Mariano Rajoy: «No me gustaría un Gobierno de España con la extrema izquierda»

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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BENITO ORDOÑEZ

El expresidente advierte sobre el apoyo de ERC: «Hace poco declaraban la independencia»

08 dic 2019 . Actualizado a las 18:04 h.

Mariano Rajoy Brey (Santiago, 1955) presume de haber sido casi de todo en política: de concejal a presidente del Gobierno. Acaba de publicar Una España mejor, en donde recoge sus memorias cumpliendo con «el deber» de contar su versión. Sostiene, además, que mejor escribirlo él, porque, si no, lo haría otro y seguramente sería «menos cariñoso».

-¿Cómo se ven los toros desde la barrera?

-Estoy con menos presión, más tranquilo y me encuentro razonablemente feliz. Ahora, como ciudadano, ya no como expresidente, preocupado por la deriva que puedan tener los acontecimientos en el futuro.

-¿Preocupado por las negociaciones entre el PSOE y ERC?

-A mí no me gustaría un Gobierno de España del que forme parte la extrema izquierda, y mucho menos uno que tenga que recibir el apoyo, no sabemos a cambio de qué, de un partido que hace poco tiempo declaraba en un parlamento la independencia de una parte de España, en este caso de Cataluña; por tanto, no me gusta ese Gobierno.

-¿Se abstendrá Esquerra?

-Eso que me pide usted es una quiniela. ¿Qué va a pasar? No lo sé. Lo que sí es evidente es que Sánchez no le puede dar a ERC lo que ERC quiere, eso es evidente. Porque si Sánchez pretende disponer de la soberanía nacional o autorizar un referendo como el que tantas veces se nos ha planteado a los demás, estará incumpliendo la Constitución, y por tanto, no puede hacerlo. Yo no sé qué va a pasar. Lo que sí pido es que, si hay acuerdo, se explique a los españoles en qué consiste.

BENITO ORDOÑEZ

-¿Ve a Iglesias vicepresidente?

-Yo no lo nombraría, con absoluta franqueza.

-Piden que no haya líneas rojas. ¿Eso significa un referendo?

-Absolutamente. Y sí hay una línea roja en cualquier negociación política, que es la ley. Y, por tanto, ni ERC ni nadie puede decirle al conjunto de los españoles que no hay una línea roja, que es la ley. Y la Constitución.

-Entonces, ¿considera un mal menor unas terceras elecciones?

-Lo normal es que los grandes partidos que debieran ser moderados llegaran a una suerte de entendimiento. Terceras elecciones es malo, pero un Gobierno condicionado por ERC es peor.

-Dice que recibió un portazo de Sánchez cuando se acercó a plantearle la gran coalición.

-No me dio opción. Ni siquiera se lo reprocho, fue su decisión. Si Sánchez quiere hablar con el PP, lo que tiene hacer es llamar a su líder, pero mandar recados por los medios no es propio de una democracia seria.

-Es un bipartidista convencido.

-Absolutamente.

-¿Qué culpa tienen el PP y el PSOE de la irrupción de otros?

-Es un fenómeno no exclusivamente español, y aquí el bipartidismo mantiene posiciones. ¿Qué puede influir? Depende de cada país. Un factor es la inmigración. También influye la crisis económica, que fue muy dura. Y creo que en España también ha influido la corrupción: la cierta o la presunta, y la real o exagerada.

-Ese ha sido el gran talón de Aquiles del PP. ¿Y su fortaleza?

-Fundamentalmente, su trayectoria y la confianza que aún sigue generando. ¿Por qué en Galicia la gente vota al PP? Pues porque se fía del PP.

-Como un «Príncipe» moderno, en su libro ofrece «lecciones prácticas sobre la gobernanza». Una es acerca del consenso.

-Por mayoría se puede subir o bajar el IRPF, pero tomar decisiones que afecten a las reglas que nos hemos dado, hay que hacerlo por consenso. Si tuviera que sacar una lección de mi libro, solo una, es esa: las grandes cuestiones de Estado requieren necesariamente del acuerdo entre al menos los dos grandes partidos nacionales.

BENITO ORDOÑEZ

-Leo un extracto de la obra: «A veces no moverse es la mejor forma de avanzar, por eso me pasé medio año hablando gallego».

-A veces no tomar una decisión es lo más difícil y, además, es la mejor decisión. Es muy fácil opinar, decidir es mucho más complicado. Para un gobernante hay dos cosas que son capitales: tener claras las prioridades y manejar bien los tiempos. Y a veces manejar bien los tiempos consiste en no tomar una decisión, o tomarla más tarde.

-Su gran éxito estuvo en la gestión económica. ¿Y el debe?

-Creo que de las grandes decisiones, ninguna. Si tuviera que decir algo que debía haber hecho más y mejor es pedagogía.

-¿Explicar las medidas de su Gobierno con más detalle?

-Sí, lo que pasa es que cuando uno está en el Gobierno tiene que priorizar. Y es más importante tomar las medidas que explicarlas.

-Otro de los consejos de su libro: no convocar referendos. Parece que el del «brexit» y el escocés no han solucionado mucho.

-Y le puedo explicar dos más. El de Renzi, que tuvo que dimitir, y el de Tsipras, que le dijo a la gente que si le apoyaban para tomar determinadas decisiones, ganó, y al final tuvo que hacer exactamente lo contrario a lo que le dijeron los ciudadanos. Mire, el problema que tienen los referendos cuando es sí o no es que son muy divisivos. ¿Es normal que Gran Bretaña se vaya a ir de la UE por 51 contra 49? ¿No sería mucho más razonable buscar otra solución que tuviera el apoyo del 90 %, aunque ninguno se llevara totalmente el gato al agua?

-Entiendo que es partidario de aplicar esto para Cataluña.

-En Cataluña, lo que debíamos estar de acuerdo todos: primero, es que en España la ley se cumple, y la soberanía nacional existe. Segundo, fundamentar un acuerdo entre los grandes partidos. Y a partir de ahí, política. Oiga, ¡hagamos política! Los que no piensan igual que la CUP, que defiendan posiciones, los partidos que sepamos dar batalla allí. Pero lo que debemos tener claro es que la ley se cumple, porque sin ley, no hay nada. Es la selva.

Un puente para disfrutar de paseos y comidas con sus amigos de siempre

Rajoy presenta «Una España mejor» este lunes en el auditorio de Abanca de Santiago, su ciudad natal. Se escapa a Galicia siempre que puede para ver a sus amigos, un comentario que aprovecha para denunciar los precios que tienen los vuelos. «Son los más caros de España. Tenemos tres aeropuertos, pero...», lamenta. Tiene algo en común con todos los gallegos que residen en Madrid, y es que cuando surge la mínima oportunidad, se escapa, como en este puente. Un retiro espiritual en el que no han faltado kilómetros de caminatas y largas charlas en las sobremesas. En cuanto tenga la oportunidad, volverá a escaparse. Como tarde, Navidad.