A José le escanearon el iris hace un año: «Un empleado iba captando jóvenes preguntando "¿quieres ganar 50 euros?"»

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Cedió sus datos biométricos en un centro comercial de Madrid y a día de hoy recibe un bono económico cada dos semanas. Protección de Datos ha prohibido a Worldcoin seguir realizando esta práctica en España

07 mar 2024 . Actualizado a las 12:33 h.

La empresa Worldcoin se ha colado en la conversación de los gallegos tras llevar varias semanas con un stand en el centro comercial Marineda City, en A Coruña, escaneando el iris a cambio de criptomonedas. Un año antes de que saltase la liebre en esta comunidad autónoma, un oleirense se dirigía a un centro comercial de Madrid dispuesto a ofrecer sus datos biométricos cambio de criptomonedas. Este joven de 28 años sigue en X —antes Twitter— a Sam Altman, creador de ChatGPT, donde vio que hablaba de este proyecto y de que ya estaba en España. Pensando en ganar dinero, no lo oculta, se plantó en Príncipe Pío y realizó una hazaña que la Agencia Española de Protección de Datos acaba de prohibir.

Pese a las largas colas que se formaron durante días en Marineda City, José explica que cuando él se propuso «conseguir una identidad digital que te identifique como ser humano; es decir, que te distinga de la Inteligencia Artificial», no había nadie en el establecimiento. Es más, indica que uno de los empleados circulaba por los pasillos del centro comercial intentando captar a chavales preguntando «¿quieres ganar 50 euros?». Para José esta estrategia es mala, «porque ya suena a estafa», pero reconoce que a muchos menores puede convencerles.

Precisamente, para el oleirense esta es la principal controversia que encierra Worldcoin. «Creo que la gente es muy reacia porque disponen de información de menores de edad, porque las criptomonedas se relacionan con fraudes y también porque al final estás dando tus datos sin saber muy bien a quién y para qué».

Graduado en Diseño Industrial, indica que él sí investigó sobre en qué consistía esta recopilación de datos, aunque como suele hacer la mayoría, tuvo que aceptar en una aplicación ese «He leído los términos y condiciones de uso» sin haber leído apenas la letra grande y nada de la letra pequeña. Aún así, se mantiene optimista y no piensa en ningún tipo de repercusión negativa por haber prestado su iris. Eso sí, entiende a quien le parece «un tema sensible».

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Meses después de que su ojo pasase por el escáner «ya tenía derecho a un bono con 25 tokens» y, añade, esta cuantía se ha ido incrementando con el paso del tiempo. «Es una especie de dinero que está en la app que te descargas y que puedes vender. Yo calculo que al cambio ahora mismo tendré unos 300 euros».

Para profanos en el terreno de los bitcoins, dice que es algo similar a invertir en bolsa. «Cada dos semanas religiosamente recibo un nuevo bono, cuyo valor va cambiando y puedo guardar o vender. Según me explicaron, lo voy a seguir recibiendo durante un tiempo que la empresa no especifica, hasta llegar a una cuantía máxima que ellos establecen».