La comunidad científica alerta de los riesgos de la vacuna rusa

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ANDREY RUDAKOV | efe

No se fían de un fármaco que está siendo elaborado con demasiada prisa. Temen sus efectos secundarios y que obstaculice los esfuerzos globales para desarrollar inmunizaciones de calidad

12 ago 2020 . Actualizado a las 18:38 h.

Los rusos han sido los primeros en registrar una vacuna contra el coronavirus, pero el resto del mundo no se fía, levanta la ceja ante un medicamento que ha superado todas las fases de su desarrollo en tiempo récord, por la vía rápida. Temen efectos secundarios peligrosos, reacciones que hagan saltar las alarmas entre la población y que alimenten el rechazo ya existente a la vacunación.

Ya las empresas farmacéuticas e institutos de investigación del país habían instado a posponer el registro de su licencia, alertando de que los creadores de la vacuna habían completado las pruebas pertinentes sin la participación del número suficiente de personas. Ahora es la comunidad científica internacional la que alza la voz: advierten de que Rusia no ha completado los ensayos para probar la seguridad y la eficacia del fármaco, y de que los riesgos de tipo de procedimientos acelerados no solo son médicos, también minan la credibilidad de las vacunas y obstaculizan los esfuerzos globales para desarrollar inmunizaciones de calidad ante el covid-19, recoge la revista Nature

«Esta es una decisión imprudente. La vacunación masiva con una vacuna probada incorrectamente no es ética. Cualquier problema con la campaña de vacunación rusa sería desastroso, tanto por sus efectos negativos en la salud, como porque retrasaría aún más la aceptación de las vacunas en la población», consideró a través de un comunicado Francois Balloux, genetista del University College London. También los científicos estadounidenses han puesto en duda que la vacuna sea segura y la OMS ha pedido a Rusia «cautela» y acometer todas las comprobaciones necesarias antes de inocularla. Alemania mostró este martes públicamente su escepticismo. No obstante, el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, ya anunció que la campaña de vacunación comenzará en Rusia en octubre y será administrada en primer lugar a sanitarios y personas mayores. 

El nuevo medicamento ha sido bautizado con el nombre de Sputnik V, en recuerdo del primer satélite artificial puesto en órbita por la URSS en 1957. Su responsables, el Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú, insiste en que ha demostrado su capacidad de crear inmunidad para un período de hasta dos años sin efectos secundarios perniciosos para la salud. La vicedirectora del órgano de control ruso, Valentina Kósenko, declaró por su parte que las afirmaciones de las farmacéuticas se basan en el desconocimiento de los resultados de la investigación, que varios cientos de voluntarios fueron vacunados con este medicamento y que no hubo reacciones adversas graves. La funcionaria añadió que «varios miles de voluntarios participarán todavía en la tercera fase de investigación de la vacuna (...) en el marco de estudios más extensos» y que «Rusia tiene una rica historia de desarrollo y producción de vacunas». «La creada ahora contra la infección de covid-19 también cumplirá los requisitos establecidos», garantizó.

Ahora mismo, hay 149 investigaciones para desarrollar una vacuna para el covid-19 en todo el mundo. Aparte de Rusia, Reino Unido, China y EE.UU lideran los diez proyectos más prometedores. Indonesia acaba de comenzar a probar uno de ellos, creado por el laboratorio chino Sinovac Biotech, en 1.600 voluntarios.