El emigrante gallego de 90 años que vibra desde Buenos Aires con la selección y emociona a España
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El nieto de José Pontes, quien se trasladó desde Val do Dubra a Argentina con 19 años, le grabó viendo el partido de España contra Alemania de cuartos de la Eurocopa. En el vídeo, ya viral, se percibe cómo a pesar de llevar 70 años allí, no pierde sus raíces
11 jul 2024 . Actualizado a las 17:12 h.Admite que pensaba que por la emoción y la nostalgia que transmite el vídeo era posible que fuese bien acogido en las redes sociales. Aún así, el argentino Nicolás Pontes, de 24 años, ni de lejos imaginaba la repercusión mediática que tendría. En la grabación inmortalizó a su abuelo, José Pontes, un gallego de 90 años que emigró a Buenos Aires cuando tenía 19, siguiendo con viva ilusión el partido de cuartos de final de la Eurocopa en el que España se impuso en la prórroga a Alemania. Sus nervios —«no sabés tirar al arco, boludo»; «dale ya viejo»; «reviéntela para allá, que se pase el tiempo»—, su enfado con el árbitro, que no pitaba el final —«¿quiere que empate Alemania?»—, o su canto de alegría y su entonación, con voz melosa, del clásico —«y viva España; o España es la mejor»—, cuando se confirmó la victoria, llevaron a que el vídeo rápidamente ya no dejase de compartirse.
«Siempre veo los partidos de la selección con él. Normalmente no le grabo para disfrutar del momento, pero el otro día, al verlo tan contento, lo publiqué. Aluciné con el eco de la grabación. Me llamaron de televisiones españolas», apunta con asombro Nicolás, un periodista deportivo en cuya vocación influyó —«con el tiempo me di cuenta»— su abuelo.
«Él nació en Xermán, una aldea de Portomouro, en Val do Dubra, a 15 kilómetros de Santiago. Por eso puse en el vídeo que había nacido en Compostela. Nunca deja de pensar en sus orígenes», destaca Nicolás mientras comparte a La Voz una fotografía en la que se ve a José Pontes con una camiseta que rinde homenaje al Camino. «Esa remera la compró una vez que estuvo en Compostela», destaca.
«Lleva toda la vida acá. Sin embargo, no pierde sus raíces. Le encantan los deportes y, siendo yo pequeño, ya me sentaba con él a ver a los partidos tanto del Real Madrid, equipo del que es forofo, como del Atlético de Madrid o del Barça. Yo era mucho de Xavi e Iniesta, y ahí no estábamos de acuerdo», comenta entre risas Nicolás, destacando cómo el otro equipo que José no pierde de vista es a su añorado Deportivo. «Es el de su tierra. Acá no podemos ver los partidos, pero siempre me está preguntando cómo va», prosigue el nieto. «Él fue uno de los fundadores en Argentina del Deportivo Español», añade, aludiendo al equipo de fútbol fundado en 1956 por emigrantes residentes en Buenos Aires.
«Él sostiene que el fútbol argentino es una mierda, que el bueno es el español», prosigue divertido, y señalando que le gustan todos los deportes. «Por él seguí a Nadal, y ahora a Alcaraz, lo que pasa es que cuando apareció Del Potro —ex tenista argentino—, yo ya tuve el corazón dividido… Tampoco me pierdo, gracias a él, una carrera de Fernando Alonso», enumera.
«Él siempre decía que no se podía morir sin ver a España campeona del mundo. Cuando lo logró la lástima fue que yo estaba viajando. Yo me quería matar por no estar con él y poder ver su emoción. Muchas veces, al concluir un partido de la selección, se pone a llorar. Es una pasada lo que ama, y echa de menos a su país. Yo le pongo canciones de antes, como Antonio Molina, y se emociona...», remarca, compartiendo lo que, durante la llamada de La Voz, le transmite su abuelo.
«Yo pude volver tres veces a Galicia. La primera, en 1989; la segunda, fue cerca del 2000; y la última, en el 2013. Me hubiera gustado ir más pero no tenía tiempo por trabajo. Acá, y desde que llegué a Argentina, trabajaba desde las 6.00 y hasta las 22.00 horas», explica a La Voz —en boca de su nieto— José Pontes.
«Trabajé dos años y medio en la fábrica de chocolate FelFort. Luego me fui al Hotel Roma, en una avenida muy famosa de Buenos Aires, donde permanecí casi tres años. Al terminar, compré un hotel con dos socios, de los que quedamos luego dos. A los cuatro años compré otro hotel y de ahí monté un garaje grande de dos plantas. Después hice mi casa. Los vecinos dicen que no hay otra más linda en el barrio», repasa José. «Y ahora estoy retirado, descanso y me gusta mirar deporte», confirma, mientras su nieto aclara que le cuesta entender el éxito de las redes sociales, aunque no deja de alegrarse porque su alegría, al ver a la selección, pudiese celebrarse en Galicia.
«Allá, en España, le queda un sobrino. Está delicado del corazón, pero a mí me gustaría poder llevarlo de nuevo a su tierra, y así conocerla yo también junto a él», avanza con cariño Nicolás. «Hoy, de nuevo, veré el partido con él; a ver si le grabo de nuevo», señala.
La grabación, ya viral, no cesa de sumar comentarios. Unos mensajes en los que muchos reflexionan sobre que el fútbol es algo más que un deporte. «Esa mezcla de gallego y argentino es maravillosa. Me alegra ver que no olvidó sus orígenes. Inmenso el abuelo» o «¡Dios que grande. Puedes pasarte 70 años fuera de tu país y tu patria pero nunca olvidarás tus orígenes!», son solo dos de ellos.