El primer ministro y su principal adversario igualados en las legislativas de Armenia
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La campaña electoral ha sido realmente sucia, plagada de insultos, acusaciones y amenazas mutuas entre las distintas fuerzas políticas
20 jun 2021 . Actualizado a las 22:10 h.Los armenios votaron este domingo en unas elecciones legislativas anticipadas a causa de la crisis que estalló tras la derrota en Nagorno Karabaj sufrida ante Azerbaiyán el pasado otoño. El resultado de aquella contienda polarizó fuertemente a la sociedad, comenzaron las protestas contra el actual primer ministro en funciones, Nikol Pashinián, al que se acusó de aceptar una «capitulación», y este se vio obligado a convocar los comicios con la intención de dirimir el enfrentamiento en las urnas. Este objetivo no está claro que se logre y nadie descarta que la crisis, incluso agravándose en forma de revuelta, se prolongue tras las votaciones.
Pashinián y su principal adversario, Kocharián, están prácticamente igualados, en torno a un 24% de los votos, según los primeros datos del escrutinio. La participación alcanzó casi el 50 %, superando a los comicios del 2018.
La campaña electoral fue realmente sucia, plagada de insultos, acusaciones y amenazas mutuas entre las distintas fuerzas políticas. Claros ejemplos de ello fueron el mitin que dio Pashinián, el jueves en Ereván, y el acto convocado al día siguiente por su rival, Kocharián. Sus respectivas formaciones, el Partido del Contrato Civil y el Bloque Armenia, son las que previsiblemente acapararán la mayor parte de los escaños.
Pashinián, que ejerció antes como periodista, se convirtió en jefe del Gobierno de «transición» en mayo del 2018 tras encabezar una exitosa revuelta que derribó a Serzh Sargsián. Pashinián convocó legislativas ese mismo año y las ganó con mayoría absoluta. Ahora las encuestas no le dan más de un 25 % de apoyo. Todo iba bien en su legislatura, hasta que en septiembre del año pasado, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, inició una ofensiva para recuperar Nagorno Karabaj, territorio perteneciente a Azerbaiyán, pero poblado mayoritariamente por armenios y fuera totalmente del control de Bakú. Tras mes y medio de enfrentamientos, Pashinián aceptó un cese de las hostilidades a costa de gran parte de los territorios que los armenios controlaban.