ERC pilla a contrapié a todos sus rivales y hace jaque mate a las cuentas de Sánchez

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

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David Zorrakino | EUROPAPRESS

Solo Illa, debilitado por el caso Koldo, parece confirmado como rival de Aragonès

14 mar 2024 . Actualizado a las 15:25 h.

Cataluña tampoco agotará la legislatura, como había prometido su presidente, Pere Aragonès, hasta el pasado fin de semana. Si Galicia adelantó sus comicios cinco meses y el País Vasco, dos, los catalanes volverán a las urnas nueve meses antes de lo previsto. Y el panorama, lejos de estar claro, ofrece más incertidumbres que nunca.

ESQUERRA REPUBLICANA

Golpe de mano. La convocatoria exprés de Aragonès a los pocos minutos de sufrir una severa derrota parlamentaria con el fracaso de sus presupuestos demuestra que ERC lleva meses preparando la cita electoral. El presidente de la Generalitat fue ratificado como candidato el pasado mes de enero y su foto con Oriol Junqueras sirvió para cerrar las dudas sobre las divisiones internas del partido. Pere Aragonès tendrá la ventaja de competir desde el poder, de tener la maquinaria de ERC a su servicio y de sorprender a sus rivales a medio preparar. Su duelo principal será con Junts. En juego está el dilema entre los pactistas —«botiflers [traidores]— para los nacionalistas más radicales y el desafío al Gobierno español que preconiza no solo Carles Puigdemont, sino también la Asamblea Nacional Catalana o la exconsejera Clara Ponsatí, huida con Puigdemont y Comín a Bruselas y convertida ahora en contraria a cualquier acuerdo con Madrid.

Con esta maniobra, los republicanos neutralizan la aparición de nuevas candidaturas independentistas y de su duelo con Junts saldrá el próximo presidente. Los últimos estudios demoscópicos situaban a ERC como segunda fuerza, por detrás del PSOE, pero con cierta ventaja sobre Junts, su verdadero rival.

JUNTS

Pendientes de Puigdemont. Junts lleva meses intentando forzar el adelanto electoral. Primero abandonó la coalición con ERC hace más de un año. Y en los últimos meses, pugna con los republicanos por alcanzar más acuerdos (cesiones) con Pedro Sánchez. Su papel ha ganado protagonismo desde el 23J. Y los órdagos en Madrid se han saldado con numerosos éxitos: la adopción del catalán y la amnistía dan prueba de ello. Su problema es que la convocatoria pilla a los herederos de Convergencia con sus principales dirigentes fuera de juego. Aunque ayer Jordi Turull dijo que Puigdemont podría ser su candidato, los plazos de aprobación de la amnistía hacen casi imposible esa candidatura. El propio Turull se halla inhabilitado y Laura Borràs, su última cabeza de lista, condenada por malversación y enfrentada a buena parte de su partido. Ahora, Junts tiene apenas dos semanas para buscar un candidato y neutralizar a su ala más radical, encabezada por la exconsejera Ponsatí y la propia Laura Borràs.

PARTIDO SOCIALISTA

Illa ha dejado de ser favorito. El PSC era el favorito en todas las encuestas hasta finales del año pasado. Cataluña es la gran apuesta de Pedro Sánchez para demostrar que su política de cesiones continuadas a los separatistas vale para algo más que para mantener el poder. Pero Illa ha sufrido varios golpes inesperados. Primero, ha dejado de ser el interlocutor directo con el presidente del Gobierno y su jefe de filas. Junts vetó su condición de negociador y los independentistas despachan directamente con Sánchez o con Félix Bolaños y María Jesús Montero, los pilares del Ejecutivo. Después, el exministro de Sanidad se ha visto golpeado por las derivadas del caso Koldo. Varias de sus adjudicaciones están bajo sospecha, y el sumario y las declaraciones de los imputados irán marcando la campaña electoral.

En Madrid, ya renuncian a los Presupuestos. Y la legislatura, queda quizás en el aire. La ministra de Hacienda, que por la mañana anunciaba en el Congreso la inminencia de la presentación de las cuentas, admitió por la tarde que habría que posponerlas. Y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, quiso apagar las voces sobre el fin del Gobierno con un «la legislatura no peligra» que no depende solo del PSOE. Illa tendrá que elegir entre uno de los dos socios de Sánchez y el descartado responderá con turbulencias. La incertidumbre es inevitable.

SIN OPCIONES

El PP busca foco, y Cs y Comunes, ser decisivos. Fuera de los tres grandes partidos, poco queda por definir. Los Comunes, expulsados del Gobierno de Barcelona, forzaron el no a los presupuestos sin plan B. Ada Colau, relegada a concejal de la oposición en Barcelona, podría intentar encabezar la lista, en la que pugnará con Jessica Albiach.

El PP de Alberto Núñez Feijoo pasó meses anunciando el relevo de su cabeza de lista, Alberto Fernández, algo que no logró por la división que generaba en el partido. Ahora, Génova deberá decidir entre su portavoz de estos últimos años y la eurodiputada Dolores Monserrat. Los populares intentarán rentabilizar el descontento de los constitucionalistas para apuntalar su crecimiento. Ciudadanos, por su parte, buscará recuperar sus raíces catalanas para evitar la desaparición definitiva. Carlos Carrizosa tiene buen cartel en Cataluña, pero la pujanza del PP y la radicalidad de Vox complican sus opciones en las urnas.

CARRUSEL ELECTORAL

Cincuenta días pendientes de las urnas. Como colofón, toda España estará pendiente de las urnas durante 50 días, los que van del 21 de abril al 9 de junio. Ahí se solaparán los comicios vascos, catalanes y europeos. Un duro test para todos los partidos que paralizará la gestión del país hasta después del verano.