Iglesias da las gracias a independentistas «presos y exiliados» por facilitar el gobierno del PSOE y Podemos
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«eEl próximo Gobierno tendrá muchos enemigos: poderes económicos y financieros con sus brazos mediáticos preparados para combatir, algaradas callejeras, y algunos togados», advierte
04 ene 2020 . Actualizado a las 20:22 h.El secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, dedicó buena parte de su intervención en el discurso de investidura a atacar a «la derecha, la ultraderecha y la ultra-ultraderecha», repitió hasta en cinco ocasiones en apenas diez minutos. Si nada se acaba torciendo en la votación del próximo martes, en la que a Sánchez le basta con la minoría simple del Congreso para recabar la confianza de la Cámara, Iglesias se convertirá en el nuevo vicepresidente del Gobierno de coalición, y como tal, presumió del pacto firmado recientemente con los socialistas que «ha ilusionado a millones de compatriotas». «Ojalá seamos dignos del texto de ese acuerdo», deseó. Confía en no defraudarlos gracias a la combinación de «la experiencia del PSOE con la valentía y frescura de Unidas Podemos».
Iglesias aplaudió la intervención inicial de Sánchez por «señalar con acierto que la próxima etapa deberá ser de avances sociales y avances democráticos», pero no se olvidó de mencionar a «los movimientos sociales y a la sociedad civil», a los que se refirió como «los verdaderos arquitectos».
Además del pacto entre el PSOE y Podemos, la votación saldrá adelante gracias a la abstención de los diputados de ERC. Iglesias no se olvidó del papel fundamental que ha jugado Junqueras desde la cárcel para que la investidura pueda cuajar, dedicando unas palabras a los «líderes independentistas en prisión y en el exilio». «Me consta que algunos de ellos han trabajado para construir la coalición, y desde esta tribuna quiero darles humildemente las gracias», dijo. «Hagamos política, señorías. Hagamos política», comentó, ahondando en la idea de Sánchez de evitar la judicialización del desafío secesionista.
Cargó con fuerza contra Casado y Abascal, líderes de la «ultraderecha y la ultra-ultraderecha». Al primero le recomendó que leyese «más a Pérez Galdós y menos a Pérez Reverte». Al presidente de Vox le recomendó prudencia tras haber pintado un futuro Gobierno dedicado a repartir subvenciones públicas a amigos cuando estuvo parte de su carrera viviendo «del frasco de Esperanza Aguirre», pidiéndole que rebajara el tono de sus intervenciones: «Muchos no tienen problemas en votar a un facha, pero prefieren a un facha educado que a uno maleducado», dijo.
Iglesias alertó que «el próximo Gobierno tendrá muchos enemigos: poderes económicos y financieros con sus brazos mediáticos preparados para combatir, algaradas callejeras, y algunos togados», dijo, en lo que pareció una referencia a la última resolución de la JEC mediante la que se inhabilitó a Torra como presidente de la Generalitat. Y mostró dudas acerca de si la oposición estará dispuesta a derribar al Gobierno de coalición bajo cualquier mecanismo: «Aclaren si se refieren a todos los medios, o se refieren a medios legales».
Para concluir, el líder de Podemos se dirigió de nuevo a quien en unos días se convertirá en su jefe en el Consejo de Ministros: «Pedro, estarás al frente de una coalición progresista histórica. Para nosotros es un honor caminar junto a vosotros. Sí se puede, adelante presidente».
Gómez-Reino vaticina un cambio en la Xunta
Como suele ser habitual, el grupo parlamentario de Unidas Podemos repartió sus tiempos entre las distintas sensibilidades que lo conforman. El encargado de tomar la palabra por Galicia en Común fue el secretario general de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, que se refirió al Gobierno de coalición que está a punto de ver la luz como «el primer paso de un segundo que va a venir en el próximo otoño», cuando auguró que el Gobierno gallego también cambiará de signo tras las elecciones autonómicas.
Gómez-Reino defendió que los intereses de los gallegos están «presentes» en el programa de Gobierno firmado entre el PSOE y UP; de forma general, con las «pensiones, la reforma laboral, la reforma de la lomce, o el copago», pero también de una manera más concreta, a través de «la defensa y saneamiento de las rías, el nuevo estatuto electrointensivo» o la recuperación del pazo de Meirás a la que se comprometió Sánchez durante su discurso.