Un mes de la dana: miles de niños siguen sin colegio y cientos de garajes aún están anegados de lodo

Carlos Peralta
Carlos Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

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La dana causó la muerte de 222 personas en la provincia de Valencia y otras cuatro siguen desaparecidas. Hay 40.000 autónomos afectados y 25.000 trabajadores están en un ERTE

29 nov 2024 . Actualizado a las 11:49 h.

Hace ya un mes que la dana causó un daño irreparable en la provincia de Valencia y en el sur de la de Albacete. Una catástrofe que apagó 230 vidas y que todavía tiene en vilo a los familiares de cuatro desaparecidos. El trabajo a destajo ha sido la tónica habitual. En Paiporta, Masanasa, Alfafar y en otros de los 87 municipios afectados, según la Cámara de Comercio de Valencia. La situación ha mejorado en este tiempo, pero queda muchísimo por hacer.

Lenta vuelta a la rutina

Garajes inundados. El área afectada es amplísima: 562 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a 50.000 campos de fútbol. Por ello, no es de extrañar que ni con el empeño de voluntarios y profesionales (20.000 del sector público) se haya podido sacar todo el fango de plantas bajas y sótanos. «Godzilla veranea en mi garaje», se podía leer el lunes en una pancarta de una vecina de Benetúser. Era una de las manifestantes que, el martes pasado, reclamaban ayuda al Ayuntamiento. La Diputación de Valencia, que estima 1.300 millones de euros en daños en infraestructuras y servicios, coordina desde ese mismo día la retirada de lodo en 661 garajes y sótanos públicos y privados de once municipios afectados. El Colegio de Registradores, según recoge Efe, vaticina con sus datos un trabajo descomunal: hay 92.748 inmuebles con destino residencial, es decir, viviendas unifamiliares con trastero y garaje, afectadas por las inundaciones. A eso hay que sumarle otros 15.000 garajes que también han sufrido daños severos por los efectos de las lluvias torrenciales del 29 de octubre.

La dana, según estimaciones de la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos, afectó a 40.000 trabajadores por cuenta propia de la zona. La Cámara de Comercio eleva hasta las 66.088 el número de empresas afectadas.

«Poco pensar y mucho trabajar». Fue la receta que aplicó Laura Lluch, del restaurante Benacher, en el polígono de la Mina, en Paiporta, para conseguir abrir de nuevo y ofrecer sus clásicos almuerzos. Es uno de primeros negocios de la zona cero en reabrir sus puertas tras jornadas de doce horas, un lavavajillas nuevo y la ayuda inestimable de familiares y amigos. Por ahora, sus clientes son vecinos de otros municipios y trabajadores del polígono que buscan seguir su ejemplo y volver lo antes posible. Su caso es desgraciadamente una rara avis en la zona cero. El agua arrasó con todos los negocios, lo que complica sobremanera la vida cotidiana en estos municipios. Al menos 25.000 trabajadores están amparados por un expediente de regulación de empleo temporal. Muchos de ellos seguramente han perdido todos sus bienes, también sus vehículos. Emergencias pondrá en marcha un plan exprés para retirar 120.000 vehículos averiados; la mayoría, siniestro total.

La Mina, además, es uno de los 68 polígonos industriales que quedó anegado de fango. La Generalitat calcula que, para solucionar los daños en estas zonas, se requiere una inversión estimada de 10.000 millones de euros

Miles de reubicados

La dura vuelta a las aulas. La ansiada vuelta a la aulas marcó también este primer mes después de la dana. El domingo, un trabajador de Tragsa falleció por un derrumbe en el colegio Lluís Vives de Masanasa. Las familias de este centro piden su derrumbe. El consejero valenciano de Educación, José Antonio Rovira, atribuyó a un «accidente laboral» el trágico suceso, independiente del estado del inmueble.

El domingo, cientos de niños estaban preparados para volver a las aulas en Benetúser, pero el Ayuntamiento echó el freno al conocer la noticia del accidente. El jueves, por fin, los casi mil jóvenes estudiantes volvieron a sus centros. A los niños del colegio Blasco Ibáñez los esperaba una bonita sorpresa. «Teníamos acordado con los militares de la UME y del Ejército de Tierra que ellos iban a recibir a los niños con sus vehículos oficiales», explica la directora, Esperanza Parets. Y así fue. Un pasillo de militares, los mismos que se han esforzado en adecentar Benetúser, recibieron con aplausos a los pequeños. Más tarde, pudieron tocar la bocina de los camiones e incluso entonar un sentido «¡¡¡muchas gracias!!!» por el megáfono de otro vehículo. No fue la única sorpresa. Muchos niños recibieron por fin las cartas de estudiantes de toda España mandándoles ánimos. «Han estado contándoles a los profesores sus vivencias y ellos les han dado apoyo emocional», cuenta la directora, de baja por una lesión en el brazo, pero que ni por asomo podía perderse la vuelta de sus alumnos. Ahora solo falta reabrir el comedor. Desde el centro esperan conseguirlo la próxima semana.

Con el alegre regreso en Benetúser, ya son 38.186 los alumnos que han vuelto a las aulas, bien en su centro habitual o reubicados en otros. Esperan hacerlo pronto casi 10.000 estudiantes. Según la Consejería de Educación, el estado de trece de los más de cien centros afectados por las riadas obligará a habilitar aulas prefabricadas o incluso a construir de nuevo las instalaciones.

Mazón sigue en el cargo

Clamor por las ayudas. El Gobierno central aprobó un primer paquete de medidas por un valor de 16.600 millones de euros. La Generalitat, que le solicita 31.402 al Ejecutivo central, aprobó ayudas urgentes por valor de 400. Mazón se aferra al cargo pese a las acusaciones de que estuvo ausente e incomunicado en las horas claves de la dana. Seguirá al frente con un Consell remodelado: El teniente coronel retirado Francisco José Gan Pampols lidera una nueva vicepresidencia creada expresamente para la reconstrucción. Mazón nombró a tres nuevos consejeros, entre los que destaca Juan Carlos Valderrama en la nueva Consejería de Emergencias e Interior. No sigue la anterior responsable —entonces solo de Interior—, Salomé Pradas, y tampoco Nuria Montes, en el foco de las críticas por el tono que utilizó para pedir a las familias de las víctimas que no se acercaran a la morgue de la Feria Valencia hasta que las autoridades se lo requirieran. Los valencianos esperan que las ayudas lleguen lo antes posible —60 millones a nivel estatal ya han sido entregados —, con el ojo puesto en las quejas de los afectados por otras catástrofes recientes, como la erupción volcánica en La Palma y el terremoto de Lorca, y la sombra de las ayudas que se prolongan en el tiempo.

222 fallecidos

Cuatro desaparecidos. Ha pasado un mes desde el fatídico 29 de octubre y quedan cuatro personas desaparecidas. La dana causó 222 muertos y a todos ellos ya se le ha realizado la autopsia pertinente. A la gran mayoría de las familias ya se les han entregado los restos mortales de sus seres queridos. La agonía sigue para los allegados de estas personas desaparecidas. Los equipos de búsqueda prosiguen su trabajo para encontrarlas dentro de una extensión inmensa de tierra y mar. La dana también se cobró la vida de siete personas en Letur (Albacete) y una de Málaga.

Según datos del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, han muerto por los efectos de la dana 132 hombres y 89 mujeres. Más de la mitad (142) tenían más de 61 años. Valencia también lloró la pérdida de siete menores de diez años.