Las redes sociales arden por la cobertura de las dos mujeres que protagonizaron la primera caminata espacial conjunta de la historia
23 oct 2019 . Actualizado a las 20:30 h.La historia de la ciencia tiene luces y sombras. Algunos muros se han derrumbado con mayor facilidad que otros. Por ejemplo, el conocimiento científico trasciende hoy a cualquier rivalidad política entre las diferentes naciones del planeta. Existen numerosas instituciones en las cuales colaboran con total naturalidad países enfrentados, como las dos Coreas, o Rusia y Estados Unidos.
Sin embargo, romper la barrera de género ha costado mucho más. El relato de la mujer en la ciencia describe todo tipo obstáculos e injusticias. Los casos se cuentan por miles. A finales del siglo XIX un grupo de científicas que trabajaban en el observatorio de Harvard descubrieron de que están hechas las estrellas. Poco se sabe de aquella hazaña. Una de ellas era Cecilia Payne. Seguro que su nombre no le suena pero para muchos es la autora de la tesis más importante de la astrofísica.
En el siglo XX otra mujer, Vera Rubin, descrifó uno de los mayores misterios del Cosmos, el de la Materia Oscura. Rubin se enamoró de la astronomía a los 11 años y decidió no hacer caso a quienes le aconsejaron que se alejase del conocimiento solo por el hecho de ser mujer. A lo largo de su vida Vera Rubin recibió varios premios pero de forma inexplicable murió en el 2016, a los 88 años, sin haber sido premiada con el Nobel, un reconocimiento que solo se otorga a cientificos vivos. Sólo tres mujeres han ganado el Nobel de Física desde que se crearon hace 107 años.
Otro hito científico en el que jugaron un papel fundamental las mujeres fue la conquista de la Luna. Tres afroamericanas de la NASA destacaron en sus respectivos campos de trabajo en un momento en el que tenían todo en contra por ser mujeres y además de color.
Mujeres en el espacio
El primer ser humano en vivir la aventura del espacio exterior fue el cosmonauta ruso Alekséi Leónov en marzo de 1965. Hubo que esperar casi dos décadas para que una mujer protagonizara una caminata especial. Fue la rusa Svetlana Savitskaya, el 25 de julio de 1984. Desde que la Estación Espacial Internacional está operativa, en 1998, los equipos encargados de realizar alguna operación en el exterior han estado formados por un hombre y una mujer y sobre todo por dos hombres, nunca por dos mujeres. Hasta ahora. Hace unos días las astronautas de la NASA, Christina Koch y Jessica Meir pasaron a la historia al salir juntas al exterior para reemplazar una unidad de control de energía. En realidad este hito tenía que haber ocurrido ya el pasado mes de junio aunque la agencia espacial suspendió aquella actividad que iban a realizar la propia Christina Koch y Anne McClain porque no disponía de suficientes trajes espaciales del tamaño adecuado para ellas a bordo de la ISS.
Una de las primeras mujeres en felicitar a las dos pioneras fue Hilary Clinton, excandidata a la presidencia de Estados Unidos. Cuando era un niña, Clinton escribió una carta a la NASA en la que preguntaba por los requisitos para convertirse en astronauta. La Agencia Espacial le contestó que «nunca enviarían mujeres».
Pero incluso este momento histórico tampoco ha estado exento de polémica. El tratamiento informativo ha sido muy criticado en las redes sociales ya que muchos medios medios de comunicación han destacado que las astronautas viajaron «solas» al espacio.