El partido ve en la rebelión de su presidenta una pataleta por el apoyo a la candidatura de Moriyón. Sospechan de un acercamiento al PP
08 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En Foro Asturias lo tienen claro. No entienden la repentina preocupación de Cristina Coto por una trabajadora del grupo que estando contratada a media jornada se ha pasado toda la legislatura haciendo una jornada completa. Así que lo que ven en su decisión de mejorarle las condiciones sin el visto bueno de la dirección es una pataleta por el apoyo que la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, está recibiendo para ser la candidata a las próximas elecciones regionales, un puesto al que Coto seguía aspirando. El partido no tenía pensado prescindir de ella pero la veían mejor en otro tipo de plazas, como por ejemplo como cabeza de cartel en Oviedo. No parece que vaya a haber oportunidad de proponérselo. Los puentes con la dirección están prácticamente rotos y tienen pocas esperanzas de que puedan reconducirse. Es más, hay quien vislumbra un movimiento un poco desesperado por acercarse al PP regional, ahora que tras la marcha de Mariano Rajoy en Madrid pueden producirse movimientos a nivel regional.
La versión de la crisis del grupo parlamentario de Foro Asturias que se ofrece desde fuentes cercanas a la directiva se remonta varias semanas atrás. Comenzó con el movimiento de Siero, proponiendo públicamente a Moriyón como candidata. Coto no había sido prevenida y la noticia la cogió por sorpresa comiendo el bollu del Martes de Campo con la propia Moriyón y con Cascos. Nadie le había comentado nada. Aunque reaccionó con elegancia y a las pocas horas aseguró que si las bases querían a la alcaldesa de Gijón ella no sería obstáculo. Ya sabía entonces que la decisión final de quién encabezará el próximo proyecto no se adoptará hasta finales de septiembre, cuando está previsto que se celebre la convención en Pola de Siero.
Otra interpretación
El silencio tenso de las siguientes semanas ha terminado estallando por la intención de Coto de modificar las condiciones laborales de esa trabajadora del grupo. Desde el partido se insiste en dos aspectos diferentes. El primero, que no tiene competencias para adoptar esa decisión de manera unilateral, ya que el artículo 30 de los Estatutos especifica que tiene que pasar por la directiva. La segunda radica en que la acusan de actuar a espaldas de sus compañeros, que se enteraron por una filtración en la Junta. Destacan estos dos hechos para demostrar que es una estrategia de provocación. Lamentan que haya iniciado esta «guerra contra todos» porque creen que, dada su trayectoria, podría ser aprovechable para otros menesteres. De ahí la idea de que encabece la candidatura al Ayuntamiento de Oviedo, una plaza más complicada aún si se tiene en cuenta que Foro perdió toda su representación en los últimos comicios.
Si tal y como algunos sospechan todos estos movimientos estaban planeados, ¿qué puede perseguir Coto echándose en contra al resto de su grupo y, sobre todo, a su fundador Francisco Álvarez-Cascos. Algunos apuntan de un posible acercamiento al PP regional. Sería su único camino para seguir en política si termina quemando todos los puentes con Foro.
Directiva y Junta General
Queda por ver qué pasará en los próximos días. A última hora del jueves, no había convocada ninguna Comisión Directiva del partido para abordar el tema. Es más, había fijada una ordinaria para este miércoles por la tarde que se aplazó con pocas horas de margen, cuando el enfrentamiento ya se había fraguado. En esa Directiva habría que decidir si el partido releva a Coto de la portavocía en la Junta o si la mantiene para lo que queda de legislatura pese a la fractura con los otros dos diputados que integran el grupo.
Si se decide el relevo y Cristina Coto se niega a apartarse, en la Junta se viviría una situación inédita. Nunca hasta ahora se ha producido el relevo del portavoz en contra de su voluntad. Según el reglamento de la cámara, todos los miembros del grupo tienen que firmar el cambio. ¿Qué pasaría si ella se niega? Existe mucha confusión al respecto y probablemente sería necesario consultar a los letrados de la Cámara. Si, por el contrario, abandona la portavocía pero también deja Foro y se pasa al grupo mixto, la alternativa sería muy alambicada. Coto pasaría al grupo mixto pero sus dos compañeros diputados hasta ahora, Pedro Leal y Carmen Fernández, también tendrían que hacerlo, ya que el número mínimo de representantes para tener un grupo propio es de tres. Y ahí volverían a tener que negociar, ya que el grupo mixto solo puede tener un portavoz.