Sánchez busca frenar el desconcierto creciente en el PSOE con un congreso
01 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lo de «otoño caliente» no será este año solo una coletilla periodística. El bloque de investidura afronta un proceso de reconversión interna que será clave para definir el futuro de una legislatura abocada al bloqueo. El último en sumarse ha sido el PSOE. Pedro Sánchez ha decidido convocar un congreso de su partido, para el que aún tenía muchos meses de margen para noviembre. Coincidirá en el calendario con los programados por sus principales aliados del bloque de investidura: Sumar, con el relevo de Yolanda Díaz en el liderazgo de la plataforma como gran asunto pendiente, Esquerra, con la pugna por liderar los restos de la formación separatista de Oriol Junqueras y Marta Rovira, y Junts, con la amenaza de otra aparición espectral, veremos si con fuga incluida, de Carles Puigdemont. Todos ellos tienen un denominador común: las bases no acaban de comprender el rumbo marcado por sus líderes y estos, antes de corregir esa discrepancia, apelan al cesarismo para unificar a los críticos y formar una piña bajo la amenaza de la mayoría. O conmigo o contra mí, vamos.
EL PROBLEMA MIGRATORIO
Bandazos. Sánchez ha arrancado el curso político con otra muestra de la versatilidad de su discurso. Para tapar la bronca del cupo catalán, ese acuerdo del que tampoco dará explicaciones el miércoles en el Senado, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, decidió poner sobre la mesa el problema de la migración, que ha escalado del noveno al cuarto puesto de las preocupaciones de los españoles, según el CIS de José Félix Tezanos. Y tras hacer una declaración casi de puertas abiertas y azuzar a Patxi López y Félix Bolaños, siempre dispuestos a todo, contra Alberto Núñez Feijoo por xenófobo y racista, incluso por facha por hacer seguidismo de Vox, volvió a pegar otro bandazo en el tiempo en el que Falcon presidencial volaba de Dakar (Senegal) a Banjul (Gambia). Justo minutos después de que el socialdemócrata alemán Olaf Scholz anunciara el aumento de las deportaciones de simpapeles en Alemania. Así, nuestro presidente pasó de dar la bienvenida a todos los subsaharianos —«os necesitamos», llegó a decir— a inventarse la migración circular, como si se tratara de reemplazos de mano de obra. Y todo ello, tras repartir más de quinientos millones de euros una semana después de intentar zanjar el problema en Canarias con 50.
cisma en el psoe
Barones en el punto de mira. La gira internacional con la que Sánchez pretendía ganar aire en política interna acabó sin logro alguno, pero los problemas en el PSOE no paran de crecer. Los socialistas aragoneses liderados aún por Javier Lambán devolvieron el foco a la financiación autonómica y dijeron no al plan del presidente. Lambán está de salida y su relevo promete ser una de las batallas más cruentas del partido. Pero no está solo en su postura. El extremeño Miguel Ángel Gallardo, que preside la Diputación de Badajoz, bajo sospecha por la contratación de David Sánchez Pérez-Castejón, ahora residente fiscal en Portugal, también está dispuesto a decir no al cupo catalán «en Mérida, en Madrid o en Bruselas». Y al asturiano Adrián Barbón le apareció una oposición fantasma un par de días después de rechazar el acuerdo con Esquerra. El motín se extiende a casi todas las comunidades. No solo Emiliano García-Page protesta: Luis Tudanca en Castilla y León o Juan Lobato en Madrid han expresado su rechazo y ya suenan tambores de relevo contra ellos por díscolos. Solo el andaluz Juan Espadas, que aspira a ser ministro, y la valenciana Diana Morant, que ya lo es, apoyan tímidamente la maniobra que rompe la igualdad entre comunidades. El otoño será caliente.