Aragonès no castigará a Rufián y da por zanjada la crisis con Puigdemont

CRISTIAN REINO BARCELONA / COLPISA

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, llegando hoy al Parlamento catalán.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, llegando hoy al Parlamento catalán. Quique García | Efe

«Tiene mi apoyo y el de mi partido», asegura el presidente de la Generalitat

09 jun 2022 . Actualizado a las 20:20 h.

Tras la tormenta, la calma. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, trató este jueves de dar por sofocado el incendio provocado el día anterior por Gabriel Rufián al llamar «tarado» a Carles Puigdemont por declarar la independencia. Aragonès intenta cerrar la polémica y asegura que mantiene su «confianza» en el portavoz de ERC en el Congreso. «Tiene mi apoyo y el de mi partido», afirmó en Catalunya Ràdio.

Rufián pidió el miércoles perdón y este jueves reiteró sus disculpas, aunque el malestar se mantiene en las filas de Junts y también de ERC. Aun así, el presidente de la Generalitat ha llamado a pasar página. «Una vez visto todo lo que ha pasado, para mí, tema cerrado. Me pronuncié de manera muy clara. Volvamos al trabajo. Lo que es importante es lo que se hace y lo que se acaba trabajando. No nos entretengamos con polémicas que tienen la gravedad que se le quiera dar», expresó.

«Es evidente que las declaraciones de ayer no las comparto, fui muy explícito al respecto», dijo, pero en parte justificó la salida de tono del dirigente republicano cuando dijo que a veces los «ataques» van en otra dirección, en alusión velada a las críticas de Junts sobre ERC y en concreto a las que Carles Puigdemont lanzó contra Gabriel Rufián en el congreso de su partido el sábado pasado.

Aragonès actuó este miércoles de bombero para tratar de apagar el incendio. Casi de inmediato, y aprovechando su intervención en la sesión de control al Gobierno catalán en el Parlamento autonómico, salió en defensa del expresidente de la Generalitat y desautorizó al portavoz de ERC en Madrid. Le exigió una rectificación. Más tarde, se puso en contacto con Puigdemont. En Junts, al menos públicamente, dan por buena la reacción de sus socios con su delegado en Madrid.

El presidente de la Generalitat ha tenido que actuar estos días con urgencia para no empeorar aún más las maltrechas relaciones con Junts. La formación liderada por Laura Borràs acaba de estrenar una nueva dirección y amenaza con someter a la militancia su permanencia en el Ejecutivo catalán. El presidente confía en que sus socios postconvergentes «apostarán por la estabilidad».

Giro de 180 grados

La continuidad del Gobierno catalán está en cuestión. Junts exige a Aragonès un giro de 180 grados en la hoja de ruta soberanista. Le pide que rompa con el Gobierno en Madrid y que dé por acabada la mesa de diálogo. A partir de ahí, le reclama que active una estrategia alternativa a la del diálogo.

El dirigente republicano, en cambio, mantiene su apuesta por la mesa y advierte de que no se levantará de ella. Eso sí, ha avisado este jueves a Pedro Sánchez de que se ha acabado la carta blanca del apoyo de ERC al Gobierno. En los próximos días, el jefe del Ejecutivo catalán formalizará la presentación de una querella contra NSO por el espionaje con el malware Pegasus.