El marido de la reina Isabel II, de 99 años, ha sido operado durante este tiempo aunque el motivo inicial del ingreso no trascendió
16 mar 2021 . Actualizado a las 19:33 h.El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, recibió este martes el alta médica y abandonó el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, tras haber permanecido ingresado durante veintiocho días. Según pudo constatar una periodista de Efe en el lugar, el duque de Edimburgo, de 99 años, abandonó en un coche privado -un BMW negro- el centro hospitalario, después de que decenas de agentes de Policía bloqueasen las calles adyacentes para preparar la salida del convoy en el que viaja el consorte de la reina.
El príncipe Felipe fue hospitalizado el pasado 16 de febrero para tratarse por una infección y dos semanas más tarde fue trasladado al centro médico de St Bartholomew, también en la capital británica, donde permaneció varios días para ser operado con éxito de un problema cardíaco.
El duque y la monarca, de 94 años, han pasado la parte más reciente del confinamiento en este país en su residencia en el castillo de Windsor con un reducido grupo de empleados, conocidos como la «Burbuja» de su majestad.
El motivo exacto por el que el príncipe Felipe ingresó inicialmente no se ha hecho público, si bien fuentes del Palacio de Buckingham aclararon en su día que no estaba relacionado con el coronavirus. Isabel II y su esposo recibieron la vacuna contra el covid-19 el pasado enero.
Durante su estancia en el hospital -la más larga hasta la fecha-, el duque recibió la visita de su primogénito y heredero al trono, Carlos de Inglaterra, el pasado 20 de febrero.
La estancia del duque de Edimburgo ha coincidido con el terremoto político que ha provocado la entrevista de Meghan Markle y el príncipe Enrique con Oprah Winfrey donde la duquesa de Sussex desveló que su salud mental se había deteriorado enormemente debido a la presión que sufrió durante su primer embarazo en palacio. Entre sus declaraciones más polémicas destacan las conversaciones de un miembro de la familia real en la que mostraba su preocupación por «cuán oscura sería la piel del pequeño Archie».
La entrevista, que se emitió hace una semana primero en Estados Unidos, después en Reino Unido y el pasado sábado en España, fue acogida con mucho recelo en el entorno del palacio de Buckingham que no creyó conveniente que viese la luz en un momento en el que el marido de la reina estaba ingresado.
Tras casi dos días de silencio, la casa real terminó emitiendo un escueto comunicado diciendo que tratarían las acusaciones de racismo en la intimidad de la familia. Y al día siguiente el príncipe Guillermo, en una visita que parecía orquestada para buscar limpiar la imagen, muy dañada por lo desvelado por el príncipe Enrique y Meghan, aseguró que su familia «no es racista».
De forma paralela al escándalo provocado por Meghan y el príncipe Enrique, se conocía que un despacho de abogados investigará las denuncias de abuso y acoso contra Meghan Markle por parte del personal a su servicio.