Además de la batalla «cuerpo a cuerpo» con la avispa asiática, la investigación científica busca el arma definitiva contra la plaga o usa modelos matemáticos para anticipar su expansión
05 ago 2019 . Actualizado a las 16:23 h.La velutina está definitivamente en Asturias. Y, por lo que se sabe y se ha podido hacer hasta ahora en las áreas de Europa ocupadas por esta voraz y resistente especie, ha llegado para quedarse. Al menos, hasta que se encuentre un medio eficaz de detener su expansión, revertirla y finalmente exterminarla de unos territorios cuya biodiversidad y algunos de cuyos sectores económicos, como el apícola, están más que seriamente amenazados. Esos objetivos parecen lejanos en este momento, en el que, como ya han podido experimentar en comunidades vecinas como Galicia, se pelea, por así decir, cuerpo a cuerpo con métodos las más de las veces precarios: trampas caseras, campañas de voluntariado para la localización y destrucción de nidos, actividades de prevención y divulgación… Pero el hecho es que, a pesar de cada vez se encuentran y eliminan más reinas y nidos, la velutina extiende su imperio, favorecida por un hecho de momento incontestable: los métodos de trampeo tienen una eficacia insuficiente y poca selectividad, de manera que otras especies pueden verse afectadas como indeseados 'daños colaterales' en esta guerra. Encontrar productos específicos para atraer y destruir a la velutina es el principal objetivo -aunque no el único- de otro frente de batalla: el que se desarrolla en laboratorios y centros de investigación.
En Asturias, se ha puesto en marcha ya una campaña de trampeo para reinas en primavera con la colocación de 900 trampas, y con ellas de los sistemas de monitorización y conteo que se gestionarán desde una aplicación informática que irá seguida de campañas informativas y una segunda ronda de búsqueda y destrucción de nidos secundarios más avanzado el año y hasta otoño. Aunque los proveedores de productos para agricultores y jardineros en Asturias aseguran que por el momento no han detectado un aumento de demanda de remedios para la plaga, quienes se acerquen a ellos en busca de productos para trampear se encontrarán con que las sustancias disponibles son las que se utilizan, por ejemplo, para atraer genéricamente a las avispas y a otro tipo de insectos. Estos días hemos empezado a familiarizarnos con recetas de distintas mezclas que parecen gustar a las reinas, los objetivos principales de exterminio. Compuestos a base de zumo de arándanos, vino blanco, vinagre y un par de gotas de lavavajilas; otros más sencillos con miel y vinagre diluidos en agua caliente con algún alcohol, o con vino blanco dulce y sirope de menta... Las fórmulas basadas en compuestos azucarados son diversas y abundan en internet.
Hay, no obstante, especialistas que advierten que solo funcionan en la temporada de la primavera temprana, cuando las reinas se reaniman de la invernada y necesitan más azúcares para reponerse de la hibernación; después, el cebo ha de cambiarse por otro basado en proteínas, menos energético. Paté de pescado es una de las opciones que se han usado en esa época del año -ya veraniega- en regiones italianas especialmente afectadas, como el Piamonte. Existen cebos proteínicos industriales con carne micromilida más un patógeno del tipo de la Beauveria Bassiana y conservantes. También se han ensayado métodos completamente ajenos al trampeo químico, como la instalación de hilos eléctricos en el entorno de las colmenas, aunque se plantea también el posible daño a otras especies y el problema de la alimentación eléctrica en zonas apartadas, para lo que se han facilitado instrucciones con las que construir unos elementales generadores solares.
En busca del arma definitiva
Pero, en resumen, falta el arma definitiva. ¿Qué se está haciendo en retaguardia, donde paradójicamente se investiga en lo que será la vanguardia futura de la lucha contra el avispón asiático? Buscar el producto específico que atraiga irremisiblemente y mate solo a la Vespa Velutina. La Universidad de Santiago de Compostela y la Diputación de A Coruña están apoyando financieramente algunas investigaciones al respecto. Uno de los científicos más implicados desde el primer momento en ese tipo de trabajos es el también gallego Xesús Feás. Además de defender la necesidad de coordinar las investigaciones y unificar resultados, Feás trabaja en concreto en las pruebas con un cebo tóxico específico llamado 'velucida'. Según anuncia en su web, la sustancia está dando «prometedores resultados» que se publicarán en breve. La intención de Feás es que el tóxico no solo afecte a la velutina de forma exclusiva, sino que pueda ser transportado por la reina a sus colmenas y actúe también en las colonias de la especie. Otras líneas de trabajo investigan el uso de feromonas específicas para atraer al insecto.
Otra iniciativa tomada en la vecina comunidad gallega ha partido del departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Santiago que encabeza Luis Rodríguez-Lado. Desde él se ha desarollado una «modelización automatizada» matemática para predecir la potencial distribución futura de la avispa asiática en el territorio de la comunidad gallega. Dicho en términos más sencillos, se trata de anticipar los movimientos del 'enemigo' a través de una herramienta estadística que predice los hábitats que preferirá la especie a partir de datos ambientales y observaciones, y que va generando de forma automática un mapa de probabilidad y de clases de riesgo en función de las características de localidades en las que ya se ha detectado la velutina. El mapa se puede consultar en una dirección de internet, y el modelo incorpora además un generador automático de informes que integra, entre otros datos actualizados, los del servicio meteorológico gallego.