Una semana con los escombros frente al felpudo: «Me asomaba todos los días a la ventana para ver si los habían quitado, pero ahí seguían»
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Aunque las labores de recogida se han acelerado considerablemente, todavía hay vecinos con los desechos de sus muebles en la calzada de su calle. Estos vecinos de Alfafar convivieron con ellos una semana
08 nov 2024 . Actualizado a las 10:11 h.Ocho días después, llegó por fin la maquinaria que liberaría de escombros la calle Segura de Alfafar. Durante todo este tiempo les ha acompañado una larga fila de escombros que hace muy poco formaban parte de su vida. Con sus bajas plantas desnudas, los vecinos solo querían poder empezar de nuevo. Ahora podrán hacerlo.
José Antonio Bisbal debió sentirse por momentos Bill Murray en Atrapado en el tiempo. «Me asomaba todos los días a la ventana para ver si los habían quitado, pero ahí seguían». Pero este jueves todo cambió. La maquinaria llegó por fin a su calle. Los bomberos, mientras, achican el agua de una alcantarilla. Es habitual estos días que estén atrancadas. De hecho, el martes, el Ayuntamiento de Masanasa, un pueblo cercano, rogó por activa y por pasiva, a través de los megáfonos municipales, que no se vertiera más agua a la calle. Una premisa compleja, ya que la alternativa de los vecinos es que el agua embarrada siga en sus casas.
«Estoy mejor que el miércoles, no te voy a engañar. Llevábamos ocho días y no han venido hasta hoy [por ayer]. Entiendo que estarían haciendo cosas más urgentes, pero esto ha sido un desastre total», afirma José Antonio.
Lo cierto es que era cuestión de tiempo. Los propios vecinos lo reconocieron la tarde del miércoles, allí plantados junto a los escombros, mientras más de diez miembros de la UME trabajaban a fondo en la calle de al lado. «Está bien que limpien las grandes avenidas, pero deberían repartir mejor los efectivos», afirma otro vecino.
Alfafar está llena estos días de efectivos de todos los rincones de España. Los vecinos están agradecidos, aunque nadie olvida la sensación de abandono los primeros días, sobre todo el miércoles 30 de octubre. Un día más tarde, se vivió cierta tensión en la calle Segura. Según cuentan varios vecinos, un coche de la Policía Local de Alfafar fue el primer efectivo que se acercó a informarles de dónde podían conseguir víveres. «Ya que venía, podría haber traído agua o algo», afirman. «De eso prefiero no comentar nada, porque como hable...», asegura otro habitante de la calle. Un vecino increpó con vehemencia a los policías, pero si lo recuerdan últimamente sus compañeros de calle es por lo que hizo después: trajo agua y carne de su negocio, con el que llevó a cabo una especie de barbacoa colectiva. «Con eso fuimos tirando», asegura José Antonio. El jueves llegaron los primeros voluntarios. «Si no es por ellos esto habría sido un caos», asegura Vicente López, otro vecino de la calle Segura. A su lado hay una madera con la Virgen de los Desamparados y emblema de Valencia, a la que precisamente le rezó el papa Francisco esta semana. «Es mi protectora», añade, con una sonrisa.
Excepto los vehículos, que los retiraron con grúas, la mitad de la columna de escombros la sacaron de allí los voluntarios. La otra mitad se marchó por fin este jueves. El adiós de todos estos desechos también lo han celebrado unos números más adelante. Miriam Mocholi llevaba una semana sin poder llevar a la casa a su niña de dos años por el olor que desprendían los escombros. «Tiraron neveras y algunas tenían pescado dentro», cuenta Vicente.