Verano, dieta fugas y bikini. De este plan de pérdida de peso rápido se derivan más riesgos que beneficios. Por eso los especialistas explican cómo mantener tu cuerpo y mente en forma durante todo el año
27 jul 2021 . Actualizado a las 09:30 h.No te dejes engañar, esto de la operación tanga es muy poco funcional. Partir de una dieta rápida para llegar con menos kilos al verano no es la solución. Esta práctica que no se planifica de manera adecuada, según explican los especialistas, solo trae complicaciones para la salud. Una de ellas, la pérdida de agua corporal y masa muscular, y no la disminución de grasa. Más allá de lucir el supercuerpo del verano, lo importante es mantener un estilo de vida sano. De ahí que los nutricionistas insisten en no recurrir a estas restricciones alimentarias o dietas fugaces, porque la mayoría de las veces no se alcanzan los resultados esperados.
«Estoy en contra de las dietas rápidas. Siempre se lo digo a mis pacientes cuando me dicen que fueron a la playa y se vieron la típica lorcilla que le salía encima del bikini y me dicen: ‘Tengo que bajar tantos kilos ya', y es imposible, explica la nutricionista Ana Golpe. «Lo que fomentamos es optar por una vida saludable y no por una dieta rápida -señala-, porque luego ocurre el efecto rebote en cuanto llega la primera caña de terraceo. Todo los kilos perdidos vuelven a ocupar su lugar».
Y cuando no se consiguen los cambios deseados en tres o cuatro semanas «enseguida llega la frustración, y al volver a los hábitos anteriores, se recupera más peso, debido al proceso de restricción que le inducimos al organismo», señala el dietista Saúl Sánchez.
Los expertos apuntan que está muy bien adelgazar, pero no con la excusa o el objetivo de exhibir la figura ideal en el verano, «porque para tener poca grasa corporal y un elevado nivel de masa muscular, no hay que apostar por un régimen concreto como la operación bikini, todo lo contrario», agrega Sánchez, y explica que lo más recomendable es comer un poco de todos los alimentos frescos. «Limitar los ultraprocesados que tienen peor calidad (bollerías, chocolates, azúcares y embutidos), incrementar el consumo de pescado y acompañar este proceso con la práctica de ejercicios de forma diaria -aclara el experto-, sin dejar de cuidar lo que tomamos, debemos eliminar los refrescos azucarados, las bebidas alcohólicas y priorizar el agua», concluye.
Por otro lado, la especialista en nutrición Adriana Fernández, alerta de que mientras «sigamos poniendo al cuerpo y a la parte más estética como protagonistas para proponer cambios en nuestros hábitos, no avanzamos a ninguna parte. Hay que cambiar ese chip y poner el foco en nuestro bienestar».
Además, advierte que estar delgados no es sinónimo de lucir mejor. «Cada cuerpo es un mundo y como estamos expuestos a que los cuerpos ideales son los de las modelos delgadas, que por suerte, eso ha empezado a cambiar -agrega-, aún se sigue relacionando lo delgado con lo bello. Y entonces, cuando vemos un cuerpo voluminoso parece que debemos estar acomplejados, luchar contra él y buscar que cambie, y no es así. Se debe adelgazar para estar en óptimas condiciones de salud y no por una cuestión estética», resalta Fernández.
Si vas de terrazas
Tampoco hay que extralimitarse y dejar de compartir con los amigos, en esta época donde la mente y el cuerpo lo que piden es desconectar de lo habitual. Se puede ir de terraceo y disfrutar de un plato bajo en calorías, así lo cree la especialista Ana Golpe. «Por ejemplo, aquí en Galicia tenemos ofertas de pulpo, calamares a la plancha, y ensaladas típicas del verano; entonces también se pueden degustar alimentos ricos en proteínas. Y si vas a la playa, evitar llevar el bocadillo de siempre». En ese sentido, el nutricionista añade que si se plantea una alimentación sana, en el 90% de las actividades diarias, «por saltarnos un 10% no va a pasar absolutamente nada. Si realizas deporte todos los días, comes bien y no bebes alcohol, por irte una tarde con unos amigos a tomar unos refrescos y unas tapas, que no es lo más aconsejado -destaca-, no va a pasar nada. Solo ocurre una agresión puntual al organismo, no se altera ningún parámetro». De esta manera -continúa Sánchez-, si convertimos todo eso en norma, ya no hablamos de buenas prácticas y entonces empiezan los problemas», concluye.
Por eso, la experta Adriana, recuerda la importancia de buscar un equilibrio entre los hábitos de alimentación, la actividad física, el descanso, y la parte emocional también. «Es necesario encontrar ese espacio en el que se puedan sentir cómodos consigo mismos para que estos hábitos los puedan acompañar toda la vida -apunta-. Para la nutricionista es importante que las personas busquen disfrutar de ello, «y que no se haga desde la imposición, sino paso a paso. Así que no hay que pensar que cuidarse es pasar hambre, comer aburrido o tener que ir excesivamente al gimnasio, se trata de encontrar cierta flexibilidad», concluye.
Da igual la época
Cualquier momento es bueno para empezar a cuidar tu cuerpo. Así que despójate de esas justificaciones o etiquetas de «tengo que empezar el lunes o antes del verano». Busca una motivación y sin prisas, trázate tu objetivo poniendo el foco en un estilo de vida sano y acorde a lo que tu organismo necesita. De hecho, los expertos consideran que si solo con la llegada de la etapa estival percibes que tienes que actuar para mejorar tu aspecto físico, «es que has llegado tarde. El momento no es el verano por ser esa época en la que te quitas la camiseta o vas a la playa», agrega el nutricionista Saúl. En la misma línea, la dietista Adriana Fernández indica «que es preciso cambiar cuando el cuerpo te lo pide, si percibimos que no tenemos la energía suficiente o el estado de ánimo no es el adecuado, -señala-. El verano puede ser un buen momento para decir: ‘Oye, pues tengo más tiempo, vacaciones y estoy más relajada para iniciar poco a poco', lo ideal sería vivir un verano más consciente». Y esto no significa renunciar a los momentos de disfrute en sociedad. Luego, si reconoces que solo no eres capaz de lograr cambios y conseguir tus metas, no te desesperes. En este caso, se recomienda buscar la ayuda de un profesional para trabajar la parte emotiva. Las dietas milagro fracasan, es real. Apuesta, entonces, por comer bien, mantenerte activo y ser constante, ya lo contarás.