La reunión entre Trump y Xi centra la agenda del encuentro de las grandes potencias en Osaka
05 jul 2019 . Actualizado a las 12:49 h.La reunión bilateral entre Donald Trump y Xi Jinping para intentar desactivar la guerra comercial que desestabiliza la economía mundial marca la agenda de la cumbre del G20, que también debe abordar temas como el libre comercio, el cambio climático, la protección del medio ambiente o la regulación del sector digital.
La cumbre del G20 que empieza hoy reúne durante dos días en la ciudad japonesa de Osaka a los jefes de Estado y de gobierno de los países que suman al 85 % de la economía mundial.
Las tensiones comerciales y también políticas, con la crisis en el golfo pérsico, no permiten ser muy optimistas sobre la posibilidad de emitir un mensaje unitario a favor del libre comercio, el multilateralismo y la protección del medio ambiente.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en su calidad de anfitrión, declaró en rueda de prensa que el objetivo de la reunión es no enfatizar las discrepancias y encontrar puntos en común.
Unas buenas intenciones que Trump no dudó en boicotear amenazando a sus aliados en entrevistas y en Twitter. Antes de llegar ayer a Osaka, elevó unos grados la tensión acusando a Alemania de ser un socio poco fiable, puso en duda el futuro del tratado de defensa con Japón, presionó a India con eventuales subidas de tasas y no dudó en provocar a Pekín con la amenaza de imponer aranceles sobre todas las importaciones de productos chinos.
A pesar de la actitud de Trump, hay indicios de que Washington y Pekín pueden firmar algún tipo de tregua. Desde EE.UU., Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, declaró que las negociaciones para cerrar un acuerdo estaban «al 90 %», y desde China, el viceministro de Comercio, Wang Shouwen, reconoció la necesidad de hacer «concesiones».
Tregua provisional
El periódico de Hong Kong South China Morning Post publicaba ayer que los dos países habían logrado una tregua provisional que implicaría congelar nuevas subidas de aranceles y darse tiempo para negociar hasta fin de año. A China, además del problema de los aranceles, le preocupa el veto norteamericano a Huawei. Pekín lo entiende como un torpedo para evitar que el gigante asiático lidere la tecnología 5G. Washington reclama la apertura real del mercado chino a las empresas extranjeras, respeto a la propiedad intelectual, la prohibición de transferencia forzada de tecnología y el fin de los subsidios a las empresas estatales chinas.
Además, la guerra comercial afecta al crecimiento mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido que las tensiones entre las dos potencias son una de las mayores amenazas para la economía global.