Investigan un ataque por sumisión química a dos jóvenes en una discoteca de Bilbao
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Las mujeres se empezaron a encontrar aturdidas y acudieron al hospital
31 jul 2022 . Actualizado a las 12:19 h.La Ertzaintza ha iniciado una investigación tras la denuncia de dos mujeres jóvenes que se sintieron aturdidas después de haber sufrido un pinchazo cuando estaban en una discoteca de Bilbao. Según ha informado el departamento vasco de Seguridad, el ataque se produjo hacia las 04:30 horas del viernes en la discoteca Back Stage, donde las dos víctimas sintieron un pinchazo y a continuación sufrieron cierto malestar.
Ambas jóvenes acudieron a un hospital donde fueron atendidas y se les realizaron diversas pruebas analíticas. Posteriormente ambas registraron la pertinente denuncia por ese ataque y la Ertzaintza ha iniciado una investigación al respecto, según Efe.
Se da la circunstancia de que ayer sábado el Movimiento Feminista de Algorta, en Getxo (Bizkaia), informó de que tres mujeres jóvenes habían tenido que ser atendidas en centros sanitarios tras sufrir ese tipo de ataques, que también comunicó un hombre durante las fiestas de San Ignacio.
El Ayuntamiento de Getxo aseguró que no había denuncia de esos casos ni datos que confirmaran el delito de sumisión química.
Asimismo, en el municipio guipuzcoano de Zarautz dos jóvenes menores de edad tuvieron que ser atendidas en centros sanitarios ayer sábado tras sufrir pinchazos, en una semana en que también se registraron casos similares en Vitoria.
Profilaxis de VIH y análisis urgentes, el protocolo de Cataluña
Las personas que intuyan haber sufrido un pinchazo en un local de ocio podrán recibir profilaxis por exposición al VIH y se les practicarán análisis toxicológicos urgentes, de acuerdo con el nuevo protocolo que ha aprobado el Govern ante este fenómeno.
Los departamentos de Igualdad y Feminismos, Salud e Interior han actualizado el protocolo de actuación, después de que en los últimos días los Mossos d'Esquadra hayan recibido 18 denuncias de personas -17 de ellas mujeres- que aseguran haber sido pinchadas con agujas o un objeto punzante cuando estaban en zonas de ocio, en ningún caso con violación o robo posterior.
El objetivo del protocolo es dar una respuesta «coordinada, integral y eficiente a la situación generada a raíz de la detección de los pinchazos», por lo que establece el papel que deben tener los espacios de ocio, el personal de transportes públicos, el entorno de las víctimas o cualquier persona que aprecie un «comportamiento extraño», según Efe.
En concreto, en el caso de que una mujer intuya haber sido pinchada, el protocolo destaca la importancia de que se atienda a sus sensaciones y se le dé apoyo si es necesario, mientras se recomienda no regresar a casa sin pasar por un centro sanitario, «lo antes posible» y «preferiblemente acompañada».
Cuando la posible víctima entre en un centro sanitario, se activará el protocolo de «pinchazo accidental» y se valorará la necesidad de administrar la profilaxis posexposición al VIH, lo que debe llevarse a cabo durante las primeras 72 horas tras el incidente.
El documento aprobado por el Govern establece también que se practicarán análisis toxicológicos a la víctima «lo antes posible» y, en el caso de que se sospeche de una agresión sexual, se activará el protocolo previsto para esos casos.
De considerarse oportuno, el centro proporcionará apoyo psicológico a las personas afectadas, que tienen a su disposición -recalca el documento- toda la red pública de atención a las violencias machistas y LGTBIfóbicas y el teléfono 900900120, que está disponible las 24 horas del día.
En su comunicado, la Generalitat recuerda que, hasta el momento, no consta que ninguna de las personas que ha denunciado pinchazos haya sido víctima de un hecho delictivo posteriormente, incluidos actos de violencia sexual.
El protocolo insta a los ayuntamientos y entes comarcales a que refuercen las estrategias de prevención en los espacios de ocio y mejoren la «coordinación» de los agentes implicados, mientras pide a los medios que informen «sin crear alarma social, respetando el derecho a la intimidad de la persona afectada y de su entorno».