar Vegano, en Avilés, exculpa al ministro de Consumo. «Las palabras de Alberto Garzón se malinterpretaron. No dice que no hay que comer carne, sino que no se coma en exceso, es decir, que debemos tener un régimen alimentario», apunta. Además, indica que «al igual que hay un consumo responsable de alcohol y de otra serie de cosas por qué no de alimentos. Un exceso de legumbres, por ejemplo, tampoco es bueno pero lo más lógico es reducir primero el consumo de carne y buscar alternativas a la misma como sería un shiitake. Con ella podemos hacer algo parecido a la carne y además de manera mucho más sana. Estarías comiendo proteínas, hidratos y todo de manera más responsable».
En este sentido, este avilesino que lleva un año y medio siendo vegano señala que llevar a cabo un consumo responsable a quien más podría perjudicar es a las grandes empresas que comercializan carne. «Los pequeños ganaderos no se verán muy afectados porque tienen su pequeño mercado o mediano. El que posee tres o cuatro vacas y vende carne, lo hace para subsistir en un momento dado, las grandes empresas lo hacen para enriquecerse y eso no es lógico. Aquí entramos también al tema medioambiental, porque las grandes compañías, al fin y al cabo, son las que más contaminación producen. Un ganadero qué va a crear. Lo que tienen que hacer es llevar a cabo una regulación a las pequeñas empresas para que salgan beneficiadas, así como a las grandes empresas que son realmente las beneficiadas», resalta.
Cristina Gómez García, vegetarina ovoláctea desde hace tres años
«No solo es reducir el consumo de carne sino que se trata de lo que quieras meter en tu cuerpo»
Por su parte, Cristina Gómez García señala que reducir el consumo de carne va mucho más allá de frenar la contaminación. Para empezar, a su juicio, hay que buscar primero la diferencia entre la ganadería extensiva e intensiva. «En esta última el trato hacia los animales es nefasto y yo con eso no puedo. Ya bastante me cuesta con vivir en mi casa que es de ganadería extensiva y que producen para casa y cuidan bien a las vacas… pues imaginate esto». Por tanto, si se reduce el consumo de carne, por ende, se limitaría el maltrato animal.
Asimismo, esta asturiana que es vegetariana ovolácteo desde hace tres años señala que al fin y al cabo no solo es reducir el consumo de carne sino que se trata de lo que quieras meter en tu cuerpo, puesto que «si te enteras de donde proceden los piensos con los que se alimentan los animales pues es de restos de otros como picos, plumas, platas… y a todo eso añádele hormonas las cosas cambiarían». Además, como todos los años las analíticas de sangre que realiza le arrojan que todo está correcto, «estoy convencida de que no hay que comer carne para estar bien de salud», sentencia.
Noemí Álvarez González, vegetariana desde hace cuatro años
«Se está hablando de consumo responsable, no de no consumo. Creo que el miedo está en ese matiz»
También Noemí Álvarez González respalda la petición de Alberto Garzón por varios motivos. «El primero el respeto a los animales, que en la mayoría de ocasiones malviven en granjas y son tratados de una manera atroz. Lo segundo el respeto al medioambiente. Gran parte de las emisiones de CO2 proviene de la cría de animales para consumo humano, además el cultivo de soja dedicada a alimentar a dichos animales es uno de los motivos de la deforestación del Amazonas... Sumado a todo ello, la cantidad de hormonas y antibióticos que reciben los animales y que luego consumimos los humanos, que obviamente no son buenos para la salud y pueden conllevar a una resistencia a los mismos».
Por ello, en su caso, hace cuatro años que dejó de consumir productos de procedencia animal. «Deje de hacerlo por la suma de estos factores, o quizás por valores personales. En mi caso fue algo progresivo y no muy difícil pues nunca he sido muy carnívora. No juzgo a nadie que no comparta mi manera de pensar, pero lo cierto es que los recursos del planeta son limitados y quizás una persona no quiera dejar de comer carne por ello, pero si puede reducir el consumo ya estará aportando su granito de arena a la salud del planeta. Si se hiciese pedagogía todo iría mucho mejor porque considero que no somos conscientes de la cantidad de comida que se tira a la basura... (entre ella carne) y todo lo que conlleva eso. Se produce más de lo que se consume. En realidad, se está hablando de consumo responsable, no de no consumo. Creo que el miedo está en ese matiz», manifiesta.