El diputado fija su posición en el Congreso sin consultar a su propio partido
07 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Por la tarde, pasado ya el debate, un pleno con preguntas al presidente en el parlamento asturiano, los dirigentes de Foro Asturias no podía ocultar su malestar con el distanciamiento cada vez mayor entre su diputado en el Congreso, Isidro Martínez Oblanca, y el partido al que no rinde cuentas ni consulta a la hora de decidir qué posicionamiento adoptar en las resoluciones que se votan en la cámara baja. La votación para la prórroga del Estado de Alarma fue la gota que colmó el vaso en una serie de desencuentros que se prolongan desde que el fundador del partido, Francisco Álvarez-Cascos rompió de forma atronadora con la presidenta Carmen Moriyón.
Porque el caso es que Oblanca votó «No» a la petición del Gobierno de extender el estado de alarma. Fue uno de los 75 votos negativos a la prórroga, con Oblanca sumado a un extrañísimo grupo de compañeros de viajes: la ultraderecha de Vox y también el el independentismo catalán al completo, con ERC, JuntsxCat, y la CUP. Incluso el PP -que jugó durante varios días con la tentación para alarma de sus barones reginales- optó por la abstención. Hasta Bildu se abstuvo. Oblanca votó que no. Las consecuencias de que no se hubiera mantenido la prórroga del Estado de Alarma hubieran representado de facto la voladura de todas las medidas de control ya que no sería posible impedir la circulación entre provincias, tampoco se hubieran podido garantizar varios ERTEs ni medidas de protección social. En la sede de Foro Asturias estaban consternados por la actuación «a su bola y por su cuenta» de Oblanca, destacando además que el partido quiere presentarse como una formación de centro y no pueden comprender votar junto a la extrema derecha y el independentismo.
En su intervención en el Congreso, Oblanca llegó a comparar el Estado de Alarma vigente con un Estado de Excepción y afirmó que sí hay alternativa al «caos», en su opinión de la actual situación que el Gobierno oculta «intencionadamente» por su propio interés. Junto a la diputada de la CUP Mireia Vehí defendió que se vulneraban derechos civiles e insistió en que la alternativa al decreto del estado de alarma «son los resortes legales que permiten gestionar la crisis sin prorrogar el régimen excepcional existente».
No se trata del primer choque entre Oblanca y la dirección del partido, a la que no considera legítima, a la hora de posicionarse en el Congreso. A mediados de febrero, la dirección asturiana mostró su malestar porque su diputado hubiera votado en contra de la Ley de Eutanasia «por su cuenta» y sin haber llegado a consultar con el partido.
Oblanca se encuentra alineado con el fundador de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, que mantiene una guerra abierta con la dirección actual, presidida por Carmen Moriyón, y que mantiene al grupo dividido. Desde esa quiebra (que ha afectado también al grupo en el parlamento asturiano con cada uno de sus dos diputados partidario de una facción), Oblanca ha cortado la comunicación con la dirección en Asturias e incluso ha creado, con los fondos del grupo mixto al que pertenece, una página web para difundir sus iniciativas al margen de la oficial de Foro.