Putin amenaza con una guerra nuclear si las tropas de la OTAN pisan Ucrania
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El líder ruso advierte que eso traería la «destrucción de la civilización»
01 mar 2024 . Actualizado a las 19:56 h.Dos semanas antes de las elecciones presidenciales rusas y tras la muerte en prisión del opositor Alexéi Navalni, el presidente Vladimir Putin volvió a comparecer en público para pronunciar un discurso sobre el estado de la nación en el que volvió a amenazar con una guerra con «armas nucleares» y la «destrucción de la civilización» si la OTAN envía tropas a Ucrania como propuso el pasado lunes su homólogo francés, Emmanuel Macron. Dicha propuesta fue censurada por Estados Unidos y Alemania.
«[Las naciones occidentales] deben entender que también tenemos armas que pueden alcanzar objetivos en su territorio. [La propuesta de Macron] realmente amenaza con un conflicto con el uso de armas nucleares y la destrucción de la civilización. ¿No entienden eso? Recordamos la suerte de quienes alguna vez enviaron sus contingentes al territorio de nuestro país», dijo el mandatario ruso en velada referencia a las invasiones fallidas protagonizadas por Adolf Hitler y Napoleón Bonaparte.
Durante su discurso ante la élite política reunida en el palacio de congresos Gostini Dvor, que duró más de dos horas, Putin aseguró que los países occidentales «creen que esto es una especie de juego. Están cegados por su propio complejo de superioridad». Pero a pesar de las críticas hacia Occidente, también aseguró estar «listo» para abrir un diálogo con Estados Unidos sobre «cuestiones de estabilidad estratégica». En el lenguaje del Kremlin esto significa sentarse a negociar la soberanía rusa sobre las regiones ucranianas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia y Crimea para poner fin a la invasión del país después de dos años de guerra con Kiev, a pesar de que han cosechado pequeñas victorias recientemente en un momento de debilidad que atraviesa en la actualidad el Ejército de Ucrania.
Alabanzas y condenas
Sobre dicha guerra, el dirigente ruso refirió que «no la empezamos nosotros, lo que queremos es acabar con ella, acabar con el nazismo», como hizo en su última aparición pública, la propagandística entrevista con el periodista trumpista Tucker Carlson. Y en un momento en el que los avances rusos en el frente del este aumentan —hace una semana tomaron Avdivka y la cercana aldea de Lastochkyne—, quiso elogiar la labor del Ejército. «Miro a estas personas valientes, a veces muchachos muy jóvenes, y sin exagerar puedo decir que mi corazón se llena de orgullo. No retrocederán, no fracasarán y no traicionarán», refirió.
También quiso citar a sus ciudadanos como ejemplo de resistencia al enfrentarse a las sanciones occidentales impuestas a causa de la guerra: «Hoy, cuando nuestra patria defiende su soberanía y seguridad y protege las vidas de nuestros compatriotas en el Dombás y Novorossiya [Nueva Rusia, como llama a las secciones de territorio ucraniano ocupadas], el papel decisivo en esta justa lucha pertenece a nuestros ciudadanos, nuestra unidad, devoción a nuestro país natal y responsabilidad por su destino».
Las reacciones contra el discurso de Putin no han tardado en llegar desde Bruselas. El portavoz de Exteriores de la Unión Europea, Peter Stano, consideró que las amenazas de Putin sobre una guerra nuclear son «absolutamente inaceptables» e «inapropiadas». Además, asumió que toda la intervención del jefe del Kremlin gira en torno a su campaña política de cara a las elecciones de marzo y que, con sus palabras «engaña a su propia nación». Una país que, según considera, vive «bajo un puño de hierro que recuerda a los tiempos estalinistas» y que sufre las consecuencias de una economía «hecha añicos».
Estas críticas coinciden además con la aprobación por parte del Parlamento Europeo de un documento que «condena enérgicamente» el «asesinato» de Navalni con 506 votos a favor, 9 en contra y 32 abstenciones. Muerte de ladel que responsabiliza penal y política a Vladimir Putin.
Menos impuestos y más sanidad, las promesas de un candidato sin oposición
Durante su discurso, el presidente ruso, Vladimir Putin, también aprovechó para lanzar promesas de campaña de cara a unas elecciones en las que no tendrá rival y le concederán otros seis años de presidente.
El jefe del Kremlin señaló que los bajos índices de natalidad han de corregirse, especialmente por la pérdida de numerosos jóvenes en su guerra contra Ucrania. Por ello, prometió destinar al menos 75.000 millones de rublos (758 millones de euros) a 39 de las 89 regiones federales de Rusia con menores índices de natalidad.
Putin también propuso duplicar la reducción de la carga impositiva para las familias numerosas, que actualmente es de hasta 2.800 rublos (28 euros) por un segundo hijo y hasta 6.000 rublos (60 euros del tercer hijo y los siguientes si los hubiera. Quiere que esta medida se extienda hasta el 2030. Además, prometió la inversión de 400.000 millones de rublos (algo más de 4.000 millones de euros) en la reconstrucción de 18.500 escuelas y guarderías, muchas de ellas con necesidades urgentes de atención ya que datan de la época soviética.
Por último, el líder ruso también prometió aumentar el salario mínimo hasta los 35.000 rublos (354 euros) e impulsar un gasto de un billón de rublos (11.000 millones de euros) en instalaciones, equipo y personal sanitario del país. También prometió la extensión de la red de internet de alta velocidad a todo el territorio del país.