La Universidad de Oviedo lidera el programa «SOS Praderas», que actuará en zonas de Picos de Europa y que pretende evitar la pérdida de biodiversidad asociada al abandono de la actividad ganadera
19 jul 2016 . Actualizado a las 13:48 h.La Universidad de Oviedo lidera un proyecto europeo, en el que participan socios de España, Portugal y Francia, para recuperar los prados de siega y favorecer su conservación. El programa SOS Praderas pretende combatir la desaparición de estos agroecosistemas, actualmente en declive en Europa, a través de la puesta en marcha de actuaciones para restablecer la biodiversidad de la flora en zonas de Picos de Europa, Aragón, Navarra, norte de Portugal, Pirineos y sur de Francia.
Los prados de siega son formaciones naturales o seminaturales, que se han mantenido en el tiempo por la actividad humana, fundamentalmente la ganadería de vacuno. La causa principal de su progresiva desaparición en toda Europa son los cambios en la gestión del territorio: intensificación de la actividad allí donde el relieve permite un acceso fácil; y abandono, en áreas de montañas o húmedas, además de la presión urbanística en las parcelas más próximas a cascos urbanos. El investigador principal del proyecto, Tomás Emilio Díaz, catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo y decano de la facultad de Biología, asegura que la reducción de la actividad ganadera, especialmente en alta montaña, provoca que los prados se transformen en matorral y en bosques, lo que implica «una pérdida de biodiversidad».
La Universidad de Oviedo abandera este programa en el que también participan: el Consorcio del Parque Nacional de los Picos de Europa, Semillas Silvestres SL y Diputación General de Aragón, por parte de España; el Instituto Politécnico de Bragança, y el Instituto Nacional de Investigaçao Agraria e Veterinaria, por parte de Portugal; y Conservatoire Botanique Pyreneen de Francia.
SOS Pradera trata de promover la gestión sostenible de los prados de siega para favorecer su conservación. El proyecto aspira a detener la pérdida de su biodiversidad mediante el adecuado empleo de los recursos, la aplicación de subvenciones agroambientales y la comercialización de nuevos productos (mezclas de semillas). Los investigadores consideran que las acciones beneficiarán a agricultores, empresarios del ramo de las semillas y a la población en general, mediante la conservación de este patrimonio común. En este proceso, jugará un papel importante el Banco de Germoplasma del Jardín Botánico Atlántico del Principado de Asturias, en Gijón, de cara a recuperar las semillas de la flora de cada zona.
Por el momento, se han elegido medio centenar de puntos geográficos en los que, posteriormente, se realizará una selección de áreas piloto para realizar acciones de recuperación de viejas praderías. Una vez que se comprueben los resultados óptimos, «el modelo de recuperación y conservación se podrá aplicar en otras zonas de Europa», asegura Tomás Emilio Díaz, especialmente en los países del este. «Debemos recuperar el conocimiento tradicional sobre el manejo de los prados de siega e integrar todas las herramientas actuales a nuestro alcance para aumentar la rentabilidad de dichos medios y asegurar de este modo, su persistencia», afirman los investigadores.
SOS Praderas tiene un plazo de ejecución de tres años y forma parte del Programa Interreg Sudoe, una iniciativa que apoya el desarrollo regional en el sudoeste de Europa financiando proyectos transnacionales a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Los prados de pasto están incluidos entre los hábitats prioritarios europeos, y la Estrategia de Biodiversidad de la UE reconoce su deficiente estado de conservación.
El programa ha sido presentado esta mañana en el Campus de Mieres, en una jornada organizada por el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot). El encuentro ha sido inaugurado por el vicerrector de Investigación, José Ramón Obeso, y han participado el investigador principal del proyecto, Tomás Emilio Díaz; el coordinador Álvaro Bueno Sánchez (doctor en Biología, investigador del Indurot y miembro del equipo científico de la Universidad de Oviedo en el Jardín Botánico Atlántico, del que también es conservador); Jorge Marquínez García, profesor de Geodinámica Externa y director del Indurot; y Elías Afif Khouri, profesor contratado doctor del área de Ingeniería Agroforestal.